Giro en el servicio de grúas porteñas: un llamado de Carrió, el desencadenante de la medida que tomó Rodríguez Larreta
Los contratos de las dos empresas que tienen la concesión están vencidos desde 2001 y el gobierno porteños tuvo varios intentos fallidos para regularizarlos
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Pasada la medianoche del martes, Elisa Carrió se comunicó telefónicamente con Horacio Rodríguez Larreta. Estaba muy molesta. Le adelantó que, si el gobierno no aportaba una respuesta urgente para el escándalo del sistema de acarreo de automóviles mal estacionados –algo que la Coalición Cívica cuestiona desde hace cuatro años–, su bloque votaría el jueves en la Legislatura en contra del oficialismo y con la izquierda, el Frente de Todos y el espacio de Javier Milei. Ecumenismo antigrúa.
“Dame una alternativa porque, si no, votamos la suspensión total”, le dijo. La respuesta del alcalde no demoró ni ocho horas: hoy anunció la estatización temporaria de la concesión. Carrió venía de una semana de tensión por sus advertencias a dirigentes de Juntos por el Cambio sobre supuestos negociados. Pero, como en esas declaraciones había excluido a Rodríguez Larreta, los opositores porteños aprovecharon la ocasión para ponerla a prueba.
¿Qué mejor que el sistema de grúas, objetado en un informe de la Auditoría General de la Ciudad? El trabajo, publicado el año pasado, consigna perjuicios para el erario público y expone un contraste difícil de justificar: mientras el canon de las dos empresas concesionarias, Dakota-STO y BRD-SEC, está congelado desde 2014 en $55.000 mensuales para cada una, el precio del acarreo se multiplicó por ocho para los usuarios.
La @ccari_ok impugnó el contrato con la Auditoria y va a votar la suspensión. #OdiseaArgentina @lanacionmas
— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio) August 16, 2022
En la jugada coincidían el Frente de Todos, Libertad Avanza y el Frente de Izquierda de Trabajadores: pedirían el jueves una sesión especial para exhortar al gobierno de la ciudad a suspender los acarreos hasta que rija la nueva modalidad, cuya licitación empezó el mes pasado y podría terminar en noviembre, con la apertura de sobres.
Todo estaba resuelto, excepto el quórum. Esos pedidos de sesión requieren de la mitad más uno del recinto y a los opositores les faltaban tres. Tenían 28 y, por lo tanto, necesitaban convencer a sectores del oficialismo. Lo más natural era entonces buscarlos entre los cuatro de la Coalición Cívica: aunque el informe de la Auditoría fue aprobado en su momento por unanimidad, fue Juan José Calandri, uno de los auditores, miembro del espacio de Carrió, el principal crítico de la concesión. “Calandri soy yo”, suele decir la exdiputada. De hecho, fue él quien pidió que el documento se girara a la Procuración General de la ciudad para determinar responsabilidades, una propuesta que los auditores del PRO y la UCR rechazaron.
¿Facilitaría la Coalición Cívica el quórum en un proyecto contra Rodríguez Larreta? Era la incógnita.
Gabriel Solano, del FIT, iba decidido a provocar. “Si Carrió quiere terminar en serio con un negociado, que su bloque dé quórum el próximo jueves”, le dijo a María O’Donnell en FM Urbana Play. Ramiro Marra, del espacio de Milei, hizo lo mismo en Twitter con un meme de la líder de la Coalición Cívica acostada en el asfalto, debajo de una grúa. “¿Acompañará la sesión especial por las grúas el espacio de Lilita? ¿Ustedes qué opinan?”, agregó.
El pedido de sesión lograba así un acuerdo impensado. Había varios proyectos para lo mismo. Juan Manuel Valdés, del Frente de Todos, el primero que detectó la coincidencia, propuso unirla en una misma iniciativa. Sondeó primero la posibilidad de una conferencia de prensa conjunta, pero Solano no quiso. Se rehusaba también a firmar una gacetilla con Libertad Avanza. “No voy a aparecer con Marra y Eugenio Casielles”, se excusó. De todos modos, con 28 adhesiones, convinieron en presentarse el jueves en la Legislatura. Toda una encrucijada para Juan Facundo Del Gaiso, Lucía Romano, Hernán Reyes y Cecilia Ferraro, de la Coalición Cívica, que el hoy por la tarde ya tenían pensado saltearse el desafío: presentarían un día antes un proyecto pidiendo la suspensión de las grúas, el bloqueo de toda posibilidad de prórroga de la concesión y un pedido de informe para investigar irregularidades.
Pero el plan tenía una dificultad decisiva: la jefa del espacio no estaba al tanto. Se enteró anoche, mientras veía Odisea Argentina. “No puedo creer que no me consulten”, estalló Carrió, y llamó a sus legisladores para pedirles explicaciones. Después publicó un tuit: “La @ccari_ok impugnó el contrato con la Auditoría y va a votar la suspensión. #OdiseaArgentina @lanacionmas”. Su último movimiento fue comunicarse con Rodríguez Larreta y contarle lo que ya tenía resuelto. “Mañana lo arreglo”, le contestó el jefe de gobierno, y a las pocas horas anunció la estatización.