Más violaciones de clausuras que clausuras en boliches
Cada fin de semana se detectan 16 locales que reabrieron sin permiso, mientras que se impone el cierre a 15
Malibú, un conocido boliche de Palermo, sobre Niceto Vega al 5600, había sido clausurado por la Agencia Gubernamental de Control (AGC) el 15 de octubre de 2016: funcionaba como local bailable sin tener la habilitación necesaria. El 25 de diciembre pasado, la Ciudad constató que sus dueños habían violado la clausura. Volvieron a cerrarlo y a pegar la faja correspondiente. Los encargados del lugar insistieron: reabrieron sin permiso el 21 y el 29 de enero, y el 18 de febrero, incluso hasta las 7.30, según verificaron los inspectores.
Según datos de la Dirección de Fiscalización y Control de la AGC, se detectan más violaciones de clausuras que clausuras impuestas: en lo que va del año hubo en promedio 15 clausuras y 16 violaciones de clausuras cada fin de semana.
Los locales que desvirtúan el rubro parecen ser la regla en la noche porteña. Nunca la excepción. En los últimos tres años hubo casi 12.000 denuncias por estas irregularidades. Pese a las clausuras, los empresarios que sobreviven de espaldas a la legalidad se han blindado contra las sanciones. Y nada ocurre.
La AGC explicó cada fin de semana que lleva a cabo un promedio de 200 inspecciones en los boliches. Cuenta con poco más de 80 agentes, divididos en turnos, que cubren un espectro muy acotado de la Capital. Se estima que en Buenos Aires hay aproximadamente entre 1000 y 1100 locales nocturnos, mientras que sólo 120 están habilitados como "clase C", los únicos donde se permite la actividad de baile. Éstos deben cumplir con rigurosas obligaciones para poder funcionar, más allá de estar inscriptos en el Registro Público de Locales Bailables.
"En líneas generales, la problemática no está en los boliches registrados, sino en aquellos que desvirtúan el rubro. Los bares en los que a la noche se corren las mesas y suben la música y se transforman así en boliches", confió una fuente de la Ciudad.
En 2015, la AGC recibió 6075 denuncias sobre irregularidades en locales nocturnos, mientras que el año pasado fueron 8131. La preocupación se incrementa proporcionalmente al descontrol general. Muchos boliches no cumplen con las normas. Tampoco con las sanciones.
Las clausuras más comunes están relacionadas con la falta de habilitación y de matafuegos, y con irregularidades de seguridad e higiene. También existen otras faltas importantes que implican un castigo mayor, como es el ingreso de menores, los ruidos molestos, el expendio de alcohol en horario no permitido o superar la capacidad de personas asignadas a un local. Todas ocurren a menudo.
Desde este año, la AGC está comandada por Ricardo Pedace, ex subjefe de la Policía Metropolitana. Pedace fue invitado a ocupar este cargo por el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. El policía retirado quiere imprimirle a su gestión los réditos que le otorga su pasado no tan lejano, signado por una buena sintonía con la policía. Y con la policía como aliado la historia es otra.
Así, asegura Pedace, buscará sancionar a los boliches que violen la clausura. Incluso comenzó a tapiar los locales reincidentes. Aunque habrá que ver hasta dónde llega la política de "mano dura".
12.000
denuncias
Recibió la Ciudad en los últimos tres años por bares que desvirtúan el rubro y funcionan como locales bailables