¿Licencia por mascotas? Piden que se otorguen días no laborables por la muerte de perros y gatos
La iniciativa se lanzó con una campaña en Change.org y suma cerca de 30.000 firmas
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La muerte de un animal de compañía, ¿puede provocar angustia o dolor similares a los que causa el fallecimiento de un familiar o un amigo? En la ciudad de Buenos Aires hay una mascota por cada tres porteños; en ciertos casos, incluso, perros o gatos que son los principales compañeros de las personas. En esos vínculos que exceden los tradicionales entre humanos hacia la conformación de familias multiespecie, ¿el duelo por la pérdida se mide de igual forma? Para muchas personas, sí.
Por eso, y con el objetivo puesto en que las mascotas sean legalmente consideradas como parte de las familias, una iniciativa de participación ciudadana abrió la discusión pública para modificar el régimen de licencias especiales en el ámbito laboral: propone que se otorguen días de licencia por la muerte de un perro, un gato o cualquier otro tipo de animales de compañía para poder enfrentar el duelo inicial en la intimidad.
La propuesta fue creada en la plataforma Change.org por una empresa de alimentos balanceados para perros y gatos. Hasta el cierre de esta nota, había conseguido más de 28.850 firmas. “En la Argentina se otorgan hasta cuatro días de licencia por el fallecimiento de un familiar, pero no se considera ningún día cuando se trata de una mascota. Firmá hoy para que los integrantes más fieles de nuestro hogar sean parte de la Ley de Licencias Especiales”, invita.
El objetivo de máxima es que la iniciativa de participación ciudadana tome fuerza de proyecto de ley para que llegue al Congreso de la Nación y sea debatido. Los responsables de lanzarla afirman que diputados de varios partidos ya mostraron interés y podrían ser los canalizadores.
“Nosotros proponemos que las mascotas sean incluidas dentro de la Ley de Licencias Especiales por el fallecimiento de un familiar porque las consideramos parte de la familia. Creemos que esos días de duelo no deberían estar librados a criterio o discreción de cada empleador, sino que es algo que se debe institucionalizar. No estamos capacitados para hablar de cómo se debería modificar la ley, pero sí queríamos abrir la discusión”, explica Antonella Marini, de Mon Ami, la empresa que lanzó la propuesta.
Duelo igual
Mientras para algunos se trata de una iniciativa polémica, aquellas personas que tienen un vínculo cercano con sus mascotas al considerarlas parte de su familia entienden que daría respuesta a una necesidad y sería una herramienta importante para sobrellevar el duelo. Es el caso de Alfonsina Marassi, acostumbrada a convivir con perros suyos o rescatados y en tránsito, que tuvo algunas pérdidas dolorosas.
“La última fue la de Frida, en noviembre de 2020, a poquitos días de cumplir sus 11 años. Su muerte fue sumamente dolorosa, se me partió el corazón en mil pedazos. Tanto yo como mi familia la amábamos profundamente, para nosotros nuestros perritos son parte de nuestra familia”, dice. “En ese momento no estaba trabajando porque había perdido mi empleo. Por suerte pasó así porque no hubiese podido seguir con esa cotidianeidad laboral”, sostiene.
Para Alfonsina la propuesta que intenta llegar a debate es adecuada para garantizar que en esos momentos de duelo la persona encontrará el tiempo y el espacio para recomponerse sin tener que pensar en la presión laboral.
“Con nuestros animalitos, tenemos que hacer un duelo como hacemos con una persona que se va. Y es necesario atravesarlo, darle importancia e identidad a ese dolor en nuestras vidas. No puentear esa situación porque realmente es un dolor. Se va un ser querido que amamos, parte de nuestra familia, parte de nuestra cotidianidad, de nuestra vida”, profundiza.
De la misma manera, María Maillet considera acertada la iniciativa que debería “convertirse en un derecho” para todas las familias interespecie. “Pasé más de una vez por la muerte de un animal. Soy docente de escuela pública y tengo seis artículos 70T [días de ausencia justificada] al año, que me permiten faltar si surge alguna necesidad. Pude usarlos cuando mi perra, Lola, se descompensó una mañana”, recuerda con angustia.
“Ese día intenté llevar a Lola a la veterinaria, pero no llegué, ella falleció en mis brazos. Estaba destrozada como para después ir a trabajar en esa circunstancia. Por eso considero que debería ser un derecho tener días de licencia por el fallecimiento de una mascota”, opina María, que vive actualmente con su hijo, dos perras y tres gatos.
“Acorde a la época”
Una medida acorde a la época sería, para Valeria Pologna, la petición que junta firmas en Change.org debido a que muchas personas, sobre todo en grandes ciudades, encuentran en las mascotas el refugio o la compañía al vivir solos.
“A los animalitos los tenés que cuidar como si fuese un familiar a cargo. Entonces, cuando un animalito se enferma, cuidarlo implica una demanda de tiempo y una dedicación que si vivís solo y tenés que laburar, no es compatible”, analiza.
“Supongo que es un fenómeno que se ve más en las ciudades grandes como Buenos Aires, donde las personas eligen cada vez más vivir solas y tienen animales. Mi última gatita murió el año pasado; me pude ocupar de ella porque me tomé vacaciones para poder cuidarla y acompañarla hasta que ella partió. Si no, hubiera sido imposible”, recuerda.
¿Los tiempos de pospandemia pudieron haber incrementado esa sensación de soledad y respaldo en las mascotas como parte de la familia? Para Liliana Muiño, defensora de los animales y counselor, allí está parte de la explicación de la fuerte adhesión que recibió la propuesta. “En esos tiempos mucha gente se aferró a las mascotas y para esas personas, siendo la principal compañía en su vida, la pérdida no se puede menospreciar”, comparte.
“Quizás el duelo se puede resolver más fácil con la adopción de otra mascota, pero hay gente que necesita respetar los tiempos como con cualquier humano de la familia, allegado o amigo. Creo que es fundamental que se respete, que se dé la opción de considerar en las personas la necesidad de hacer el duelo, que es muy sano para procesar la pérdida. Así que para mí es un argumento muy válido”, agrega.
La discusión ya está abierta, por ahora en un sitio que reúne adhesiones.