Habían desaconsejado mover la estatua de Cristóbal Colón
Un arquitecto hizo el trabajo a pedido de la Universidad de San Martín; dice que colocada en posición horizontal corre serio riesgo de fractura
La disputa entre la Ciudad y la Nación por el desmantelamiento de la estatua de Cristóbal Colón parece no tener fin. Y mientras la tirantez política no cede, la preocupación por el estado del monumento crece cada vez más.
"El bloque de Colón estaba preparado para que estuviera parado, no acostado como se encuentra ahora, tras su remoción. El mármol tiene vetas y en función de ellas hay formas en las que el material se puede disponer para garantizar su funcionamiento. Por eso Arnaldo Zocchi, el escultor que creó la estatua, colocó el bloque en forma vertical. Que haya soportado más de 90 años en esa posición es la mejor prueba de cómo debe estar", explicó el arquitecto Marcelo Magadán, especialista en restauración de monumentos históricos.
El último sábado, el gobierno desmontó la estatua, que desde entonces se encuentra recostada, sobre una plataforma de madera, en forma horizontal. "De esta manera el peso de la estructura se transmite a la parte más débil del bloque, es decir, cualquiera de los dos costados", agregó el arquitecto, quien no es ajeno al monumento que está hoy en el eje de la tormenta.
En mayo del año pasado, Magadán fue convocado por la Universidad Nacional de San Martín para que evaluara la conveniencia o no de desmontar y trasladar el monumento a Mar del Plata. El trabajo fue encargado a la universidad por la Presidencia de la Nación. Y la opinión, tanto del arquitecto como del resto del equipo evaluador –artistas especializados en restauración–, fue negativa, según relata.
En aquel momento, más allá de encontrar suciedad generalizada, vegetación invasiva y microorganismos en su superficie, los daños más importantes que se observaron fueron fisuras y fracturas de buena parte de los bloques de mármol, muchas de las cuales parecían haberse intensificado por vibraciones como las generadas durante el bombardeo de la zona en 1955.
Durante la devolución a la universidad, los especialistas concluyeron que, en su actual emplazamiento, la obra se encontraba en estado de equilibrio y sólo requería algunas intervenciones para preservarla y prolongar su vida útil. Pero advirtieron que debido a las fisuras y fracturas señaladas, cualquier remoción podía comprometer su integridad. Éste fue el camino señalado por los especialistas en patrimonio. Un camino que finalmente no se siguió, para tomar otro y que dejó de lado por otro sendero más seguro que le proporcionó al gobierno nacional la Universidad Nacional de La Plata.
"La conservación y el manejo del patrimonio están regidos por el principio de la prudencia: cuando no estoy seguro de lo que tengo que hacer, me abstengo de hacerlo", concluyó Magadán.
Por otra parte, al conflicto se sumó ayer la presentación en la Legislatura de dos proyectos de Pro que tomarán forma en los próximos días. Uno es la declaración de repudio a la manipulación del monumento por parte del gobierno nacional. Otro consiste en otorgarle al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, facultades para derogar el convenio firmado entre ambos poderes en 2007, el mismo que permitió la injerencia de la Casa Rosada en la plaza Colón por el incumplimiento de la Nación, como por ejemplo haber cerrado la plaza y actuar en ella sin comunicar a la otra parte. Ambos proyectos esperan, con los dos tercios de los votos mediante, ser tratados el jueves en el recinto.
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