La logística de los vecinos de Belgrano
Dicen que ya saben cómo vivir con el agua hasta la cintura
Tener el agua a la altura de la cintura e intentar hacer la vida de todos los días es imposible; "perdés la libertad, no podés hacer tu rutina", dice Lucas Álvarez, que vive sobre Blanco Encalada, en Belgrano.
Lucas está casado con María José y tienen dos hijos, de seis y cuatro años. Anteayer su calle volvió a transformarse en un río y, si bien ellos viven en el piso 11, la tarde se les complicó. "Mi marido tenía que buscar a los chicos en el colegio", comentó María José. Pero no pudo sacar el auto de la cochera, así que tuvo que arremangarse los pantalones, caminar en el agua y encontrar un taxi en una calle cercana. "El agua venía con mucha fuerza, como un río", explicó Lucas.
Vivir con la inundación, aunque sea por una hora, implica tener una logística preparada. Los Álvarez saben que tienen que evitar salir de sus casas, a menos que sea indispensable. Si lo hacen, no se quitan el calzado, porque abajo del agua puede haber cualquier cosa. "No sabés la cantidad de ratas que había ayer, además de la basura", contó Lucas.
Luis Alfredo Castillo vive en otro edificio de la misma calle desde 1997. Como los Álvarez, tiene dos hijos, de 11 y 13 años. "Por suerte, el viernes llegaron justo del colegio, antes de que subiera el agua", dijo. Luis comentó que ya vivió inundaciones, pero que de todos modos no piensa mudarse. "Uno se encariña con la gente; acá nos ayudamos entre todos", afirmó.
Antonio de Mozzi es vecino de Luis, y contó que estaba volviendo a su casa. "Mi mujer me avisó con tiempo que se venía el agua, así que me bajé del colectivo en otra calle. Los que vivimos acá ya sabemos por dónde entrar al barrio en estos casos." Antonio explicó que ya están acostumbrados a manejarse con el agua hasta la cintura.