Los familiares entre el dolor, los recuerdos y la esperanza
Más de medio centenar de allegados a las víctimas estuvieron presentes en la audiencia; lágrimas y mutuo apoyo
Ansiedad, bronca, pero sobre todo esperanza, éso es lo que sienten. Para los familiares y allegados de los 51 muertos y casi 800 heridos del accidente del ferrocarril Sarmiento en Once , ayer, finalmente, comenzó otro tramo de un camino arduo y largo , pero con la esperanza de que al final recibirán la justicia que reclaman.
Luego de dos años, medio centenar de familiares de las 51 personas muertas en la tragedia del Sarmiento asistieron a la audiencia con la que se dio comienzo al juicio oral. La mayoría se presentó con las pancartas de "ju5t1cia", y vistiendo remeras con los nombres y las caras de las víctimas.
En la entrada de los tribunales de Comodoro Py al 2002 hubo carteles y grandes banderas reclamando en nombre de "los que se fueron; los que quedamos y los que vendrán". Con excepción de la ONG Vías Sarmiento, ninguna otra organización se presentó en el lugar.
"Tengo bronca, pero también la tranquilidad de que tenemos la verdad de nuestro lado. Hicimos todo lo que teníamos que hacer, y vemos a los procesados haciendo todo lo posible para evitar que este juicio se lleve adelante. Sabemos que hay un país entero esperando que este juicio les permita recuperar su confianza en la Justicia", señaló ayer a LA NACION María Luján Rey, madre del fallecido Lucas Menghini.
Otra madre que también perdió una hija, Norma Altamirano, contó lo suyo. "Tengo muchos nervios, es difícil estar acá, pero estoy escuchando y tengo toda la expectativa de que salgamos con algo positivo."
Los familiares de las víctimas fueron ubicados en el salón de audiencias de la sala AMIA, donde se realizó el inicio del proceso, y sólo un vidrio los separaba de los funcionarios y empresarios imputados.
"Se siente miedo entre los acusados, hay tensión. Para nosotros es una buena sensación, los vemos preocupados", describió Elisa Ojeda, tía de la víctima Carlos Garbuio.
"Yo los veo y para mí no son funcionarios, son asesinos los que están ahí sentados", afirmó Mónica Bolega, madre de la joven Tatiana Pontiroli.
"Es muy difícil. Los ves levantarse, te los encontrás en el bar y te morís de dolor. Pero estoy acá porque tengo esperanzas. Creo que los jueces tienen todos los elementos para llegar a la verdad, y eso es todo lo que pido", comentó conmovida Estela Jiménez, madre de Jonatan Báez quien, con 27años, murió ese 22 de febrero camino a su trabajo.
Al igual que Estela, muchos de los familiares consultados ayer manifestaron que lo que les da la fuerza para resistir una audiencia como esta, donde tienen que escuchar una y otra vez los detalles de la tragedia y sentarse a pocos metros de los acusados, es la expectativa de que este juicio sea condenatorio para todos los responsables.
"Yo estoy seguro de que los van a condenar. Las pruebas son contundentes. Estábamos esperando este momento con mucha ansiedad", señaló Luciano Cerricchi, hermano de Matías, quien perdió la vida en la tragedia junto con su mujer, Natalia Benítez.
"Creo que esta vez la Justicia se va a reivindicar y se va a resolver algo en Argentina. El juicio será largo, lo sabemos, pero creo que estamos empezando bien", dijo el padre de "Coqui" Alonso, muerto ese día.
Varios familiares señalaron que el juicio en sí mismo representa una suerte de bálsamo, una primera aproximación a la Justicia que esperan obtener. "Cuando me enteré de la fecha me puse feliz. Con el tamaño de la instrucción es un consuelo que no haya tardado más que dos años en empezar el juicio, y que hoy la gente vea a los funcionarios dando la cara ante los jueces y se sepa lo que hicieron", se esperanzó Jorge López, un amigo de Matías Cerricchi, otra de las víctimas.
Después de siete horas de audiencia, los familiares se retiraron por una puerta y los acusados, por otra. Entre los primeros se escuchaban llantos. Pero entre todos se dieron fuerza para realizar un último gesto antes de retirarse agotados a sus casas. Se reunieron en la entrada del tribunal y, como en todos los aniversarios, levantaron juntos los carteles de justicia y las fotos de sus seres perdidos.
"El amor que ya no le puedo dar a Lucas en la forma de mimos o abrazos ahora se lo doy de esta manera, lo vuelco en esta lucha", había dicho más temprano Paolo Menghini, y el sentimiento era el de todos los que se despidieron hasta la próxima audiencia.
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