La Floralis necesita dos millones de pesos para mover sus pétalos
La falta de sponsors y las fallas de origen impiden su funcionamiento
Ni tres primaveras pudieron lograr que moviera sus pétalos. La Floralis Generica , el monumento de acero inoxidable situado en la plaza de las Naciones Unidas, en la avenida Figueroa Alcorta al 2300, no se abre ni se cierra desde principios de 2009. Es que volver a poner en funcionamiento esta flor de 23 metros de alto y 18 toneladas de peso tiene un costo de dos millones de pesos, y por el momento no hay sponsors dispuestos a desembolsar ese importe.
La flor de acero inoxidable, con esqueleto de aluminio y hormigón armado, fue obsequiada a la ciudad por el fallecido arquitecto argentino Eduardo Catalano y se realizó con materiales provistos por la empresa de aeronaves Lockheed Martin Aircraft Argentina. Inaugurada el 13 de abril de 2002, se convirtió en la primera escultura con movimiento del país, ya que cuenta con un sistema eléctrico que abre y cierra los pétalos.
La idea original era que se abriera todas las mañanas a las 8 y se cerrara con la puesta del sol. La flor permanecía dormida en la oscuridad de la noche, mientras emanaba de su interior un resplandor rojo, para despertar abierta a la mañana del día siguiente. También estaba contemplado que cerrara sus pétalos para protegerse cuando la velocidad del viento superara los 80 kilómetros por hora durante un minuto.
Según explicaba su autor, su nombre encierra su concepto: Floralis significa que pertenece a la flora y Generica indica que representa a todas las flores del mundo. El nombre de la obra se adoptó porque es ley de la flora nombrar sus especies en latín. Su construcción demandó dos años y medio y su costo total oscila entre los 4,5 y los 6 millones de dólares. Su funcionamiento tenía un costo mensual de 12.000 pesos. Cuando todavía florecía, claro.
"El problema de la Floralis Generica se arrastra desde su instalación, hace diez años -explicó a LA NACION el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli-. Allí hay un reclamo de quien la donó, el fallecido Eduardo Catalano, para con la Lockheed Martin, que estuvo a cargo de la construcción, por las fallas de origen en los pétalos. Luego, esta empresa abandonó el país y es entonces se comenzó a buscar sponsors para llevar a cabo la reparación, que es muy costosa y para nada simple."
El problema de la flor es que dos de sus seis pétalos están dañados por fallas de origen y, por consejo de los especialistas, se decidió paralizar su mecanismo para evitar daños mayores.
"Hemos encargado a la UTN que haga estudios para que los pétalos dañados puedan volver a funcionar. La plaza de las Naciones Unidas, donde se encuentra la flor, es apadrinada por Tetra Pak, a la que contactamos para ver si podía dar una mano para solucionar este inconveniente y no obtuvimos respuesta", afirmó Santilli. Consultado por LA NACION, el director de Comunicaciones y Medio Ambiente de Tetra Pak, Esteban Casares, aclaró que el mantenimiento del monumento excede al acuerdo de padrinazgo con el gobierno. "Se apadrina la plaza, no el monumento. Los monumentos pertenecen a la ciudad -señaló-. El alcance del padrinazgo tiene que ver con el mantenimiento de la plaza, la conservación del espacio verde, el corte y perfilado y la limpieza de la fuente. Nos encantaría que la Floralis volviera a funcionar."
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