En Once, la batalla de la calle vuelven a ganarla los manteros
El gobierno porteño dice que el retiro de la Metropolitana del lugar fue por una cuestión estratégica
"Volvieron todos como si nada." Así describieron varios vecinos y comerciantes la situación del barrio de Once, cuyas veredas desbordan, una vez más, de puestos de venta callejera.
En una recorrida, LA NACION pudo comprobar que, efectivamente, los vendedores ambulantes reaparecieron masivamente en la zona, aparentemente inmunes a los múltiples operativos de desalojo que se llevaron a cabo en enero y febrero.
"Después del último operativo, al día siguiente, ya empezaron a aparecer, y a los pocos días cuando vieron que podían quedarse tranquilos porque ya no los molestaba nadie, se instalaron por completo", describió Jimena Pallard, empleada de una rotisería en la concurrida esquina de avenida Pueyrredón y Sarmiento.
Ropa, toallas, bijouterie, zapatillas, gorros, tarjetas de memoria, estuches de celular, comida, botas de lluvia, accesorios para perros, juguetes y ropa interior, entre otras cosas, pueden comprarse. La oferta de productos exhibidos en los precarios puestos armados sobre cajones de verdura parece infinita, y sobre Pueyrredón parece que no queda una baldosa sin ocupar.
Lucha por el espacio público
Este escenario se repite luego de que en enero y febrero se llevaran a cabo varios operativos en los que participaron, en conjunto, inspectores del gobierno porteño, el Poder Judicial de la ciudad y la Policía Metropolitana con el objetivo de desalojar a los vendedores del espacio público. Sin embargo, ya no se percibe la presencia de la Policía Metropolitana en la zona, y los agentes de la Policía Federal que patrullan el barrio no interfieren con los puesteros.
Según explicó el subsecretario de Uso del Espacio Público de la ciudad, Patricio Di Stefano, no hay suficientes agentes de la Policía Metropolitana para estar todos los días y a toda hora custodiando que los vendedores no se vuelvan a ubicar, y la Policía Federal, dijo el funcionario, no presta colaboración.
"La solución en Once tiene que ser otra porque no hay suficientes agentes de la Metropolitana para estar custodiando cada esquina todos los días y a toda hora. Entonces, nos concentramos en trabajar con la Justicia para encontrar a los dueños de los depósitos y a los organizadores que proveen a los vendedores con la mercadería", explicó el funcionario
Por otra parte, la fiscal Verónica Guagnino, quien lleva adelante la investigación del comercio ilegal en la zona, explicó que la fiscalía decidió suspender temporalmente los operativos a raíz del nivel de violencia que se registró durante los últimos enfrentamientos entre la Metropolitana y los manteros, y porque ahora necesitan analizar la información que llevan recolectada en la causa.
"Tomamos la decisión estratégica de suspender por el momento los operativos mientras aprovechamos para citar a los acusados y analizar lo que descubrimos en los allanamientos. Hay unos 200 acusados en la causa, y tenemos unos 500 celulares que hay que peritar por ejemplo", explicó la fiscal.
Según un relevamiento publicado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), en marzo detectaron un promedio de 326 manteros por día instalados en la zona, lo que implica un aumento del 33,6% respecto a febrero.
"Lo que está sucediendo en el barrio de Once muestra claramente que los controles a la venta ilegal tienen que ser permanentes. Cuando en una zona las autoridades dejan de controlar, automáticamente vuelven a instalarse", argumentaron en el informe.
Guagnino, en cambio, consideró: "La metodología de tener un policía en cada esquina no es la mejor, es costosa, no es eficiente y como proyecto de sociedad no es bueno. Hay otras cosas que se pueden hacer. Si podemos dar con los grupos organizados, que son los que lucran con la venta callejera y no están en la calle, vamos a reducir significativamente el problema".
Mientras tanto la situación parece fuera de control. "Esto es un desquicio. Se duplicaron la cantidad de puestos, no se puede caminar casi", relató la vecina Palma Trotta, quien vive en una cuadra de la avenida Pueyrredón, entre Valentín Gómez y Sarmiento, donde ahora hay 60 puestos, apiñados del lado de adentro y de afuera de la vereda.
El doble de "Saladitas"
Según datos de CAME y de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), en enero había 116 "Saladitas" con 6072 puestos de ventas y otros 2513 manteros. En total, 8585 puestos de ventas ilegales en la ciudad compiten a diario con el comercio legal. En dos años y medio la ciudad casi cuadruplicó la cantidad de "Saladitas": de apenas 30 registradas en julio de 2011 se pasó a 116 en la actualidad.
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