Jacarandás: ¿Por qué hay cada vez más ejemplares en la ciudad?
No es autóctono de Buenos Aires, sino de las yungas del norte del país. Y sin embargo, hoy el jacarandá es la cuarta especie arbórea con mayor presencia en la ciudad. Aquí, la cantidad de ejemplares aumentó un 32% en los últimos 10 años y se espera que haya aún más durante los próximos 10 años.
Hace una década, la ciudad contaba con 14.301 jacarandás, según datos del censo de arbolado urbano 2010-2011. Cuando se realizó el censo 2017-2018, el número había llegado a 18.922. Gran parte de este incremento se dio en plazas y parques, en donde la variación entre un censo y el otro es del 55%.
Este aumento de ejemplares fue producto del Plan Maestro de Arbolado Urbano del gobierno porteño, que comenzó en 2013 y fue diseñado a partir del diagnóstico del censo 2010-2011. Entre otras cuestiones, el proyecto comprende el incremento de seis especies de árboles: liquidambar, crespón, tilo, pezuña de vaca, lapacho y jacarandá.
En el caso de este último, las plantaciones se dieron de una manera dispar entre los diferentes barrios porteños. Casi todas las comunas incorporaron nuevos ejemplares, pero los aumentos varían notablemente según la zona. Las más beneficiadas fueron las comunas 7 -Flores y Parque Chacabuco- y 5 -Almagro y Boedo-, en donde la cantidad de jacarandás se duplicó en los últimos 10 años. Los datos surgen de un análisis realizado por LA NACION Dataa partir de la base censal de la Dirección General de Arbolado del gobierno porteño.
Sin embargo, actualmente, la comuna con más jacarandás es la 1, que comprende a los barrios de Retiro, San Nicolás, San Telmo, Monserrat, Constitución y Puerto Madero, y tiene 2728 ejemplares.
Los jacarandás son una de las 36 especies permitidas para ser plantadas en las veredas porteñas. Solo superado en cantidad por el fresno rojo americano, el plátano y el ficus, este árbol es un emblema de la primavera porteña. Su floración, que empieza a principios de noviembre y se extiende hasta las primeras semanas de diciembre, coincide con la de los ceibos y los tilos. Este último también es autóctono del norte y, al igual que los jacarandás, se cree que fueron introducidos en los espacios verdes de la ciudad porteña por el paisajista francés Charles Thays, que se desempeñó como Director de Paseos de la ciudad de Buenos Aires desde 1891 hasta 1920.
Actualmente, el Plan Maestro de Arbolado de la ciudad prevé incrementar su presencia hasta los límites de la espacialidad urbana, siempre y cuando se cumplan los criterios de biodiversidad. Según destacaron fuentes de la Dirección General de Arbolado, esta entidad intenta cumplir lo que se conoce como la regla de Santomour, la cual recomienda que ninguna especie supere el 10% de la población arbórea total. La regla es considerada fundamental para salvaguardar la continuidad del arbolado urbano ante la amenaza de plagas o pestes.
El jueves pasado, la Legislatura porteña aprobó con 50 votos positivos y cuatro abstenciones una ley que le exige al gobierno de la ciudad la plantación de 100.000 árboles anuales. La disposición contempla un programa de reforestación centrado en las comunas 3, 9, 10 y 14, que registran los menores niveles de arbolado. El jacarandá es una de las 36 especies que forman parte de este proyecto.
Con la colaboración de Natalia Louzau