Estadios en offside: ninguna de las 18 canchas porteñas cumple con los requisitos legales
Están fuera de regla en cuestiones de seguridad, edilicias, evacuación de pasillos y dimensión de los accesos; obtienen habilitaciones temporales
Ninguno de los 18 estadios de fútbol que hay en la ciudad está habilitado de manera definitiva por el gobierno porteño. Tampoco hay una fecha estipulada de cuándo lo estarán. Mientras tanto se mantienen en funcionamiento con autorizaciones temporales, que se renuevan cada dos meses y que permiten a los clubes abrir sus puertas al público sin reunir todos los requisitos que exigen las normativas de edificación, de planeamiento urbano y de impacto ambiental.
En la capital, hay 18 estadios de fútbol bajo la esfera de la Agencia de Control Gubernamental: siete de equipos de Primera División (Argentinos Jrs., Boca, Huracán, Nueva Chicago, River, San Lorenzo y Vélez), dos del Nacional B (All Boys y Ferro), seis de la Primera B (Atlanta, Barracas Central, Comunicaciones, Defensores de Belgrano, Deportivo Español y Deportivo Riestra) y tres de la Primera C (Excursionistas, Lamadrid y Sacachispas).
Clubes de distintas categorías, con presupuestos incomparables, pero con las mismas falencias en común. Ingresos y pasillos desbordados, baños precarios, butacas rotas, alambres emparchados y entornos oscuros y abandonados son algunas de las postales habituales de las canchas.
Los estadios de la ciudad deberían reunir los requisitos establecidos para las habilitaciones especiales. Para obtenerla, los clubes tendrán que cumplir con el Código de Planeamiento Urbano (localización del estadio y efectos en el entorno), con el Código de Edificación (condiciones estructurales, eléctricas, capacidad, medios de ingreso y evacuación) y con la documentación necesaria para el correcto funcionamiento (planos eléctricos, antiincendios y de uso). A ello se le debe sumar un informe de impacto ambiental (ruidos y vibraciones).
Autorizaciones precarias
Inmersos en numerosas irregularidades, ninguno de los clubes cumple con estos requisitos. Por eso, desde que se sancionó la ley 2801 de habilitaciones de estadios en 2008, abren sus puertas al público con "autorizaciones precarias y condicionales", un permiso que la ley contempla hasta tanto se obtenga una habilitación definitiva.
"Los estadios no están habilitados definitivamente, pero pueden funcionar de acuerdo con el marco legal de la ley", explicó Gustavo Gianella, director de Habilitaciones y Permisos. "El fútbol en la ciudad es una cuestión de interés público. Para que se destrabe todo lo que hace falta para alcanzar una habilitación definitiva se va a requerir el trabajo mancomunado de todos los organismos de la ciudad", agregó el funcionario.
Las autorizaciones precarias y condicionales se renuevan, en promedio, cada dos meses. Ante cada inspección, en la AGC aseguran que los estadios son sometidos a un informe técnico, que es realizado por la comisión de inspección de estadios de fútbol, la cual analiza la aptitud de éstos para recibir espectadores y las condiciones generales de seguridad. A la vez, ante cada visita, la comisión exige nuevas mejoras. De no cumplir con ellas, la habilitación temporal es revocada. Algo que, por ahora, nunca sucedió.
Las intimaciones más comunes que reciben los clubes están ligadas a temas estructurales, como la correcta evacuación de pasillos y dimensiones de los accesos. También suelen ser un déficit las cuestiones de mantenimiento y seguridad: gradas rotas, paños de alambrados arrancados, materiales de construcción sueltos, puertas que no funcionan, entre otras irregularidades.
"Con este sistema de monitoreo vas llevando a los clubes a integrar documentación y a realizar mejoras", indicó Pierre Louis Chapar, director general de Fiscalización y Control.
Aún no hay un tiempo estimado sobre cuándo los clubes cumplirán con los requisitos necesarios para obtener una habilitación definitiva. La ley, sancionada en 2008, establece un plazo de 18 meses. Ya pasaron casi siete años.
"No hay un tiempo determinado porque no todos tienen la misma capacidad de cumplimiento. A los clubes grandes les exigimos más y a los otros los tenemos que ir llevando de a poco", indicó Chapar. Y agregó: "No podemos poner a los clubes contra la pared, porque también así quedamos nosotros. ¿Qué pasaría? ¿No habría más fútbol? ¿Cerramos los estadios?".
Cuatro horas antes de cada partido, se realizan inspecciones en los estadios por parte de la AGC, la Policía Federal, autoridades de los clubes y la fiscalía porteña para constatar de que en el estadio todo esté en regla. De ser así, la AGC autoriza el ingreso del público. Y de encontrar irregularidades, éstas tratan de ser solucionadas en el momento. "Se trabaja de forma dinámica y cordial", indicó Chapar.