Los 100 años del Club Ciudad: de aquel sueño de un grupo de empleados al centenario en cuarentena
El Club Ciudad de Buenos Aires cumple hoy 100 años. Y lo celebra de una manera extraña. Impensada. Muy diferente a lo que estaba planeado. Con sus puertas cerradas (o casi) que impiden soplar las velitas con una reunión multitudinaria. Pero el orgullo de sus socios de ser testigos de este momento histórico es mucho más poderoso que este contexto de pandemia y cuarentena que alteró la vida de todos.
"El año pasado habíamos decidido guardar algún dinero de la Colonia para subsidiar la fiesta del Centenario. Teníamos planeado hacer dos actos oficiales: una cena formal y una reunión social más popular, con shows gratuitos y comida a muy bajo precio, similar a lo que venimos haciendo hace unos años para el Día de la Primavera", repasa Oscar Vázquez, presidente de Muni, a LA NACION. "Pero en marzo apareció la cuarentena y esa ganancia se destinó a la supervivencia de la institución", completa.
Los planes se modificaron. La celebración mutó. El dirigente lo resume: "En lugar de que se terminen los 100 años, decidimos que hoy comience el año del Centenario. Con diferentes propuestas que se irán comunicando desde hoy (como el estreno de la canción oficial del club) hasta el 6 de octubre de 2021. Y con la ilusión de que en algún momento podamos hacer la celebración que nos merecemos como socios. Desde que está la cuarentena vivimos otra vida, no la nuestra. Y la del Club es igual. No es el club de siempre. ¿Dónde existe un club sin gente?".
Eso que dice Vázquez es lo que más se extraña cuando se recorren las instalaciones de Muni, que desde hace un mes y medio reabrió para los socios que realizan deportes individuales (tenis, paleta, running, golf). Esa alegría y felicidad de volver se contrastan con la tristeza y la nostalgia que produce el silencio. La banda sonora de Muni es el bullicio. El ruido a gente practicando deportes. Las pelotas de básquet picando en los playones, las palmas de las manos golpeando las pelotas de voley, chicos que van y vienen corriendo o en bici, risas infantiles en la plaza blanda, las frenadas de los patines en hockey sobre ruedas, los festejos de José Gallegol Laviana (histórico artillero del fútbol senior) o de Oscar Rosemberg (la Pantera de Pacífico). O la magia de los hermanos Bellagamba. O los cierres del eterno Parlita, un defensor tiempista como pocos. O las vueltas olímpicas de Los Bochas (multicampeón de los 90) en las canchitas de césped sintético. Los tapones de los rugbiers chocando contra el asfalto rumbo a su cancha y el aliento constante alrededor de las canchas de hockey sobre césped, donde en un contexto normal la actividad nunca se detiene: de Primera para abajo, si no juegan las chicas, les toca a los chicos.
A toda hora, en Muni se respira deporte. Salvo al mediodía o en las noches de verano, cuando desde la zona de los quinchos sobrevuela un inconfundible aroma a asado familiar, donde cuenta la leyenda que un joven apodado El Beto estableció el récord de hacer 60 asados en jornadas consecutivas entre enero y marzo de 1999.
"Nos hicimos socios porque mi marido, Rocco, era municipal (fue barítono en el teatro Colón)", comparte a LA NACION María Ester Izykowsky, que a finales de noviembre cumplirá junto a su esposo 40 años como socia y que durante mucho tiempo fue una habitué de las clases de gimnasia femenina que dictaba la profesora Graciela. Su compañero, en cambio, se anotaba en todos los partidos posibles de voley, en las viejas canchas de polvo de ladrillo. "Muni es la reunión con mi familia. Es ver a mis hijos, Pablo y Roberto, practicar deportes desde chiquitos en el cuerpo de cadetes y ahora disfrutar de mis nietos. Lucas y Nicolás hacen tenis y natación, y Lucio y Emilia practican gimnasia artística. Es la síntesis de la familia y el deporte."
Cada historia es especial. Y a lo largo de estos 100 años los socios fueron protagonistas esenciales en el cuidado de su club. Poniendo el pecho para recuperar sectores que parecían perdidos, cuando hizo falta, y el hombro para sostenerlo, como ahora. "Debemos ser de los clubes que menos socios perdieron en toda esta situación. Y eso que el gasto en el club no es prioritario en la economía de las familias", comparte el presidente. Y amplía: "Pero los más de 6000 socios han sido totalmente solidarios con el club. Pagando la cuota y acompañando desde sus casas. Se han portado de primera y solo tenemos palabras de agradecimiento. Gracias a los socios estamos vivos como institución."
Oscar es socio desde 1988. Fue entonces cuando, junto a su esposa, decidieron ese estilo de vida para su incipiente familia. "Mis tres hijas pasaron por Muni cuando eran chicas. Y compartir una vida tan sana al aire libre y cerca del deporte las ha ayudado mucho en su formación y en valores, como la solidaridad, el respeto y trabajar en equipo. Soy un papá orgulloso". Con el tiempo, se fue involucrando hasta llegar a ser presidente. "Meterme en el día a día fue una forma de devolverle al club muchas cosas de las que me había dado. No es una historia diferente a la de cualquier otro socio o ser humano: involucrarse para participar y tratar de mejorar su entorno", agrega.
Como parte de las celebraciones, la Subcomisión del Centenario resolvió que cada deporte, de los que actualmente se practican de forma competitiva en el club, designe en un Embajador Deportivo. Que enaltezca los valores y principios de la institución: respeto, honestidad, humildad, solidaridad y sentido de pertenencia. Y eligió como abanderada a Carla Rebecchi.
