Las mujeres son las nuevas estrellas del fileteado porteño
Son las protagonistas de las clases que se dictan en los talleres de la ciudad; se estima que representan entre el 70% y el 80% de los alumnos que asisten a los cursos
Comenzó a pasearse en los carros porteños a principios del siglo XX y luego recorrió la ciudad en colectivos y camiones con sus dragones, espirales y flores coloridas. Pero un día, gracias a una incomprensible ley nacional de 1975, quedó casi condenado a muerte.
Aún así, hubo quienes lucharon para que el fileteado porteño no quedara en el olvido y comenzaron a reemplazar el soporte original. Fue así como el fileteado empezó a aparecer en carteles, vidrieras y objetos de los más diversos.
Hoy la novedad es que las mujeres son las que participan de esta manera de entender el arte y la presencia femenina en los talleres es cada vez más notoria.
"Mi maestro, Ricardo Gómez, fue el primero en incorporar al sexo femenino, antiguamente ningún fileteador les quería enseñar", dice Cristina Lara, que tuvo la suerte de zambullirse en ese mundo de la mano de uno de sus máximos exponentes.
Hoy Lara confiesa que fue difícil llegar al corazón de Gómez, que "tenía algunas reglas inamovibles como que el color violeta no estaba permitido en un carro", y es una de las tantas mujeres que, además de ser una apasionada del fileteado, dictan cursos de fileteado.
Pero Lara no es la única. Lucero Maturano es otra de las que en su taller de Boedo enseña a hacer espirales, pájaros y dragones como alguna vez le enseñaron sus maestros, entre ellos, Luis Zorz y José Espinosa, dos importantes referentes.
Otra muestra de que este nuevo espacio supo ser conquistado por las damas es que entre el 70 y el 80% de los estudiantes que asisten a los talleres que funcionan en la ciudad, son representantes de lo que los varones de antaño definían como sexo débil. "De mis alumnos, el 75% son mujeres que llegan al taller porque les da placer pintar", dice Alfredo Genovese, maestro fileteador .
"Venir a las clases me relaja y divierte. Desde que empecé en 2010 me convertí en una especie de cartonera que anda buscando desechos por la calle para pintar", cuenta Alejandra Grau, una ingeniera de 61 años.
Para Monserrat Bellande, de 33, el fileteado es su cable a tierra, lo que la desconecta de todo y logra captar su atención al 100%.
Genovese explica que la temática y el soporte de los trabajos varía según el alumno. "Antes el tango era uno de los temas predilectos, hoy se está innovando, incorporando al erotismo, la parodia política y lo bizarro. El soporte también cambió, se pintan objetos, ropa, carteles, cuerpos humanos", enumera, al tiempo que destaca que hay tres profesiones muy interesadas en este arte: maquilladores, diseñadores y tatuadores.
Pablo Peisa, con un pincel detrás de la oreja y un delantal que delatan su vida de artista, asegura que el 80% de sus alumnos son mujeres con una gran necesidad de expresarse y en busca de encontrar su espacio. Cuenta que las edades van desde los 18 a los 90 años y que son muchos los extranjeros que se acercan.
"Es un taller para disfrutar, pero no para relajarse. Yo siempre digo que tomen el arte como un oficio aun cuando no trabajen de ello", dice Peisa, rodeado de esmaltes sintéticos y pinceles chatos de pelo largo.
Y aunque las mujeres parecen ser las protagonistas del fileteado de estos tiempos, también hay hombres que toman clases.
"Trabajé durante mucho tiempo como letrista en un taller, pero siempre tuve esta asignatura pendiente", dice Norberto Perticone, de 70, que se encuentra entusiasmado por pintar un carro de verdulero en miniatura, de esos que alguna vez recorrieron las calles ostentando su esplendor.
El Día del Fileteador
El viernes 14 de este mes, a las 18, en el Cine El Plata, en Av. Juan Bautista Alberdi 5751, se celebrará el Día del Fileteador. En el evento, de entrada libre y gratuita, se proyectará un documental sobre el Primer Encuentro de Fileteadores y se realizará el cierre de la muestra colectiva, con una reunión de clausura de los artistas que participaron, pertenecientes a distintas generaciones.
lanacionar