Llegan directivos de Iron Mountain a Buenos Aires
Vienen desde Boston e integran un comité de crisis con sus pares locales
El incendio y posterior derrumbe que causó nueve muertos en Barracas no sólo conmocionó al barrio y al ámbito de los bomberos, luego de que siete de ellos y dos rescatistas de Defensa Civil fallecieran en el galpón de la empresa Iron Mountain (IRM). La firma norteamericana también fue sacudida por la tragedia: directivos de la sede central de IRM, en Boston, van y vienen a Buenos Aires desde los días posteriores a la tragedia, y mantienen reuniones con sus pares locales.
Según pudo saber LA NACION, tras el luctuoso incendio ocurrido el miércoles de la semana pasada, autoridades de la sede central de Iron Mountain viajaron desde los Estados Unidos a la ciudad para integrar un comité de crisis en el que se analizan los hechos y los pasos por seguir, mientras avanza la investigación judicial del siniestro.
Como se recordará, los primeros testimonios recolectados por la fiscal nacional en lo criminal Marcela Sánchez indicaron que falló el sistema antiincendios instalado por Iron Mountain en el depósito de Barracas, donde se almacenaban archivos valiosos del Banco Provincia, de Aerolíneas Argentinas y hasta de compañías atribuidas al empresario kirchnerista Lázaro Báez.
En el expediente, caratulado como NN sobre incendio u otro estrago con muerte de personas, los testigos hablaron de irregularidades en el funcionamiento de las alarmas, de los aspersores y de las bombas de agua.
En Iron Mountain no sólo ven con preocupación este tema, ya que fue el primer incendio en una instalación de la firma en el que fallecieron bomberos y rescatistas y que, por lo tanto, tomó una trascendencia inusitada.
Previamente, tres depósitos de la empresa norteamericana se destruyeron por el fuego en Nueva Jersey (Estados Unidos) en 1997 y dos en Londres (Inglaterra) y Ottawa Canadá), durante 2006, sin víctimas mortales.
En el siniestro de Barracas murieron el comisario inspector Leonardo Day; la subinspectora Anahí Gárnica; los cabos primeros Eduardo Adrián Canessa y Damián Véliz, y los agentes Maximiliano Martínez y Juan Matías Monticelli (todos integrantes del Cuerpo de Bomberos de la Policía Federal); Sebastián Campos, del cuartel de voluntarios Vuelta de Rocha, y los empleados de Defensa Civil José Méndez y Pedro Baricolo.
Precisamente, los familiares de este último se convirtieron ayer en los primeros en presentarse como querellantes en la causa judicial que instruye la fiscal Sánchez.
La funcionaria, según un comunicado oficial, continúa analizando todas las filmaciones de las cámaras del interior del galpón registradas antes y durante la tragedia.
También, las transcripciones del registro de trunking (intercomunicaciones) entre el Servicio de Emergencias 911, los Bomberos y la Policía Federal, al tiempo que ordenó tareas en los alrededores del depósito para dar con testigos de relevancia que permitan aclarar los hechos.
Por el momento, la Justicia no descarta ninguna hipótesis respecto del origen de las llamas, que podría haber sido accidental o intencional.
Pese a que Iron Mountain mantiene el hermetismo, voceros de la firma dejaron trascender que no cuentan con información adicional ni indicio ni sospecha sobre cómo pudo haberse desencadenado el fuego.
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