Explosión de primavera. Se duplicaron los lapachos rosados en la ciudad de Buenos Aires
Si uno hubiera filmado con un dron la vista aérea de la Ciudad de Buenos Aires durante la primavera de 2010 y lo volviera a hacer hoy, vería el cambio enseguida: la cantidad de lapachos rosados de la capital porteña se ha duplicado en los últimos diez años.
Las cifras comparadas de los dos últimos censos de árboles de la ciudad (2010-2011 y 2017-2018) lo demuestran. En el primero, se contabilizaron 1299 lapachos, mientras que en el segundo, 2571, lo cual marca un incremento del 98%.
El aumento varía significativamente según la comuna. El mayor cambio se dio en la zona centro-sur de la ciudad, en donde la cantidad de lapachos rosados creció entre 225% y 465% de un censo al otro. Estos datos surgen de un análisis realizado por LA NACION Data a partir de la base censal de la Dirección General de Arbolado del gobierno porteño.
Según los voceros de esta entidad, la duplicación de lapachos rosados fue producto del Plan Maestro de Arbolado Urbano, que comenzó en 2013 y se realizó a partir del diagnóstico del censo 2010-2011. Entre otras cuestiones, el proyecto comprendió el incremento de seis especies de árboles: jacarandá, liquidambar, crespón, tilo, pezuña de vaca y lapacho.
El mayor aumento de lapachos rosados se dio en la Comuna 10, integrada por los barrios de Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro, donde la cantidad de ejemplares se quintuplicó entre ambos censos.
Sin embargo, actualmente, la comuna con más lapachos rosados es la 12, que comprende a Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón, con 376 ejemplares. Le siguen la Comuna 13 -Belgrano, Núñez y Colegiales- y la 7 -Flores y Parque Chacabuco-, con 348 y 304 ejemplares, respectivamente.
Pese a ser una especie autóctona del noreste del país, los lapachos se han adaptado al clima y las condiciones de la ciudad de Buenos Aires. Tanto es así que son una de las 36 especies permitidas para ser plantadas en las veredas porteñas. La especie tiene menor presencia que el jacarandá. Según fuentes de la Dirección General de Arbolado, esto se debe a que su crecimiento es más lento. Se estima que los lapachos tienen su primera floración siete años después de su implantación.
Las calles y los espacios verdes de la capital porteña poseen cuatro especies de árboles con floraciones escalonadas y de distintos colores: los lapachos, con flores rosadas en octubre; los ceibos, con flores rojas en noviembre; los jacarandás, con flores lilas en noviembre, y las tipas, con flores amarillas en diciembre.
Ninguna de las especies permitidas para ser plantadas en los espacios públicos de la ciudad debe representar más del 10% de la población arbórea total. Esta condición, conocida como la Regla de Santomour, es considerada fundamental para salvaguardar la continuidad del arbolado urbano ante la amenaza de plagas o pestes, indican fuentes gubernamentales.
"Los lapachos son famosos por llevarse todas las miradas, halagos y piropos de los vecinos y, por supuesto, como el resto de las especies, cumplen un rol muy importante en el medioambiente", señaló Florencia Valía, directora general de arbolado.
El ejemplar más famoso de la ciudad -también, seguramente, el más fotografiado- se encuentra en la esquina de Figueroa Alcorta y Mariscal Ramón Castilla, en Barrio Parque, y se lo conoce como "el lapacho de Ezcurra", en honor al paisajista que lo plantó, Martín de Ezcurra. Además de Figueroa Alcorta, las calles y avenidas con más ejemplares son: la avenida Sáenz, con 51; la Avenida Chivilcoy, con 49; Baldomero Fernández Moreno, con 35, y Donado, con 34.