En la ciudad hay más de 12.000 manzanas y muchas de ellas son tan pequeñas que solo cabe una propiedad; por qué se generaron y dónde están las más emblemáticas
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Dentro del local no hay espacio para mucho más que heladeras, freezers, un mostrador con la caja registradora y la parrilla. Los baños para los clientes tuvieron que instalarlos en la planta alta; el depósito, también. Y las 13 mesas deben distribuirse en la vereda, bajo un techo de chapa que rodea todo el comercio. En realidad, que rodea toda la manzana, porque es tan chica que funciona como una rotonda. Son solo 54 metros cuadrados, en dos plantas, la misma superficie de un monoambiente cómodo. Y es la única propiedad de la manzana más chica de la ciudad, también conocida en el barrio de Villa Pueyrredón como La Manzanita.
La ciudad de Buenos Aires tiene 12.626 manzanas con un promedio de 11.338 metros cuadrados cada una. En ese universo conviven rarezas que fueron constituyéndose con el trazado histórico de las calles, el parcelamiento de terrenos privados y la proyección de grandes avenidas y diagonales, principalmente. Muchas de esas parcelas se convirtieron en plazoletas o pequeños espacios verdes, aunque también hay otras que tienen actividad comercial o familiar. Son las mini manzanas porteñas.
En el último de los grupos se encuentra La Manzanita donde hoy funciona la parrilla Eriberto y con historial que incluye verdulería, bar, peluquería, kiosco y vivienda. Otros ejemplos similares, y pequeños, se pueden encontrar en Villa Devoto, a metros de la avenida Beiró y con un local de venta de zapatillas y zapatos, más un estudio de arquitectura; y en Villa Lugano, pegado a la villa 15 (o Ciudad Oculta), donde funciona una dependencia barrial.
De acuerdo a los datos catastrales la manzana de la parrilla, ubicada entre las calles Helguera, Escobar y la avenida Del Fomentista, es la más chica de la ciudad. El comercio está rodeado de canteros y algunas mesas afuera donde se asienta la clientela del barrio.
En diagonal hay otra manzana similar, aunque un poco más amplia. Las propiedades están cercadas, pero se pueden ver rastros de viejos comercios como carnicería, verdulería y kiosco. Detrás de una cortina hecha con una bandera se pueden ver algunas prendas colgadas en un tendal, también papel higiénico y otras pertenencias personales. Parece una manzana tomada, también abandonada.
En la zona, cerca de la General Paz, hay otras manzanas parecidas, víctimas del trazado de la avenida Del Fomentista y el tendido de la vía del ferrocarril Mitre, ramal Retiro-José León Suárez. En algunas hay viviendas, con PH a la venta cerca de las vías, y todas tienen su particular atractivo.
“Hace 11 años pasamos por acá, vimos el local, la manzana particular, y nos convencimos de instalar la parrilla”, cuenta Maximiliano Casal, propietario de la parrilla Eriberto, nombre elegido en honor al padre de su socio. “Nos pareció interesante la forma de la manzana, que se pudiera estacionar en toda la vuelta y que sea muy de barrio. Es algo diferente, aunque por el espacio que tenemos, no podemos expandirnos mucho más de lo que ofrecemos. La parrilla es nuestra referencia”, agrega.
La otra mini manzana más pequeña de la ciudad, según los registros oficiales, está entre las calles Zuviría, Herrera y Lisandro de la Torre, con nomenclatura técnica SM 078-095A, en Villa Lugano, aunque estos lotes pequeños se encuentran distribuidos por toda la ciudad.
Villa Devoto, por ejemplo, es uno de los barrios donde suelen aparecer en forma triangular. Como esas que se encuentran frente a frente en el cruce de Fernández de Enciso y Joaquín V. González, donde funcionan la Asociación de Fomento de Villa Devoto y la Biblioteca Roque Sáenz Peña desde 1896, y comercios gastronómicos. Sin embargo, no son las más chicas de la zona.
“Parece chica, pero para actividad comercial está muy bien. Nosotros llegamos hace cinco meses; antes había una heladería, y nos pudimos acomodar. La exposición de los zapatos y zapatillas está en la planta baja y en el subsuelo está el baño y el depósito. ¿Esta puerta que ves acá? Da a la calle, así de cortita es la manzana”, describe Bautista Dall´Orso, de la zapatería BREE, en la manzana ubicada entre las calles Fernández de Enciso, Navarro y Segurola.
El edificio espigado, de color gris y dos plantas, enseguida se destaca desde la avenida Beiró. En el segundo piso funciona un estudio de arquitectura y se agregó una terraza para ganar espacio. El secreto de una superficie pequeña es estirarse, hacia arriba o bajo tierra. “La forma de la manzana es una linda particularidad y hay gente que se sorprende. Es un elemento más, otro atractivo, que se puede aprovechar desde lo comercial”, apunta Bautista.
En las más de 12.000 manzanas porteñas hay 318.412 parcelas que tienen una superficie promedio de 460 metros cuadrados. Entre ellas hay 219.828 con un frente inferior a 10 metros, aunque las mini manzanas con usos comerciales o de viviendas suelen tener mucho menos que esa medida.
Más chicas aún son aquellas aprovechadas para instalar una pequeña plazoleta o espacio público. Dentro de ese grupo se encuentran las más pequeñas de la ciudad. El listado lo encabezan las ubicadas en Melincué y Nazca (Villa del Parque), Pola y Somellera (Villa Lugano), Rivera Indarte y Tabaré (Villa Soldati), Larrazábal y Zelarrayán (Villa Lugano) y Larrazábal y avenida Argentina (Villa Lugano).
“Estas manzanas se fueron generando a medida que se hacía el trazado de calles mientras crecía la ciudad. La urbanización de grandes quintas privadas, en zonas como Belgrano y Flores, uniéndose a la ciudad, dieron nacimiento a manzanas atípicas y pequeñas. También la aparición de diagonales originó esos espacios; algunos quedaron como espacios públicos, aunque hay otras de usos comerciales y familiares”, resume Aníbal del Olmo, director del área de Antropología Urbana de la secretaría de Desarrollo Urbano.
Pintorescas y llamativas, aunque también lúgubres y abandonadas, las mini manzanas son dibujos geométricos ocultos por la traza urbana porteña. Pueden estar dispersas entre las grandes dimensiones o en conjuntos que dan lugar a conjuntos residenciales, como ocurre en Liniers, y en otros barrios, con los llamados De las mil Casitas.