La muerte de una jirafita reaviva el debate sobre el futuro del Zoo
La bebé tenía 13 días; ejemplares de otras especies ya han fallecido en el predio; piden convertirlo en un jardín ecológico
La muerte de Esperanza, una de las dos jirafas mellizas nacida hace trece días en el Zoo de Buenos Aires, reaviva un debate de muchos años: el rechazo al cautiverio de animales, las condiciones de salud al ser sacados de su hábitat y la posibilidad de convertir el zoológico en un jardín ecológico.
Aunque todavía se espera el resultado microbiológico de la necropsia, los profesionales creen que, por las lesiones que muestran los órganos de la pequeña jirafa, el deceso pudo deberse a alguna infección.
El parto doble de jirafas fue un hecho por lo menos sorpresivo: sólo existen dos reportes a nivel mundial, uno en Texas, Estados Unidos, y el otro en China.
Según informaron fuentes de la concesionaria del Zoo, esta cría presentó dificultades desde el primer momento, ya que nació con muy bajo peso y no comenzó a amamantar de manera natural e inmediata. Anteayer, indicaron, el equipo veterinario le realizó una transfusión sanguínea para fortalecer su sistema inmunológico, pero no pudieron evitar su triste final.
La muerte de Esperanza se produce en un momento crítico del Zoo. En las últimas semanas, los trabajadores realizaron dos huelgas para denunciar falta de insumos y en reclamo de mejoras en las condiciones laborales.
"Tuvimos que ir con nuestros autos a comprar las drogas que no había", dijeron ayer a LA NACION técnicos del zoológico, a raíz del deceso de la jirafita. "Sabemos que esta muerte podría haber pasado en el mejor lugar, pero a veces acá se pierde de vista que estamos trabajando con seres vivos", denunciaron.
El caso se suma al de otros animales fallecidos dentro del zoológico y suma presión para transformarlo en un jardín ecológico sin jaulas ni encierro. En 2012, falleció Winner, el oso polar, por un cuadro de hipertermia en la noche de Navidad; el animal, además, estaba con un cuadro de "depresión" por la muerte previa de su pareja.
En agosto de este año, murieron dos pequeños lobos marinos, producto de un cuadro de estrés. Y la jirafita Lara, cría de los mismos padres que Esperanza, murió inmediatamente después de ser trasladada desde Buenos Aires a un zoo privado en la provincia de Río Negro.
Además, es delicada la situación de la orangutana Sandra, a la que la Justicia declaró persona no humana, para luego ordenar que un comité de expertos determine cómo brindarle mejores condiciones de vida.
La agrupación SinZoo, que milita contra el cautiverio y la explotación de animales, cuestionó la muerte del joven ejemplar. "¿Cuántas veces más repetiremos el ciclo de la esclavitud, que es nacer en cautiverio, vivir detrás de las rejas y morir si esperanza? ¡Nada tienen que hacer las jirafas en Buenos Aires, tan lejos de su ecosistema y sin posibilidad alguna de reinserción en su naturaleza!", dijeron los activistas.
Proyecto de ley
En la Legislatura porteña, están en tratamiento diversos proyectos para transformar definitivamente al zoológico en un jardín ecológico. Todos plantean la prohibición de reproducir animales en cautiverio, salvo cuando se trate de especies nativas en peligro de extinción y su destino sea la reintroducción a su hábitat natural.
"La reproducción de especies exóticas en el Zoo porteño tiene como claro fin sostener un comercio de animales para, si logran sobrevivir, mantenerlos cautivos durante toda su existencia para exhibirlos, con fines comerciales. Llama la atención que el gobierno de la ciudad siga permitiendo estas prácticas, cuando la Agencia de Protección Ambiental porteña plantea con claridad prescindir de las especies exóticas en su propuesta «Zoológico Verde»", sostuvo el diputado Adrián Camps, impulsor de uno de los proyectos.
Se espera que la Comisión de Ambiente avance en la discusión de los proyectos para su posterior sanción.
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