Espacios para todos
Desde los años 80 se empezaron a observar fenómenos de mezcla en distintos órdenes sociales. Esta mezcla, que volvió difusos ciertos límites, se extendió y hoy puede ser leída como una megatendencia que se manifiesta en experiencias que parecen ir construyendo nuevas categorías, y ampliando y enriqueciendo algunas existentes.
Así como los límites entre los consumos para los distintos géneros o para las distintas etapas de la vida hoy no son tan precisos, lo mismo ocurre con los espacios de intercambio comercial o de viviendas, que ofrecen entretenimiento, cultura, o alimentos, entre otras opciones.
Entre los espacios de intercambio comercial, uno de los primeros ejemplos fueron los maxiquioscos, que diversificaron la oferta y se convirtieron, rápidamente, en un canal de venta de productos tan variados como golosinas, juguetes y algunos alimentos; los consumidores los adoptaron de inmediato. Luego, librerías, cines, etc, también extendieron su oferta.
Estas primeras fusiones de comercios o de espacios de distintas categorías constituyeron la expresión en el retail del posmodernismo, un cambio de paradigma que evolucionó hasta alcanzar otros cambios más visibles.
Esta tendencia a la convergencia de soluciones a distintas necesidades o gustos ha evolucionado hacia la implementación de espacios donde no sólo es importante la variedad, sino que comienza a cobrar una gran importancia la experiencia que se produce a su alrededor. Se busca generar espacios atractivos, humanizados y personalizados para cada necesidad y estilo de vida, reconociendo que hoy existe una multiplicidad de formas de habitar los espacios, de organizar la familia y el trabajo.
Los nuevos edificios urbanos que integran viviendas permanentes o temporarias para turistas, comercios, oficinas, salas de reuniones, deportes y hasta jardines de infantes para los niños, que además en muchos casos brindan la posibilidad de diseñar el espacio según los distintos tipos de familias (familia tipo, familias de padres separados, parejas sin hijos, tercera edad) son una expresión evidente de la heterogeneidad de proyectos de vida que conviven en las ciudades.