Esperando la carroza: nada cambió en Versalles 30 años después
El barrio donde se filmó la película conserva muchos de los escenarios; varios vecinos hicieron de extras
En el verano de 1985, la rutina de un rincón del barrio de Versalles se alteró por la llegada de un equipo de filmación. De pronto, empezó a hacerse costumbre que actores como Antonio Gasalla, Luis Brandoni o China Zorrilla se pasearan por la vereda y, por dos meses, el trajín de cámaras, luces, maquilladores y sonidistas reemplazó al tránsito impasible de la cuadra.
A treinta años de su estreno -el 6 de mayo de 1985-, los mismos vecinos recuerdan las anécdotas del rodaje de Esperando la carroza y recorren los escenarios, muchos de ellos conservados en el tiempo, que se hicieron famosos junto con Mamá Cora, el celebre personaje de Antonio Gasalla.
En Echenagucía al 1200 está la casa en la que Elvira -el personaje de China Zorrilla- se quedó sin agua para hervir los ravioles y en la que los cuatro hermanos Musicardi terminaron velando a la persona equivocada. "Doria [Alejandro, el director] tenía elegido el barrio para la película. La zona era tranquila y buscaba una casa vieja. Con su ojo de cámara, vio la mía y le gustó", cuenta Flavia Pérez, la dueña de esta vivienda construida por su abuelo asturiano, Jesús Manuel Álvarez, hace 90 años.
Es una tradicional casa chorizo y hoy la estructura se mantiene igual, aunque la fachada ya no está pintada de celeste y blanco, sino de beige, verde y naranja. También hay una placa donada por la Legislatura porteña que la identifica y orienta a los fanáticos de la película que van a sacarse fotos los fines de semana.
En esa cuadra, la calle sigue siendo empedrada, no hay negocios y tampoco pasan colectivos como el que casi atropella a Mamá Cora. La escena se filmó en la esquina de Lascano y Echenagucía, y el dueño del colectivo era Carlos Alberto Grau, un vecino de la cuadra. Era el interno N° 16 de la línea 108, que, como hoy, une Liniers con Retiro.
"El extra no sabía frenar, entonces Doria le pidió a mi papá que grabara la escena", recuerda su hija Fabiana. En la película, hay dos choferes: el que habla con Mamá Cora -el actor Miguel Ángel Porro, el mismo profesor que el año pasado denunció haber sido envenenado por una alumna en Villa Ballester- y el padre de Fabiana, que sale en la toma en la que el colectivo frena.
Al momento de la filmación, Fabiana tenía 18 años y cuando llovía, el equipo se juntaba a comer en el garaje de su casa, que está enfrente de la de Flavia Pérez. "Yo me moría por hablar con los actores, pero mi papá, que también actuaba, nos decía que no había que molestarlos cuando entraban en el personaje", cuenta.
Baja presión
Uno de los monólogos más recordados de China Zorrilla se origina cuando se queda sin agua ("Yo hago puchero, ella hace puchero, yo hago ravioles, ella hace ravioles. ¡Qué país!"). Según Fabiana, esa situación sigue siendo común: "Acá estamos a la altura de la cúpula de la iglesia de Flores, uno de los puntos más altos de la Capital, y el agua llega con baja presión".
En la cuadra de enfrente vive Gustavo Hass, de 56 años, que también recuerda detalles de la grabación. "Fue muy a pulmón y colaboró todo el barrio: el loro, las plantas, todo era prestado. En el velorio estaban todas las madres de mis amigos. Como la espera entre una escena y otra era larga, los actores conversaban con nosotros o venían a tomar el té. Hasta los bebes eran del barrio", recuerda.
De hecho, la "hija" de Susana y Jorge (Mónica Villa y Julio de Grazia) se crió a la vuelta de lo de Fabiana. Se llama Yamila Bruno, tiene 31 años y va a ser madre por primera vez el mes que viene. Las manos de su madre, María Cristina Gómez, son las que se ven en la escena en la que le cambian el pañal. "La película no deja de ser actual: qué hacer con los abuelos cuando se enferman y la familia tiene que hacerse cargo. Es una situación que le puede pasar a cualquiera", comenta María Cristina.
A apenas una cuadra, en Arregui al 6000, hay otra casa que en la película parece ser de un barrio completamente diferente: el chalet de Antonio (Luis Brandoni) y Nora (Betiana Blum). La fachada ya no tiene azulejos, sino ladrillos a la vista, pero la cochera subterránea de la que sale el Mazda color champagne sigue igual. Cerca de ahí, según recuerda María Cristina, vivía un santiagueño de Añatuya que era el dueño del loro de China Zorrilla. Hoy es la casa de sus nietos.
Al llegar a la esquina de Arregui y Lisboa, se ve la plaza Ciudad de Banff, la locación del comienzo y del final de Esperando la carroza. En sus veredas laterales de baldosas todavía rojas, Betiana Blum trastabilló con sus zapatos de taco aguja. Por el camino central corretearon Mamá Cora junto con otros ancianos del barrio en la escena final, mientras de fondo sonaba "Tengo una vaca lechera", de Feliciano Brunelli. Hoy es una pista para corredores.
Las escenas del barrio
- Durante la filmación, los actores pasaban el tiempo entre dos casas, ubicadas una enfrente de la otra: la de Echenagucía 1232, donde se desarrollaron la mayor parte de las escenas, y otra de enfrente, que la producción alquiló para el maquillaje de los actores y los cambios de vestuario.
- A pocos metros, en Echenagucía 1255, está la terraza desde la que Mamá Cora observó su propio velorio y se le cayó una pava mientras regaba las plantas y cuidaba a Osvaldito, el hijo de Dominga (Cecilia Rossetto).
- Además del velorio y de las discusiones entre los hermanos Musicardi y sus cuñadas, en la casa principal de Echenagucía 1232 también se grabó la escena en la que Felipe (Enrique Pinti) atendió una llamada telefónica mientras tomaba vino y se cayó de una silla. Estaba con su madre, recordada por la frase "¡¿Dónde está mi amiga?!". El rodaje se hizo en el patio trasero.
- Otra de las locaciones fue la casa de Susana y Jorge, en la que Mamá Cora arruinó la mayonesa de Susana para hacer flancitos. Está a unos 50 metros de la casa principal.