La prostitución se ejerce a plena luz del día en las calles de Constitución
Hay oferta ilegal de sexo incluso cerca de escuelas; los vecinos se quejan y las autoridades no dan soluciones
A plena luz del día. Cuando los chicos entran o salen de la escuela. A la hora en que los vecinos van a hacer sus compras o sacan a pasear a su perro. Bajo el sol y a la vista de todos, hasta de la policía, la oferta de sexo en el barrio porteño de Constitución no se detiene.
Las prostitutas dominan la calle. Invaden las esquinas con poca ropa y hasta abren sus sacos para mostrar el cuerpo cuando algún potencial cliente camina por su vereda. Nada importa. Ni siquiera si algún menor con guardapolvo blanco camina con su mochila por el lugar. Lo que vale es atraer al "cliente" como sea. Y al demandante de sexo tampoco le importa mucho el contexto, ni los vecinos, ni los chicos.
LA NACION recorrió varias veces la zona y la situación es preocupante. Hay días en que la policía no está y otros en los que sólo mira cómo prostitutas y travestis ofrecen sexo apoyados contra la pared. Como en la calle Cochabamba al 1200, donde unas siete u ocho chicas dominicanas se distribuyen a lo largo de la cuadra en la puerta de los hoteles, mientras un oficial de la Federal parado en la vereda de enfrente sólo mira su celular. No importa que en esa misma cuadra, entre los hoteles, funcione el centro de primera infancia del gobierno de la ciudad llamado Casitas, adonde concurren, según datos oficiales, 180 chicos de entre 45 días y 4 años, ni que a 100 metros funcione la escuela primaria Eustaquio Cárdenas.
El cuadro se repite en las calles Salta, Santiago del Estero, San José y Constitución, así como en la avenida Juan de Garay. El precio exigido por 30 minutos de servicio va de 200 a 300 pesos, aunque se puede negociar y conseguir una rebaja. A eso hay que sumar el costo del hotel; el más económico sale $ 75. La transacción se realiza delante de los ojos de los transeúntes y de los uniformados sin inconvenientes.
La oferta de sexo en lugares no autorizados de la vía pública está penada por el artículo 81 del Código Contravencional porteño, que establece penas de uno a cinco días de trabajo de utilidad pública o multa de $ 200 a $ 400. Una cláusula transitoria del código agrega que las personas que se prostituyen deben mantener una distancia mínima de 200 metros de establecimientos educativos y templos y que "en ningún caso procede la contravención sobre la base de apariencia, vestimenta o modales".
Cansados de la situación, vecinos y comerciantes de Constitución se quejan, hacen denuncias en la comisaría 16», en el gobierno porteño, en la comuna 1 y en la fiscalía de la ciudad, pero por el momento nadie les da una respuesta. "Están todo el día, la policía parece que las protege a ellas y no a nosotros", afirma Mario Alderete, que lleva 40 años en el barrio. "Hace dos semanas estuvimos reunidos con Horacio Rodríguez Larreta, con la gente de la comuna y con la policía; se pasan la pelota unos a otros. No hay soluciones concretas. Nuestras denuncias nunca tienen relevancia", dice, enojado.
Yolanda Milla tiene un negocio sobre la calle Salta y cuenta resignada que ya se acostumbró a ver prostitutas y travestis a toda hora: "Están de lunes a lunes. Al principio me chocaba verlas en la puerta del local, pero ahora me da lo mismo. Trato de ponerme en el lugar de ellas y debe ser complicado. Me choca más por los chicos del barrio; vas con tus hijos y ¿cómo les explicás cuando te preguntan qué hacen o por qué se visten así?", comenta.
En Santiago del Estero 1662, a metros de donde hay chicas ofreciendo sexo, funciona un local de madres de víctimas de trata que lucha contra la explotación sexual. Margarita Meira sufrió en carne propia este drama cuando su hija Graciela Bekter fue víctima de la trata con apenas 17 años. Para ella, lo que pasa en Constitución tiene que ver con este flagelo. "Las chicas no están ahí por su voluntad. Las controlan, las obligan. Están vigilando cuántas veces entran a los hoteles para calcular la plata que ganan, se sientan cerca y las miran", describe.
Respuestas oficiales
Según datos del Ministerio Público Fiscal, durante 2015 se recibieron 610 denuncias por oferta de sexo en la vía pública en Constitución, el doble que en 2014.
El presidente de la comuna 1, Roberto Salcedo, contó: "Recibimos muchas denuncias de los vecinos por la oferta de sexo en la vía pública, pero es la policía la que debe intervenir. Creo que la policía debe comenzar a actuar y mostrar más predisposición".
En diálogo con LA NACION, el fiscal general, Luis Cevasco, expresó: "La norma que rige la prostitución es un poco autoinmune. No se puede probar por gestos o vestimenta; la autoridad policial debe advertir una transacción. Es prácticamente imposible". En cambio, aclaró que cuando la actividad se realiza a menos de 200 metros de un colegio la policía tiene la obligación de actuar e impedir que trabajen allí. "Una cosa es que se pruebe la transacción y otra es que la oferta se haga donde está prohibido. La policía debe hacer notar la infracción y darle aviso a la fiscalía. Si pasa esto, le pido al vecino que llame a la fiscalía. Cuando la policía quiere actuar lo hace", afirmó.
Voceros del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, encargado de las policías Federal y Metropolitana, indicaron a LA NACION que están "trabajando para combatir las redes de trata que someten a las personas que ofrecen sexo en la vía pública". Consideran que "no se debe cortar el hilo por lo más delgado y criminalizar a estas personas" que ejercen la prostitución. Los vecinos, dijeron, pueden denunciar las irregularidades.
El legislador porteño Gustavo Vera, titular de la Fundación La Alameda, que trabaja contra la trata de personas, opinó: "Con un trabajo básico de inteligencia de tres días, mirando lo que pasa, terminan con esto, pero no hay voluntad política de terminar con las cajas policiales. La comisaría 16» mira para otro lado a propósito".
Lo cierto es que tras años de denuncias de los vecinos las culpas circulan de un lado a otro sin una solución concreta. Y no se detiene en Constitución la oferta de sexo a plena luz del día, modalidad que también comenzó a ser habitual en la zona roja de los bosques de Palermo.
Radiografías de la actividad
Los barrios que más reclamos concentran por prostitución callejera
"No existe cuentapropismo en la calle"
- El legislador porteño Gustavo Vera (Bien Común) denunció que "en la prostitución callejera no hay cuentapropismo desde hace muchos años, la calle está controlada. Cualquiera que trabaja en la calle cotiza para la comisaría de la zona. También son señuelos para vender droga".
- Ahora, recordó, tomó estado parlamentario el proyecto que presentó junto con Omar Abboud (Pro) para derogar las normas que habilitaban las whiskerías y cabarets truchos; muchos funcionan en Constitución. "Además, desde La Alameda firmamos un convenio con el gremio de los encargado de edificios para que denuncien si en algún departamento funciona un cabaret. Queremos atacar por los dos frentes", dijo.