"¿Habrá luz hoy?", se preguntan en una zona de Villa Crespo
Luego del incendio a fines de enero de una cámara de Edesur, los vecinos de un barrio dependen de un ruidoso generador para el suministro eléctrico; cada dos o tres días se detiene
María Trauttenmiller amanece temprano y presiona el interruptor de luz de su habitación para chequear si hay energía en su departamento. Cuando el foquito no enciende, corre hasta lo de un amigo que suele prestarle el freezer: lleva la comida de su heladera para que no se eche a perder.
Otros días ella sale animada porque hay energía, pero cuando regresa del trabajo encuentra su cuadra a oscuras. Entonces, con su esposo, encienden velas para que sus hijos estudien y bajan las llaves térmicas porque, según advirtió un técnico, muchos electrodomésticos no soportarían otra suba de tensión cuando vuelva la luz. Luego el matrimonio se turna durante la noche para espiar por la ventana hasta que las viviendas vecinas estén iluminadas: es la señal de que pueden subir las llaves térmicas.
El 27 de enero último se incendió una cámara de la empresa distribuidora Edesur ubicada dentro de un edificio, en avenida Corrientes 5788. Ese día cuatro adultos fueron asistidos por principio de asfixia, pero están fuera de peligro. Desde entonces, cientos de vecinos de Villa Crespo -los que viven en el inmueble accidentado y otros que estaban conectados a la cámara- se quedaron sin servicio regular de energía eléctrica. Todos -entre ellos, María, que vive en Darwin al 500- dependen de un enorme generador que cada dos o tres días se detiene. Cuatro meses más tarde, la solución está lejos.
El día del accidente Edesur dispuso un generador en la puerta del edificio donde se averió la cámara. Se lo alquila a la empresa Aggreko por $ 1.000.000 al mes y desembolsa otros $ 80.000 mensuales para aprovisionarlo de combustible, según confirmaron fuentes de la distribuidora de energía eléctrica, que, así, abastece a los 581 clientes afectados que viven entre Corrientes, Darwin, Camargo y Juan B. Justo.
La instalación del grupo electrógeno parecía una solución temporal, hasta que Edesur reparara la cámara accidentada. Pero luego los vecinos del edificio donde ocurrió el incendio dijeron que esa cámara -ubicada en el inmueble hace 33 años, desde tiempos de Segba- era ilegal y le reclaman a la distribuidora que la saque de ahí y los conecte a otro edificio lindero, en avenida Corrientes y Darwin, que está en construcción.
"La cámara nunca estuvo en buenas condiciones de seguridad y ventilación. Debía abastecer a dos edificios, pero Edesur la sobrecargó con diez líneas y colapsó. Los técnicos de la empresa que la evaluaron dijeron que quedó inoperable. Nosotros no queremos depender del generador, pero tampoco vamos a correr riesgo de vida", dijo Claudia González, que vive en un departamento de Corrientes 5788.
LA NACIÓN intentó comunicarse con el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y el Ministerio de Planificación, pero no respondieron. Fuentes de Edesur, por su parte, dijeron que la cámara sufrió una avería que podría haber sido reparada después del accidente, pero que el consorcio, el administrador y los vecinos del edificio no permitieron que los técnicos de la distribuidora ingresen a arreglarla. Sólo les concedieron evaluar los daños de la cámara, pero cuando la cuadrilla regresó para iniciar las obras no la dejaron concretar el arreglo. De modo que Edesur considera que los vecinos están violando una obligación ciudadana denominada servidumbre de paso y por eso inició una denuncia penal en su contra por entorpecimiento, que está siendo tramitada en el Juzgado Correccional N° 7.
La distribuidora también aclaró que en la ciudad hay 3500 edificios que tienen cámaras adentro -en la zona donde opera la empresa- y que, si se cumplen las condiciones de seguridad, no representan ningún riesgo. Finalmente, Edesur descartó la posibilidad de conectar a los 581 vecinos afectados a la cámara del edificio en construcción, en Corrientes y Darwin, y agregó que el problema estará resuelto cuando el consorcio de Corrientes 5788 le permita iniciar el arreglo.
Conflicto ajeno
Mientras tanto, los otros vecinos afectados que no viven en el edificio reclaman una solución. "Quedamos atrapados en un conflicto que no nos pertenece. Dependemos de un generador que nos deja sin luz dos veces por semana y que en el verano no va a aguantar. Edesur debería darnos una respuesta", dijo Agustín Corazza, que vive en Darwin al 500.
El grupo electrógeno sigue estacionado en la avenida Corrientes, casi esquina Juan B. Justo, consumiendo litros de combustible por día. Tiene el tamaño de un camión de carga y emite un zumbido agobiante, como si diez electrodomésticos viejos estuvieran encendidos a la vez. Y cuando el sol sale en la mañana, la combustión que irradia nubla el cielo.
Pero de todas las máquinas que pasaron por allí, ésta es la que más resiste: las tres anteriores sufrieron fallas y debieron ser reemplazadas. Es que el generador no está preparado para brindar energía en forma permanente. Cada dos o tres días se detiene porque se acaba el combustible, se tapan los filtros, hay sobrecarga o los técnicos deben hacerle mantenimiento, y los vecinos se quedan sin luz durante dos, tres y hasta doce horas.
Así, la precariedad se ha naturalizado. El agotamiento que causa la espera en estos vecinos podría disminuir si alguien les diera una fecha -aunque sea lejana- de la resolución del conflicto. Pero ni siquiera promesas reciben: nadie les dice nada. La única certeza que tienen es que los cortes se incrementarán cuando aumente el consumo de energía en el verano, y que sus vidas se volverán entonces aún más presas de la desidia.