La Iglesia ya se hizo cargo del control total del Luna Park
También compró el 5% de las acciones que poseían los familiares de Tito Lectoure
La propiedad del Luna Park, el mítico estadio porteño que vibró con las victorias de boxeadores como Ringo Bonavena, Carlos Monzón, Nicolino Locche y Pascual Pérez, las actuaciones de Luciano Pavarotti, Frank Sinatra y Liza Minelli, memorables actos políticos y culturales e, incluso, la visita del papa Juan Pablo II en 1987, pasó finalmente a manos de la Iglesia Católica.
A fines del año pasado, la familia de Lectoure, que poseía el 5 por ciento del capital social de Stadium Luna Park SRL, la sociedad propietaria del predio, transfirió su parte accionaria a la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco y a Cáritas Argentina, representada legalmente por el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires, por lo que ambas instituciones religiosas se quedaron con el manejo del 100 por ciento del estadio.
Esta información fue confirmada por Esteban Livera, sobrino de Juan Carlos "Tito" Lectoure, el histórico administrador del Luna Park: "La familia Lectoure vendió su parte a la Iglesia, por lo que quedó desvinculada de la administración del lugar", explicó, aunque el monto de la operación no fue revelado.
Ernestina de Lectoure, tía del recordado Tito Lectoure, era la gerenta y dueña de la mayor parte de la sociedad propietaria del estadio. La mujer no tenía descendientes y murió el 9 de febrero de 2012, a los 95 años, tras una larga enfermedad.
En su testamento, legó el 95% de la sociedad a los salesianos y a Cáritas. El 5% restante pertenecía a un grupo de familiares y herederos de "Tito" Lectoure, representados por Esteban Livera.
Meses atrás, se esperaba que la Inspección General de Justicia (IGJ) resolviera la inscripción de la cesión testamentaria a las dos entidades de la Iglesia.
En ese momento, y debido a la muerte de la señora de Lectoure, la sociedad que controla el estadio quedó acéfala.
Por una acción judicial impulsada por los herederos, la administración del Luna Park, a su vez, quedó a cargo de un interventor.
Resuelto el trámite ante la IGJ y tras una negociación entre los socios minoritarios y las instituciones religiosas, se definió la titularidad del estadio.
Según pudo saber la nacion, no se prevén cambios en el manejo futuro del estadio Luna Park, por lo que se espera que lo sigan explotando comercialmente como hasta hoy, con la organización de espectáculos masivos y de recitales.
Luego de conocerse la noticia de que el estadio pasaba a manos de la Iglesia, se había especulado con la posibilidad de demoler el Luna Park y construir allí una torre de departamentos, lo que ahora parece haber sido descartado. El predio fue declarado monumento histórico nacional en 2007, por lo que cualquier intervención o modificación que se quisiera hacer necesitaría la autorización de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación.
Los nuevos titulares designaron como gerente de la empresa a Hernán Barrionuevo, quien ya estaba a cargo de la administración.
Por cada espectáculo que se realiza hoy en el Luna Park, los organizadores y las productoras pagan un caché o un porcentaje de la recaudación por cada función.
El estadio de Corrientes y Bouchard, en pleno microcentro, tiene una capacidad para 8000 espectadores y es escenario de más de 130 espectáculos al año, en su gran mayoría recitales o conciertos.
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