Huerta comunitaria. La rebelión verde de los vecinos de la plaza Rodríguez Peña
"El año pasado llegué a la plaza y vi que me estaban sacando mis cretonas. Me paré enfrente de ellas para defenderlas pero las sacaron igual. Me fui llorando a mi casa, y en el camino me encuentro a Horacio Rodríguez Larreta. ¡Ay pobre! Habrá pensado: ‘¿qué me vendrá a decir esta mujer?’ Cuando le conté de las cretonas, no me pudo contestar nada. Le dijo a la chica que estaba con él que anote, pero no me prestó atención", contó María Inés Loscalzo, una de los 500 vecinos que firmaron un petitorio por la restitución de Jorge Alberto Villareal, el guarda parque de la Plaza Rodríguez Peña.
Aquel espacio verde, ubicado entre la calle que le da su nombre y la avenida Callao, cuenta con una particularidad: tiene un jardín comunitario a cargo de los vecinos del barrio. El funcionamiento se basa en un intercambio. "Si vos traes algo, te podes llevar algo. Esa es la consigna de los vecinos. Yo lo único que hago es cuidarlo y regarlo, nada más", explicó Villareal.
La huerta cuenta con girasoles, plantas aromáticas, morrones, zapallos, acelgas, tomates y puerros. "Yo empecé hace seis años poniendo plantitas alrededor de la garita. Al poco tiempo los vecinos empezaron a traer semillas y así se fue creando el jardín comunitario", relató.
Los vecinos dicen que el conflicto comenzó el pasado 10 de diciembre, cuando Ramiro Reyno Grondona asumió como presidente de la comuna dos y mandó a destruir el jardín. "Por explicarle, por exponerle lo que esto podía llegar a generar entre los vecinos, estuvieron a punto de no renovarme el contrato", contó el guarda parque. "Esto finalmente ocurrió el 30 de diciembre pasado. Vinieron y me dijeron que yo no doy con el perfil que buscan".
Consultados por LA NACION, desde la comuna optaron por no hacer declaraciones.
En medio del ruido de los colectivos, los bocinazos, y las obras en construcción, los vecinos de la plaza para manifestar su apoyo a Villareal. "Alberto se ocupa de la plaza como ninguno, y mirá que hace 27 años que vengo acá. Si él nos hubiese dicho que no podíamos hacer el jardín, hubiese conservado su puesto. Es todo contra el jardín", compartió María Inés.
"Pero, ¿quién se queja del jardín?", preguntó una vecina. "El Presidente de la comuna", respondió el resto de ellos al unísono, asintiendo sus cabezas. "Hoy te sacan el jardín, mañana te sacan al guarda parques, pasado mañana te sacan la posibilidad de entrar con los animales, y después ya directamente no te dejan entrar a vos. Esto es como una dictadura", exclamó otra de las vecinas, acompañada por sus dos perros.
Para Alfredo Gali, experto agrónomo y residente de la zona, la idea de la huerta comunitaria se dio de forma espontánea. "Muchos vecinos que tienen departamentos por acá decoran sus casas con estas plantas, y vienen y devuelven semillas. Alberto se comprometió con nosotros sabiendo el riesgo", compartió. Ahora continúan a la espera de la respuesta de la comuna. "Cuando les fuimos a llevar la libreta con las firmas, ni la quisieron agarrar", dijo.
La situación de la pandemia también influyó en el aumento de la actividad en la plaza. Muchas personas mayores empezaron a frecuentarla y la idea de traer una planta y verla crecer se transformó en una actividad tras los meses de encierro. "También una madre trajo unas semillas de melón, para que germinaran. Desde entonces viene con su hija día por medio para ver cómo crecen", relató Villareal.
El conflicto reunió a muchos vecinos y amantes de las plantas y la jardinería de la zona. "La verdad es que es una pena que vengan nuevamente a depredarnos este sector. Es muy concurrido, la gente, incluidos turistas, vienen a sacar fotos. En parte le agradecemos a Ramiro Reyno porque al oponerse tan férreamente al jardín, ha logrado que todos nosotros nos hayamos unido", añadió Susana Lapenta.