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"Es una gran alegría que Muni cumpla 100 años. Siento un orgullo enorme por ser la abanderada del club en su centenario. Significa un honor para mí. Amo a mi club, es mi segunda casa y lo disfruto mucho. Trato de dar siempre lo mejor por la camiseta que amo. Cuando entro a la cancha mi filosofía es dejar el 100%. Y muchísimo más cuando es en el club que amo desde siempre", resume con emoción la goleadora de la primera división de hockey sobre césped y de las Leonas, en una entrevista publicada en la revista realizada para este aniversario.
Son cientos los deportistas destacados que nacieron en esta institución: Luis Scola (básquet), Marcelo Garraffo, Cecilia Rognoni y Sergio Cachito Vigil (hockey), Facundo Conte (vóleibol), Darío Rolletelni y Adrián Sueiro (Paleta) y Diego Rilo (rugby). Y cientos más los que se suman en estas horas a los saludos. Desde Emanuel Ginóbili hasta Javier Zanetti, pasando por la Tigresa Marcela Acuña, el exPuma Rodrigo Roncero y el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, en videos que la institución exhibe con orgullo en sus redes sociales con el hashtag #MuniCumple100. "Tienen una belleza de club y realmente vale la pena disfrutarlo", destaca Manu.
¡Gracias @manuginobili!Para todos los que conformamos la gran familia del Club Ciudad es un orgullo recibir tu cariñoso saludo.#MuniCumple100pic.twitter.com/yM5YCLwdlT&— Club Ciudad de Bs As (@clubciudad) October 4, 2020
El origen
El 6 de Octubre de 1920 empleados de la Dirección de Alumbrado le dieron vida a un club que bautizaron Club Atlético Dirección de Alumbrado y comenzaron a gestionar la cesión de un campo deportivo ante las autoridades del Municipio. Así, el 6 de Abril de 1921 la Intendencia de la ciudad de Buenos Aires cedía por decreto una fracción de terreno de 100 metros sobre las calles Blandengues, hoy Avenida del Libertador, y 200 metros por Republiquetas (luego Crisólogo Larralde y en la actualidad Miguel Sánchez). Para 1925 ya se practicaba allí fútbol, pelota a paleta, tenis, bochas, ajedrez, croquet y sapo.
En Abril de 1930, un grupo de empleados de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires se reunió en el Palacio de la Intendencia para manifestarse a favor de la constitución de una entidad deportiva que cobijara a todos los municipales. Se resolvió entonces constituir la entidad que se denominó Club Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires
Siete años más tarde, en 1937, el Concejo Deliberante sancionó un decreto que reconocía al Club Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, juntamente con el Club Atlético Dirección de Alumbrado, como club oficial de la Municipalidad. Fue por eso que el 20 de mayo de 1940, después de numerosas reuniones entre los directivos de los Clubes Alumbrado y Municipalidad, se fusionaron en una nueva Institución cuya denominación fue Club Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, debió esperar hasta 1977 para poder ser dueño de ese predio.
En 1978 una Ordenanza Municipal prohibió el uso de los nombres que distinguen a la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires. En consecuencia, la Comisión Directiva sometió a consideración, en una Asamblea Extraordinaria, el cambio del nombre del club, aprobándose por unanimidad que el mismo sea Club ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, el apodo Muni sigue identificando a la institución desde hace décadas.
Aunque no se practica de forma oficial desde hace más de medio siglo, el fútbol tiene un fuerte lazo con los orígenes de la institución. Una pelota de ese deporte fue el primer elemento deportivo adquirido por el Club Atlético Dirección General de Alumbrado. De algún modo, su piedra fundamental. En cuanto a los colores del equipo, en un primer momento se aprobó la compra de camisetas celeste claro con franja negra horizontal en el pecho y medias haciendo juego. Más tarde, la primera Subcomisión de Deportes promovió el uso de una casaca con los colores rojo oscuro y blanco, a rayas verticales. Mucho más tarde llegaron, para quedarse, las franjas horizontales celeste y blancas.
Mientras se iniciaban los trabajos de rellenamiento y nivelación de las zonas fangosas del campo, para los partidos se utilizó la cancha de Chacarita, ubicada en la zona del actual Parque Los Andes, frente al Cementerio. Más tarde se aceptó una oferta del Club Platense, que propuso encargarse de las mejoras de la cancha a cambio de su concesión, con fixture compartido, por el término de tres años.
Curiosidades de la historia, Platense vuelve en la actualidad a cruzarse en el camino de Muni. Hace apenas tres días, Ignacio Schor debutó en la primera división del equipo Calamar, en un amistoso frente a Brown de Adrogué. "Desde los 5 hasta los 8 años formé parte de la escuelita de fútbol de Muni, con los profes Emilce y Javier. Y después seguí jugando con el Córdoba. Siempre voy a estar agradecido porque Muni me enseño valores como el respeto y la amistad, que me ayudan a cumplir mi primer objetivo que es estar en Primera", le cuenta Nacho, de 20 años, a LA NACION. Marcelo, su orgulloso padre, acota: "Con el Córdoba aprendió los mejores códigos". El Córdoba se llama en realidad Raúl Horacio Rojo y es uno de los personajes más pintorescos del club. Un hombre sano, leal y buen amigo de sus amigos, que a los 60 años disfruta cada fin de semana de jugar rodeado de chicos de todas las edades. Sus frases eternas, como "Es gol, es gol" y "Bien voleado" y su inconfundible tonada cordobesa son un clásico para todos los menores de 45 años que pasaron por las canchitas de fútbol de Muni de 1980 a hoy.
El Ciudad es un club con 16 deportes federados y 24 actividades recreativas. Un club con 17 hectáreas de espacios verdes. Un club con la estatua de un misterioso perro y hasta con un lago y una isla. Un club único y emblemático de Buenos Aires. Un club centenario.