Las nuevas "bicimotos" ganan espacio en la ciudad
Pueden costar hasta $ 5000 y utilizan motores a explosión de 50 cc; como no es necesario patentarlas a sus usuarios no se les puede labrar multas
Con la explosión de la movilidad alternativa , en las calles porteñas empiezan a verse no sólo cada vez más bicicletas y plegables, sino también otras formas de transporte híbrido como las "bicimotos" -que son bicicletas comunes a las que se les instala un motor-. Los usuarios las adoptan por su practicidad y para desplazarse a bajo costo.
Desde el gobierno de la ciudad advierten que no existe una ley que las regule , por lo que no se las puede multar, por ejemplo, por exceso de velocidad. "Existen dos huecos sobre las «bicimotos»: en la normativa local y en la nacional, porque no están certificadas por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación [IRAM]. Lo ideal sería que se las regule a nivel nacional y que el Código de Tránsito [de la ciudad] después se adapte", dijo a LA NACION el subsecretario de Transporte porteño, Guillermo Dietrich. A su vez, aclaró que las "bicimotos" no pueden circular por las bicisendas. "Hasta hoy sólo pueden hacerlo los rodados sin motor", explicó.
Un usuario de "bicimoto" es Julián Steffens, de 31 años, que viaja todos los días desde Flores hasta su trabajo, en el barrio de San Cristóbal. La compró en 2009, y dos años después creó Bicimotor Club, un grupo que reúne más de 4000 seguidores en Facebook. El principio del club, dijo, es "el respeto": "Hay que tomar los recaudos principales de las normas de tránsito como si fuera un auto o una moto. Somos dos ruedas, un par de caños y nada más".
En su grupo de Facebook puede encontrarse una guía de cómo manejarse con cascos, chalecos refractarios y balizas. También se organizan viajes de "bicimotoqueros" a lugares como Tigre, Luján o Chascomús. "En auto le ponés dos horas, y en «bicimoto», 19", contó, y agregó que "no queremos tener moto, y los motoqueros nos respetan por cómo nos manejamos". En la suya, asegura llevar luces de giro, balizas y alforjas con herramientas y un botiquín de primeros auxilios. Como es hincha de Vélez, la pintó de azul y blanco, y además le puso el nombre "Buby" en honor a su abuelo, "que era ingeniero naval y también tenía un crucero de los mismos colores".
Damián García, de 42 años, vive en Villa Luro, es actor y además trabaja en una oficina en la zona de Congreso. Hace siete años vio una "bicimoto" en la calle y compró una por Internet. "Me resolvió el tema de los traslados al centro porque evito el auto y el estacionamiento. Llego en 40 minutos y la dejo en el patio de la oficina", contó. Con la "bicimoto" también gasta menos que con el auto. "Un bidón de nafta súper mezclada con aceite me dura una semana, y me cuesta unos 60 o 70 pesos", dijo. Aunque también admitió: "Estaría bien si se pidiera registro, patente o seguro, porque hoy si te pasa algo, estás desprotegido".
Aunque se ven menos, también hay usuarias mujeres. Andrea Cardozo vive en San Justo y viaja a Buenos Aires para jugar a la pelota. Como el motor se puede desacoplar con el embrague, pedalea hasta la cancha. "Después del partido, cuando ya no tengo fuerza, vuelvo con el motor prendido. La «bicimoto» saca más piernas que la bici común", contó.
Federico Cuenca, de 28 años, también viajaba en "bicimoto" al trabajo, pero ahora sólo la usa en el tiempo libre. "Al vibrar más que una bici, los pozos se sienten, el cuadro se desgasta más, y también los frenos. Es más fácil de robar que una moto, porque no tiene ficha de arranque. Además, el escape va debajo de los pedales, a veces se sube y te puede manchar el pantalón o impregnar el olor. Y a veces cuesta conseguir los repuestos", explicó. Hoy tiene una "bicimoto" estilo Chopper, que le costó 5000 pesos, y la usa como hobby, para viajar, por ejemplo, a Tigre los fines de semana. "Cuando voy por Libertador, me siento que viajo en una Harley", dijo. "Es más accesible que la moto para desarmarla y estudiarla. Si te equivocás, un motor nuevo cuesta $ 500 a lo sumo. Me despertó una pasión por la mecánica", agregó.
Quien se dedica al arreglo es precisamente Federico Palamara, dueño de Motorkit, un taller especializado en el arreglo de "bicimotos". Su local, ubicado en Villa Luro, fue uno de los pioneros en traer kits de motorización desde China, aunque en los últimos años dejó de venderlos por las trabas a las importaciones, según explicó. Contó que la mayoría de sus clientes "es gente trabajadora que necesita moverse más rápido que con un pedaleo". Los arreglos más comunes son similares a los de una moto: lubricación de la cadena, del motor o del carburador, o la regulación del embrague. El precio de una "bicimoto" va de los $ 3500 a los 5000, y la cilindrada del motor puede variar entre los 48 y los 65 cc.
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