Fotomultas: dónde están las diez cámaras que detectaron más infracciones por exceso de velocidad
Desde el lunes pasado, se incorporaron en la Ciudad de Buenos Aires 73 nuevos dispositivos, para llegar a un total de 208
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El exceso de velocidad es la infracción más frecuente en la ciudad de Buenos Aires. En seis de cada diez accidentes fatales, es decir, en los que se registran víctimas, aparece como el componente que mayor incidencia tiene en el desenlace del siniestro. Además, más del 65% de las multas registradas el año pasado fueron como consecuencia de acciones temerarias de conductores que no respetaron los límites establecidos en calles, avenidas y autopistas porteñas.
En este contexto hace pocos días se amplió la red de monitoreo con cámaras de fotomultas con un horizonte establecido por el gobierno de la Ciudad: bajar aún más la siniestralidad vial hacia fines de 2023, si es posible, el 20%. Los últimos dos años fueron los que menor cantidad de fallecimientos registraron en la vía pública como consecuencia de accidentes tránsito, aunque el efecto de las restricciones en la circulación por la pandemia jugó un rol protagónico ya que hubo menos cantidad de personas en la calle.
Las cámaras se distribuyen toda la ciudad. Desde el lunes pasado, con la incorporación de 73 dispositivos se alcanzó la cifra de 208 cámaras, principalmente de velocidad y para controlar los cruces de semáforos en rojo y las sendas peatonales. Pero, ¿cuáles son los sitios donde se detectan más infracciones por exceso de velocidad?
En las autopistas y la avenida General Paz se encuentran las diez cámaras que concentran la mayor cantidad de multas por no respetar la velocidad. Entre enero y abril pasado (primer cuatrimestre del año), según el último corte de las estadísticas procesadas por la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la ciudad, esos dispositivos reunieron 271.976 infracciones de las 721.907 totales registradas en el mismo período y por diferentes faltas. Al menos la mitad de esas multas estuvieron relacionadas a la velocidad; luego se ubicaron el estacionamiento indebido y el cruce de semáforos en rojo.
Cuando en 2019 se instalaron los dispositivos de fotomultas sobre la General Paz se creía que la traza de 24 kilómetros, que separa la provincia de la ciudad, podría estar en el tope de las infracciones. El tiempo le dio la razón a la medida adoptada porque tres años después esos dispositivos siguen teniendo una elevada incidencia. La cámara con más fotomultas en el primer cuatrimestre fue la ubicada en el kilómetro 10, sentido hacia el Riachuelo, o en el cruce con la avenida Mosconi. En cuatro meses se contabilizaron allí poco menos de 40.000 infracciones.
Otras dos cámaras de la General Paz se encuentran entre las diez más activas. La instalada en el kilómetro 4,3, sentido Riachuelo (cruce con la avenida Balbín) sumó 29.623 multas, y la del kilómetro 13,1, sentido Riachuelo (cruce con Santo Tomé) alcanzó las 24.801. Sin embargo, la segunda de la lista es la de la autopista Illia, apenas saliendo de la 9 de Julio hacia la provincia, que funciona a la altura de la Villa 31.
Las conductas imprudentes asociadas al exceso de velocidad muchas veces se pagan con la vida, de quien maneja o de otras personas involucradas en la tragedia. Según el último informe del Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas, es la causa principal de las muertes en accidentes de tránsito seguida por el cruce imprudente de los semáforos en rojo y el consumo de alcohol al manejar.
La evaluación cuatrimestral es el último informe cerrado disponible. Para saber qué sucede con las nuevas cámaras puestas en funcionamiento la semana pasada habrá que esperar algunos meses. El criterio de selección de los lugares para instalar los dispositivos fueron las intersecciones más peligrosas, con mayor riesgo peatonal y mayor circulación de personas, para los cruces de semáforo en rojo y las sendas peatonales. Mientras que en los controles de velocidad se eligieron los sitios con mayor cantidad de incidentes graves, los reclamos de los vecinos y las autopistas.
El año pasado se efectuaron 2.764.058 multas (2.321.742 electrónicas, el 84% del total; y 442.316 con app y manuales) y en comparación al mismo período de 2020 hubo una disminución del 10,8% (se labraron 3.000.266 infracciones). La recaudación fue de $7.000 millones por todas las infracciones lo que representó el 1% de los ingresos de la ciudad. Desde el gobierno informaron que no posible prever cuánto será a fin de 2022 porque se trata de un monto fluctuante que varía de acuerdo a la adhesión al pago y al pago voluntario.
Del total de las multas realizadas en 2021, el 65,6% correspondieron a exceso de velocidad (1.814.646). El listado de las diez más comunes se completa así: estacionamiento indebido (407.390 infracciones, el 14,7% del total), evasión de peaje (350.041, 12,6%), uso del celular al manejar (47.703, 1,7%), cruzar un semáforo en rojo (24.800, 0,9%), circular con la verificación técnica vehicular vencida (21.109, 0,8%), transitar por carriles exclusivos (16.795, 0,6%), no respetar las indicaciones de tránsito (8728, 0,3%), poseer la licencia vencida (8428, 0,3%); y problemas con la placa de la patente (8426, 0,3%).
Muertes en descenso
El sistema de fiscalización electrónica en la ciudad se inició en el año 2000 y, desde entonces, el número de víctimas mortales por año fue disminuyendo considerablemente hasta alcanzar una reducción del 39% en 2021. “Si bien no es el único factor que incide en los niveles de siniestralidad, es un eje clave para la modificación de conductas riesgosas en términos de seguridad vial”, explican desde la secretaría que conduce Manuela López Menéndez.
“Las evidencias internacionales indican reducciones de hasta un 44% en incidentes con heridos graves o fallecidos en los puntos con cámaras. En las rutas de Francia y la ciudad de San Pablo (Brasil) se redujo el número de víctimas mortales por año tras la implementación de sistemas de fiscalización”, ejemplificaron.
La curva histórica, desde 1990 hasta 2021, marca que los años más trágicos fueron 1993 y 1994 cuando se registraron 344 y 345 fallecidos, respectivamente. El quiebre ocurrió en el nuevo siglo con una caída sostenida pasando de los 244 fallecidos en 2000 a los 96 de 2021.
De ese período, 2004 terminó con más decesos, con 208. La curva siguió en descenso hasta 2012, con 107 víctimas, pero luego volvió a subir año en forma constante hasta 2018 cuando se registraron 149 muertes. En 2020 la cifra bajó a los 81 decesos y en 2021 alcanzó los 96, las cifras más bajas desde 2010 aunque registradas con restricciones de circulación vigentes por la pandemia.
La mayor parte de los accidentes fatales, el 42% del total y según el último informe de siniestralidad, involucraron motos contra automóviles o vehículos de carga, y también caídas o despistes. Los motociclistas fueron el grupo con mayor cantidad de víctimas (48% del total) seguidos por peatones (34%), ocupantes de automóviles (11%) y ciclistas (5%).