La ciclovía con estacionamiento paralelo divide a los vecinos de Villa Santa Rita
La prueba piloto para ganar más espacios para estacionar o, al menos, no reducirlos donde se instalen bicisendas ya tiene un lugar asignado y una obra que avanza a paso firme. La calle General César Díaz se está convirtiendo, por estos días, en el núcleo de un experimento que, si resulta bien, podría ser aplicado en otras arterias de la ciudad. Pero lo que parecía simple y asomaba como un instrumento para resolver la movilidad en diferentes zonas comienza a chocar con el rechazo de vecinos y varias dudas sobre su funcionamiento.
La nueva propuesta consiste en acondicionar un espacio para estacionar al lado de la ciclovía que se está construyendo sobre César Díaz, entre Chivilcoy y Artigas, un corredor que tendrá 1870 metros con carriles exclusivos para el paso de bicicletas. Al lado, en un tramo de 1300 metros, los vehículos podrán estacionar como lo hacen actualmente, una reconfiguración que reducirá a un carril el espacio para la circulación de vehículos.
Esta situación empezó a causar rechazo entre los frentistas, sobre todo aquellos que viven entre Argerich y Helguera: aseguran que los cambios provocarán el colapso en una cuadra donde convive un establecimiento educativo, un club de barrio, una fábrica de puertas blindadas que demanda un movimiento intenso de camiones y varios talleres.
Con 300 firmas que apoyaron la demanda, enviaron una carta al presidente de la Comuna 11 y piensan recurrir a la Defensora del Pueblo de la ciudad con un único objetivo: que la obra se detenga o que la bicisenda se traslade a otra calle, con menos tránsito y actividad social. Las demandas seguirán su camino hasta la Secretaría de Transporte y Tránsito de la ciudad desde donde aseguraron aún no tener registro del reclamo vecinal. Voceros del área explicaron, además, que la reglamentación vigente indica que cada carril de circulación debe tener un mínimo de 3 metros y que en César Díaz hay entre 3 y 3,5 metros.
"Soy usuario de bicicletas, pero también tengo auto. No estoy en contra de que la ciudad avance y amplíe la red de bicisenda, pero no por favorecer a unos pocos se tiene que perjudicar a muchos", expresa Gonzalo Salinas, vecino de la calle César Díaz.
No todos los vecinos se oponen a la nueva ciclovía ya que la prueba piloto surgió a partir de reuniones y talleres realizados en distintos barrios, entre ellos Floresta, Villa Santa Rita y Villa General Mitre, por donde pasa la traza de César Díaz. En esos encuentros, una de las mayores demandas giraba en torno de la escasa cantidad de espacios para estacionar y hubo reclamos porque las ciclovías reducen la disponibilidad.
Si la prueba resulta bien en la traza que cruza por los barrios de los barrios de Floresta, Villa Santa Rita y Villa General Mitre, el modelo se aplicará en ciclovías que se construyan en calles de un ancho superior a los 10 metros, de mano única y que no tengan circulación de colectivos. Pero frente a la puerta del colegio Quintino Bocayuva dos colectivos naranjas esperan la salida de los alumnos estacionados a varios metros del cordón. La obra ya redujo el espacio por donde pueden pasar autos y camiones.
"Hoy, con la bicisenda todavía en construcción, ya tenemos problemas para estacionar los colectivos. Hay autos parados en la puerta del colegio y contenedores para la basura en un lugar donde no deberían estar. Así es muy difícil y cuando todo quede reducido a un carril, será peor", advierte Julián Carranante, chofer de uno de los colectivos naranjas.
Cerca de donde están construyendo la traza ya existen bicisendas en las calles Chivilcoy, Juan Agustín García, José Artigas, Andrés Lamas y Tres Arroyos. En total, la red se extiende por 236 kilómetros y ya alcanza 41 de los 46 barrios porteños, con presencia en todas las comunas. El objetivo es que a fines de año sume 250 kilómetros.
César Díaz tiene un ancho superior a los diez metros, pero con la instalación de la nueva bicisenda se reducirá considerablemente. Entre el espacio por donde pasarán los rodados y el lugar para estacionar, pegado a la nueva traza, suman cinco metros; si se tiene en cuenta que en el otro cordón también se permite estacionar, la circulación quedará reducida a un carril de entre 2,5 y 3 metros.
"Cuando instalaron el metrobús de Juan B. Justo mucho tránsito pesado se trasladó a César Díaz. Es una vía directa desde Liniers hasta la avenida Nazca, a 200 metros de acá. La peor hora es de 6.30 a 10.30; se pueden formar hasta dos cuadras de cola para cruzar Nazca", cuenta Leonardo García, que cree que si la ciclovía se instalaba obre la calle Remedios de Escalada se resolvía el problema.
La puja por el espacio público demanda soluciones alternativas para dar respuestas a una demanda creciente. Todos los días ingresan a la ciudad unos 700.000 vehículos que se suman a una plaza estable de 900.000 autos particulares, 10.000 taxis y 37.000 colectivos. Como parte de esa estrategia hace unos meses se ganaron 22.000 nuevas plazas para estacionar reduciendo la extensión de los cordones amarillos donde se prohibía dejar los vehículos.
Las plazas disponibles para estacionar eran 334.654, pero ahora superan las 356.000 gracias a esa intervención de las esquinas. Permitir estacionar al lado de las ciclovía sobre César Díaz se preservarán 60 lugares ya que no desaparecerán por la instalación de los carriles exclusivos. Pero lo que se planteó como una solución podría tener un efecto negativo en la circulación vehicular. Los vecinos ya están en alerta.