Festejan San Patricio en los pubs del Bajo
La zona estará cerrada al tránsito y habrá operativos de control de alcoholemia
"Si fuera San Marcelo y se festejara con Fernet, la gente se engancharía igual", dijo entre risas Marcelo Sánchez, dueño del bar Porto Pirata, ubicado en Marcelo T. de Alvear y Reconquista, epicentro de los festejos de San Patricio, que se celebra hoy.
Así, Marcelo arriesgó el motivo por el que los porteños han adoptado, desde hace 10 años, la fiesta del patrono de Irlanda como propia. Aunque con un tinte más alcohólico que religioso, lo cierto es que el microcentro porteño se convierte en el escenario de una celebración que convoca a unas 50.000 personas todos los años.
Con una creciente organización en torno al evento, el gobierno de la ciudad cortará el tránsito entre las 18 de hoy y las 5 de mañana en las siguientes calles: Reconquista entre Av. Córdoba y Ricardo Rojas; Paraguay entre San Martín y Av. Leandro N. Alem y Marcelo T. de Alvear entre San Martín y Av. Leandro N. Alem.
Además, personal del área de Control fiscalizará la venta de alcohol y la Policía Federal estará a cargo de la seguridad, evitando el ingreso de alcohol en el área referida.
"San Patricio eran los de antes, que se juntaba gente del barrio a festejar, hoy vienen de todos lados y se arman peleas", dijo a LA NACION Sebastián Rossi, dueño de un local de la zona. "Ponen baños químicos, cierran las calles, hay policías y pueden hacer hasta 3 inspecciones en la noche", resume los cambios de la última década Sánchez.
Promociones 2x1, happy hour toda la noche, cerveza más barata para quienes permanezcan parados y demás estrategias utilizan los comerciantes para captar público. Este año, la festividad podría desdoblarse ya que quienes trabajan por la zona tuvieron su festejo ayer. "La gente de las oficinas festejó ayer y hoy se espera mucho turismo", resume Sonia Petrillo, encargada de Great City.
Bares tradicionales como Down Town Matías o el Kilkenny serán hoy el punto de encuentro de miles de jóvenes que coparán el microcentro, aunque otros aprovecharán el día sábado para esquivar la celebración: "No voy a festejar, no me gusta tanta gente porque se descontrolan y no es divertido", sintetizó Leticia, que trabaja en una empresa de la zona.