Misterio porteño. El emblemático edificio sin destino y convertido en una gigante marquesina publicitaria
Hace siete años pasó de la Ciudad a manos privadas, por medio de una subasta pública; desde entonces el coloso sobre Carlos Pellegrini permanece cerrado
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Las señales de abandono ya aparecían hace más de diez años cuando era parte de la administración porteña y concentraba los reclamos de los infractores y las multas de tránsito. Ascensores que no funcionaban, grietas en las paredes, subsuelos bajo el agua y expedientes abarrotados entre charcos y pisadas de barro eran parte del emblemático Edificio del Plata, a metros del Obelisco, que permanece cerrado desde 2016 cuando pasó a manos privadas.
Saber cómo se encuentra la estructura es hoy un misterio ya que un gran cartel publicitario oculta la colosal fachada que mira hacia la 9 de Julio.
El destino de las viviendas ociosas en la ciudad forma parte de la agenda política de los precandidatos a jefe de Gobierno. Los edificios vacíos y sin proyecto de uso definido se convierten en protagonistas de una discusión que aún no logra revertir el problema del déficit habitacional en la Ciudad de Buenos Aires. Como ocurre con otros lugares emblemáticos, como el caso del hotel Bauen, también ubicado en una zona que pretende reconvertir su uso y atraer residentes permanentes.
La historia del lugar marca que desde 1865 funcionó allí el Mercado del Plata y a partir de 1962, cuando se inauguró el Edificio del Plata, comenzó a albergar diversas áreas del gobierno porteño como el Ministerio de Desarrollo Urbano, la Secretaría de Tránsito y Transporte, el Instituto de la Vivienda, la Dirección de Infracciones y otras dependencias, además de una sucursal del Banco Ciudad y hasta un jardín maternal. En su momento de plenitud, 3500 empleados de las distintas reparticiones convivían con los miles de porteños que realizaban trámites.
Los 44.000 metros cuadrados, situado entre las calles Carlos Pellegrini, Sarmiento y Tte. Gral. Juan Domingo Perón y el pasaje Carabelas, se distribuyen en nueve pisos y tres subsuelos, con un potencial de construcción de 12.000 metros cuadrados, según las estimaciones cuando se remató, en abril de 2016, en una subasta récord para ese momento al venderse en US$68.114.000 y pasar a manos del Banco Hipotecario.
La entidad bancaria tenía como plan original mudar allí la casa central y las oficinas corporativas, pero se modificó después de la pandemia, el contexto social y las condiciones de un mercado inmobiliario que cambió. La reconversión hacia viviendas residenciales podría haber sido otra de las salidas, un plan que se adapta a la transformación del microcentro que propone la ciudad, pero hasta el momento no hay avances de ningún tipo.
Hace algunos meses desde el Banco Hipotecario explicaban que al momento de adquirir el edificio se pensaban concentrar todas las actividades en un solo lugar, pero que esa idea se había modificado por el contexto laboral y por los planes del gobierno de modificar el microcentro con la posibilidad de promover viviendas.
El Banco Hipotecario cuenta con 1600 empleados en todo el país, 800 de ellos en la ciudad de Buenos Aires y concentrados en la sede central de Reconquista y Mitre y otros inmuebles que alquilan en la zona. Diseñado por el arquitecto Clorindo Testa junto a sus colegas Santiago Sánchez Elías, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini, pertenecientes al estudio Sepra, el edificio principal fue construido entre 1960 y 1966 para el Banco de Londres. Los empleados del Hipotecario se mudaron allí en 1997 dejando atrás las oficinas del edificio de Plaza de Mayo que hoy ocupa la sede de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Hoy la empresa “no tiene nada nuevo para informar”, según le admitieron a LA NACIÓN, por lo que se deduce que el destino más probable del Edificio del Plata sea el mismo de hace un tiempo atrás: el de una posible venta.
El coloso de la 9 de Julio no tiene el cartel de venta colgado en su fachada, que sigue siendo aprovechada como una gran marquesina publicitaria, aunque no debería sorprender si cambia de manos nuevamente.
Subasta millonaria
Todas las plantas se encuentran abiertas salvo algunas oficinas que quedaron en pie de cuando funcionaba allí el Banco Ciudad y las dependencias del gobierno de la ciudad. Es decir, la estructura se encuentra preparada para adaptarse a cualquier propuesta inmobiliaria, ya sea residencial, comercial o de oficinas.
El inmueble dejó de pertenecer a la administración porteña en 2016 cuando IRSA y el Banco Hipotecario lo adquirieron en una subasta pública por US$68.114.000. Para eso debieron competir en la compulsa con otros dos oferentes: el Grupo Emepa, que llegó hasta los US$68.000.000; y la empresa Dwell, que ofertó un máximo de US$43.000.000. Fue la venta de bienes públicos de mayor recaudación hasta noviembre de 2018 cuando el fideicomiso Buenos Aires Landmark compró una porción de las tierras del ex Tiro Federal en US$151.500.000.
Los más de US$68.000.000 fueron utilizados por el gobierno porteño para comprar el edificio de Parque Patricios, diseñado por el arquitecto Norman Foster, donde desde 2015 funciona la jefatura de gobierno y otras dependencias locales, que pertenecía al Banco Ciudad y era alquilado por la administración local. El Ciudad, que en 2010 invirtió $250.000.000 para su construcción (US$64.000.000 al cambio oficial de ese momento) tuvo que mudar su funcionamiento central a un edificio de la calle Florida.
Si cayera el velo publicitario, dejaría expuesta la magnitud del Edificio del Plata que en el largo de una cuadra devuelve una imagen de pequeñas cuadrículas rectangulares ubicadas en un rectángulo mayor donde están insertadas todas las ventanas que fueron parte de la administración pública durante décadas. Ya pasaron ocho años de marquesina y espacios ociosos, con la mirada siempre puesta en un cambio de uso que lo devuelva a la vida.