Inauguran la extensión del subte E, la última gran obra prevista por ahora para la red
Tal como lo anticipan desde hace algunos días los carteles informativos bordó de las estaciones, finalmente la línea E llega a Retiro. No más fechas postergadas ni obradores. El ramal suma dos kilómetros en su recorrido por el Bajo porteño y estrena tres relucientes paradas, un proyecto que tuvo varias idas y vueltas antes de su concreción. Será, por ahora, la última de las grandes obras proyectadas para la red de subtes.
La última vez que la línea E fue protagonista de un gran cambio fue a mediados de los 80, cuando el servicio se extendió hacia Flores y se inauguró, entre otras, la actual estación cabecera Plaza de los Virreyes. Lo que venía luego era la prolongación de este ramal hacia Retiro, pero distintos vaivenes entre la empresa concesionaria, los gobiernos nacional y porteño y la compañía estatal a cargo del servicio demoraron el proyecto.
Finalmente, llegó el día. Tres nuevas estaciones se suman a las 15 ya existentes. Momentáneamente, se denominan Correo Central (ubicada en el cruce de las avenidas Leandro N. Alem y Corrientes), Catalinas (Alem y Córdoba) y Retiro (en Avenida del Libertador entre Juncal y Esmeralda). Estos nombres cambiarán en las próximas semanas, una vez que finalice el proceso de postulación y selección en el que pueden participar los vecinos. La idea es que las paradas sean rebautizadas en homenaje a mujeres argentinas.
"La línea tiene que mejorar en todo su funcionamiento. No sólo por la frecuencia, sino por las demoras que suelen ocurrir. Ojalá esta obra sea para mejor para los pasajeros", reflexiona Santiago Deluca, que todos los días se moviliza con la E desde Boedo hasta la actual cabecera Bolívar –en Plaza de Mayo– y suele encontrarse con que el ramal está retrasado por algún motivo. Según prometió la Ciudad tras el anuncio de la inauguración de esta obra, el recorrido entre las cabeceras se realizará en 32 minutos.
Además, indicaron las fuentes oficiales, se mejorará la frecuencia entre trenes de la línea, que hoy es de 5 minutos. Para los primeros días de este mes se espera que la frecuencia sea de 4 minutos y medio y, para finales de 2019, de 3 minutos y medio. La culminación de la obra fue impulsada por el gobierno porteño y ejecutada por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte local, a través de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase).
Con la extensión del ramal hacia el norte, se prevé que 63.000 nuevos pasajeros se sumarán a los 90.000 que a diario ya lo utilizaban para moverse por la ciudad.
La obra para extender esta línea lleva más de una década en desarrollo. La licitación inicial fue adjudicada por el Gobierno nacional en 2007, pero solo se avanzó entonces con los trabajos de ingeniería civil; el contrato no incluyó la colocación de vías, señales, escaleras mecánicas ni ascensores. Luego del traspaso del servicio a la Ciudad y de la disputa por quién debía hacerse cargo de la infraestructura complementaria, a fines de 2015 empezó a plasmarse.
Paso a paso
Más allá de la prolongación de la línea, desde que la Ciudad se hizo cargo del subte en 2013 se renovaron los 20 kilómetros de vías desde Bolívar hasta Plaza de los Virreyes. Se instalaron nuevos caños de desagüe y se hizo una nivelación para alinear las vías. Se incorporaron 10 formaciones provenientes de las líneas A y D para reemplazar a los trenes que tenían más de 60 años de antigüedad.
Se creó además el nuevo taller Lacarra. La estructura de 2800 m2 se encuentra ubicada en la intersección de la colectora Dellepiane y la avenida Perito Moreno. Cuenta con tres vías operativas y nuevo equipamiento técnico para agilizar las tareas de mantenimiento periódico y correctivo de los coches.
Entre los trabajos de las nuevas estaciones, la renovación de las vías y la construcción del nuevo taller de mantenimiento se invirtieron $3714 millones, según se informó.
Lo que viene
Por mucho tiempo, la extensión de la línea E será la última gran obra que se concretará en toda la red de subterráneos de la ciudad. El ramal F (que uniría de manera transversal Palermo con Constitución) es, por ahora, un proyecto en desarrollo pero que no se licitaría hasta un eventual segundo mandato de Horacio Rodríguez Larreta.
Prospera por el momento la renovada conexión que tendrá el nodo Obelisco. Allí se conjugan las líneas B, C y D, lo que suele generar congestión de usuarios en los andenes y en los pasillos, sobre todo en horas pico. La primera etapa de la obra finalizó en agosto de 2018 y consistió en la construcción de un túnel de hormigón armado debajo de la calle Sarmiento, entre Suipacha y Esmeralda, con sus respectivos empalmes con el andén Catedral del ramal D y el andén Constitución de la C.
Actualmente, se está construyendo un amplio acceso sobre la calle Sarmiento que conectará con la estación 9 de Julio en el andén sentido a Catedral. Este es el punto más crítico, según indicaron desde la cartera de Desarrollo Urbano y Transporte, ya que recibe a los pasajeros propios de la línea D, más los que realizan las combinaciones con las líneas C y B.
La última fase de las obras, que se encuentra en proceso de licitación, tendrá por objeto la ampliación del espacio del andén de la estación 9 de Julio y la construcción de un pasillo paralelo para realizar el trasbordo entre las líneas B y C. Además, la ampliación de ambos andenes de Diagonal Norte y la incorporación de un ascensor que vincula la vereda y el andén sentido a Congreso de Tucumán de la línea D, salas auxiliares y de ventilación para el conjunto de las estaciones.