“Humo en el campanario”: se incendió una histórica iglesia porteña de 1745 y sufrió daños irreparables
El fuego afectó a Santa Catalina de Siena, en pleno microcentro; sorpresa porque la imagen de Santa Inés se mantuvo intacta
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“Humo en el campanario”. En la madrugada de ayer un vecino del microcentro alertó de que se incendiaba Santa Catalina de Siena, la histórica iglesia porteña construida en 1745. Ocho dotaciones de bomberos y una brigada de la policía acudieron al lugar con dificultades para ingresar por tratarse de un claustro.
Las llamas, que se originaron en un altar lateral, consumieron parte del patrimonio histórico, que quedó irrecuperable. El fuego pudo ser apagado y no se registraron víctimas. Las autoridades del templo descartaron que hubiera una intencionalidad en el incendio y señalaron que se trató de un desperfecto eléctrico que originó una chispa que alcanzó la madera y se extendió.
“Descartamos toda intencionalidad en este evento. Fue un desperfecto eléctrico que se originó en un altar lateral”, dice a LA NACION Gustavo Antico, rector de la iglesia de Santa Catalina de Siena, situada en San Martín y Viamonte, en el microcentro porteño.
“Fue cerca de la una de la madrugada de ayer. El primero que se dio cuenta fue un vecino desde un piso cuarto, que vio que salía humo del campanario y llamó a los bomberos. Cuando aparecieron, otro matrimonio que vive en el edificio contiguo vio que el problema era de Santa Catalina e intentaron contactarme, porque soy la única persona que vive en el monasterio”, agrega. El ingreso al monasterio, que es un edificio de clausura, se demoró porque las autoridades no podían ubicar al sacerdote, que vive en el centro de la casi media manzana que ocupa el complejo, donde no hay timbre.
Santa Catalina de Siena es el conjunto de dos monumentos históricos nacionales, ambos de la misma fecha, 1745: la iglesia fue catalogada como tal en 1942 y el monasterio, en 1975.
“Tuvieron que llamar a la encargada de la seguridad de Santa Catalina, y ella me avisó que bajara a abrirles a los bomberos”, continúa el sacerdote. Al bajar, relata Antico, se encontró con que tres dotaciones de bomberos habían podido ingresar al patio del monasterio después de forzar una puerta y que buscaban el foco del incendio.
“Había mucho humo dentro de la iglesia, que salía por el campanario y el patio. Éramos cinco personas de la iglesia y estamos todos bien. Fuimos abriendo puertas, rejas y portones, y los bomberos en los momentos más peligrosos nos corrieron a un sector más despejado. La primera hipótesis fue que se estaba incendiando el coro alto donde está el órgano histórico, que está muy cerca del campanario”, detalla.
No fue hasta que los bomberos se metieron en medio del humo que pudieron identificar el verdadero foco. El ingreso lo habían hecho por el altar principal, pero el incendio se había originado en el fondo. “El altar lateral estaba en llamas destruyéndose. El fuego estaba tomando fuerza y, como hay tanta madera, temimos que se extendiera al coro alto y a la puerta contigua”, describe Antico.
El fuego, de acuerdo con el relato del párroco, se originó en una de las hornacinas del altar, con un ícono de la trasfiguración de Jesucristo, que estaba iluminada por una fuente eléctrica de un lugar inaccesible. “Los bomberos y la policía confirmaron que fue un desperfecto eléctrico. Por el recalentamiento, no saltó el disyuntor ni se cortó la luz y empezó el incendio. El daño del altar que se quemó es irreparable, era histórico y todo original. Ahora hay que realizar un recambio de todo el sistema eléctrico y las luces”, añade el rector de Santa Catalina.
Antico relata que el altar contenía tres imágenes originales de la época en la que la iglesia se construyó. Al centro, la imagen del Sagrado Corazón, que quedó completamente quemada y rota. A los costados, la de Santa Catalina de Alejandría, que desapareció por el fuego, y la de Santa Inés, que fue la única que se mantuvo intacta por más que se le desplomó encima el altar de cedro. “Increíblemente la imagen está impecable. La historia de la Santa Inés cuenta que cuando fue martirizada y echada al fuego este se apagó”, narra.
Para las 7 de la mañana, el fuego estaba apagado. Los bomberos echaron agua en toda la iglesia por el riesgo de que en la madera se reavivara otro foco. “Agradecemos la velocidad y el profesionalismo con los que trabajaron. Vino también la policía científica, equipos del gobierno de la ciudad y, una vez hecha la investigación inicial y que declaramos, la Justicia habilitó la devolución del inmueble”, recuerda.
Campaña para recaudar fondos
La comunidad de la iglesia inició hoy una campaña en sus redes sociales para recaudar fondos y donaciones destinados a reparar los daños y recambiar el sistema eléctrico. Las mismas las reciben por transferencia bancaria al alias STA.CATALINA del Banco Santander.
Por el momento, se encuentran celebrando misa en el coro bajo del monasterio y están corriendo los escombros y limpiando los destrozos para llegar a celebrar la fiesta patronal de Santa Catalina de Siena, el próximo lunes 29 de abril.
La construcción del conjunto edilicio se remonta a los inicios de la evangelización cristiana en el país y fue donde se estableció la primera orden de monjas de clausura en Buenos Aires. Con el tiempo, se convirtió en un lugar emblemático de la ciudad, ya que por allí transcurrieron eventos de las invasiones inglesas: durante las batallas, funcionó como hospital de sangre y sus monjas quedaron prisioneras cuando los ingleses tomaron el monasterio.