Se trata del antiguo Instituto de las Hermanas del Niño Jesús, una construcción con protección patrimonial cautelar
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Con la intención de activar el centro de Buenos Aires surgen nuevos emprendimientos destinados a atraer jóvenes, oficinistas y estudiantes, transformando edificios emblemáticos en viviendas. Es el caso del antiguo Instituto de las Hermanas del Niño Jesús, en Hipólito Yrigoyen 2441, Balvanera, donde avanzan las obras para construir 100 modernos lofts con vista abierta y amenities. Algo similar a un mini country dicen los arquitectos. Sin embargo, tras los muros de la construcción se esconden una serie de misterios y secretos de cuando allí funcionó durante décadas un tradicional colegio de monjas francesas para mujeres.
El flamante complejo, que promete conservar la fachada original neoclásica, se llama Patios del Sol y está previsto que las primeras unidades se entreguen hacia fin de año, con valores entre US$48.000 y US$150.000. Gracias a una inversión de 6 millones de dólares, los desarrolladores adquirieron la obra levantada para funcionar colegio a principios de 1919 por una arquitecto desconocido. No hay inscripciones en las paredes, ni registros históricos de quien lo diseñó, hecho que le agrega misterio al icónico edificio alrededor del cual sus exalumnas aún tejen entrañables recuerdos.
Las Hermanas del Niño Jesús es una congregación femenina de más de 350 años de antigüedad en el mundo y con aproximadamente 130 años en la Argentina. En 1970, las monjas se marcharon de Balvanera y dejó de funcionar allí el Instituto Niño Jesús. La construcción fue adquirida por la Universidad del Salvador (USAL), que la ocupó hasta fines del 2019. Si bien la USAL no brindó detalles al respecto, el inmueble habría sido vendido por 3 millones de dólares, informaron fuentes del mercado inmobiliario.
“Es una construcción con protección cautelar. Nos comprometimos ante el Gobierno porteño a preservar todos los detalles patrimoniales, volviéndolo a su conformación y trazado inicial, demoliendo todos los volúmenes invasivos instalados con posterioridad”, explica el arquitecto Luis Balzola, de Balzola & Asociados, atelier y desarrolladora con experiencia en obras en Buenos Aires, el sur de Francia y España.
Los inmuebles con protección especial edilicia tienen tres niveles de protección: cautelar, estructural o integral. En esta caso, y según la ley, forma parte del conjunto de edificios anteriores a 1941 y que no podrán ser demolidos, reformados, ampliados ni intervenidos sin una previa evaluación del proyecto por parte del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP).
En el excolegio religioso, desde que se dio el visto bueno al plan, en noviembre del 2021, se trabaja en la transformación de este inmueble austero en ornamentación pero que posee de 6000 metros cuadrados cubiertos y tres pisos. Es una de las tantas grandes obras arquitectónicas que funcionaron como los típicos institutos de curas o monjas de Buenos Aires.
“Lamentamos que desapareció la capilla, era preciosa”, se lamenta Irene Rey, que ingresó a la institución en 1953 y egresó en 1966. “Durante los últimos años en los que yo estudié allí a la tarde ya se utilizaba como sede de la USAL, y ellos hicieron una serie de reformas: cambiaron por aulas el locutorio de las visitas o sala de espera y quitaron la capilla para poner una biblioteca”.
Con el nuevo proyecto, dicha biblioteca pasará a ser un loft. “Es una lástima que lo reformen, creemos las exalumnas. Sin embargo, es entendible que a las comunidades les cueste mantener edificios grandes y terminen por desprenderse de ellos”, agrega.
Una zona de construcciones patrimoniales
No sin profunda emoción recuerda su infancia tras los muros del edificio que tenía distintos patios, dos grutas religiosas, claustros o dormitorios de monjas y habitaciones para niñas pupilas ya que también fue un colegio para pupilas y medio pupilas. Aprendían francés, y era una educación muy estricta donde se recibían de maestras. El uniforme de invierno era un blusón azul que se ataba atrás, luego fue un jumper y siempre usaron boinas. “Si llegabas el lunes con las uñas pintadas, las monjas te esperaban en la puerta con el quita esmaltes para sacártelo. Los novios no te podían esperar en la puerta y en las esquinas había monjas que controlaban todo”, cuenta la mujer.
Si bien las religiosas dejaron el colegio, Las Hermanas del Niño Jesús en Argentina tienen actualmente casa en otros puntos del país, entre ellos en Fátima, provincia de Buenos Aires. En Balvanera, en un edificio más moderno justo la esquina de lo que era el colegio, es decir en Irigoyen y Matheu, unas 45 religiosas de esa orden atienden un pensionado de mujeres mayores.
La construcción está ubicada en un sitio bien comunicado, sobre Yrigoyen, entre Matheu y Alberti, a una cuadra de la línea A de subtes, entre Plaza Miserere y la Plaza del Congreso. Se mantuvo en buen estado de preservación a lo largo de su historia, agrega Balzola, que realizó una especialización en Italia. Dice que encontraron un edificio noble, sin filtraciones de cimientos ni paredes rajadas, lo cual no siempre suele suceder cuando se intervienen construcciones de ese período.
En el exterior se aprecian su fachada neoclásica; las grandes ventanas de madera con rejas trabajadas, todo de época; la puerta de acceso de dos hojas en hierro y con bronces e incrustaciones, los tímpanos, las cornisas, las molduras y la escultura del Niño Jesús, entre otros ornamentos y detalles que prometen conservar. A su vez, en el interior se preservarán las escaleras con sus barandas de madera; los pisos de mosaico calcáreos decorados y una serie de detalles que le dan personalidad a la obra.
Respecto de los dos patios, uno adelante y otro detrás, volverán a su estado inicial, al eliminar una construcción y dos pisos de aulas agregadas con posterioridad. “Ambos patios son largos y tienen mucha luz. Todos los lofts dan o a la calle, o a uno de los patios, o a los jardines. A su vez la obra está rodeada de construcciones patrimoniales, sin posibilidad de que se construya algo nuevo al lado, lo cual permitirá gozar de una visión luminosa y despejada del cielo”, explicó Balzola.
Entre los edificios icónicos que lo rodean vale la pena destacar Casa Calise, una obra del arquitecto Virginio Colombo que ha sido recientemente restaurada.
El complejo de Balvanera tendrá 100 unidades de departamentos en dos niveles denominados de acuerdo con el tamaño: dúplex, tiny y duomos. Lo que fuera la capilla del instituto será convertida en loft. Debido a que los techos son altos fue posible agregar entrepisos y construir minicasas de hasta 48 metros cuadrados cubiertos, dos ambientes y medio con una serie de agregados: subsuelo, terraza, amenities, dos snack bar, gimnasio, dos fuentes, parrilla, espacio de coworking, almacén, laundry y guardabicicletas. “Es como vivir en un minicountry”, resume el arquitecto, que en estos momentos también realiza otra obra en el sur de Francia.
Hasta hoy se vendieron más de 20 unidades. Se estima que el valor del metro cuadrado en esa zona es de 1400 dólares, y ofrece la posibilidad de pagar los lofts en cuotas que arrancan en los US$600. “Estamos debajo de la media de mercado para esta zona en departamentos a estrenar, considerando lo que se ofrece en cuanto a funcionalidades, amenities, ventajas y confort, detalles de jerarquía, tanto en las unidades como, sobre todo, en los patios y terrazas interiores, alrededor de los cuales se desarrollan las unidades”, agrega Brian Packer, fiduciario del emprendimiento.