En la villa 31 funciona una línea ilegal de transporte con seis colectivos
Atraviesa de Norte a Sur el asentamiento en un trayecto de dos kilómetros; cobran $ 2 a los mayores y $ 1 a los menores; es inseguro y nadie la controla
El peligro es latente. La posibilidad de una tragedia en las vías del ferrocarril San Martín se renueva todos días con los cientos de personas que cruzan por encima de las vías para llegar a la villa 31 bis.
Es que allí funciona un servicio de transporte público "informal" exclusivo de las villas 31 y 31 bis. Con dos ramales, una flota de seis colectivos une la zona de las terminales de Retiro con el interior de los asentamientos.
Son dos recorridos que permiten ahorrar hasta dos kilómetros de caminata a miles de habitantes que viven en el interior de esos barrios. El más novedoso, y conflictivo a la vez, es el que une la terminal del Belgrano Norte con una zona de la villa 31 bis por la que es imposible acceder sin cruzar las vías del ferrocarril San Martín, en una zona de talleres donde no está permitido el ingreso de terceros al lugar.
Según pudo saber LA NACION de un referente barrial que prefirió no ser identificado, los colectivos pertenecen a dos hombres que hace un año llegaron al lugar. "Primero vino uno con una camioneta. Al tiempo se sumó otro y ahora trajeron más unidades", contó el vecino. "Llevan 50 personas cada diez minutos. Hacen fácil dos mil pesos por día", arriesgó.
La flota está compuesta por cuatro colectivos Mercedes-Benz de por lo menos 15 años de antigüedad, dos micros escolares y una combi.
El pasaje cuesta $ 2 para los adultos y $ 1 para los menores -y sin necesidad de usar SUBE-. Cubre los 2 km de distancia entre el área de transferencia de pasajeros de Retiro con el llamado Barrio Ferroviario, de la 31 bis.
Hace nueve días, un corte en las vías del ferrocarril San Martín realizado por vecinos de ese barrio fue noticia. El ministro de Transporte de la Nación, Florencio Randazzo, dijo que se trataba de personas que "se oponían a la construcción de un muro".
El 9 de enero pasado, la Fiscalía en lo Criminal y Correccional N° 7, a cargo de Ramiro González, en una causa titulada NN s/Usurpación, ordenó a la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe) que "tome los recaudos necesarios para que se proceda a la reparación del muro que está situado desde el kilómetro 1,5 al 2 del predio ferroviario situado en Retiro, entre el puesto denominado «Empalme Gallo» y el puesto «locomotoras» de la Estación Retiro del FF.CC. San Martín".
Una semana después de la orden del fiscal, Ugofe comenzó con los preparativos para las obras. Ese mismo día, cerca de las 19, cuando la mayoría de los habitantes de la villa 31 bis retornaba a sus viviendas en los colectivos informales, se enteraron de que les cerrarían el paso y ocuparon los rieles del San Martín hasta que les aseguraron que iban a poder seguir transitando por las vías.
El 20 de enero pasado, el mismo fiscal debió suspender la medida que había ordenado "hasta tanto se analicen las posibles alternativas que permitan resguardar la seguridad de los habitantes del asentamiento sin coartar su libre movilidad", según la resolución a la que tuvo acceso LA NACION.
El mayor peligro se encuentra en la parada de la villa 31 bis que deja a los pasajeros sobre la calle Padre Carlos Mujica y deben cruzar las vías del San Martín por un sector donde falta el alambrado. Esto genera situaciones de riesgo cuando familias enteras fuerzan la detención repentina de trenes repletos de pasajeros para poder cruzar.
Todo ocurre frente a un destacamento de la Policía Federal emplazado en el terreno de la línea San Martín, a unos 200 metros de la parada de ómnibus.
"Lo usamos para ir a trabajar", dijo Natalia Gámez, de 27 años, al bajar de uno de los colectivos junto a su pareja y dos bebes, con los que hace pocos minutos emprendió la arriesgada maniobra de cruzar por sobre las vías del San Martín. Todos los días, ella y su familia utilizan los ómnibus para trasladarse hasta la estación de Retiro y abordar el Belgrano Norte hasta la estación Saldías. "Es una vuelta larga, pero es la única forma de llegar que tenemos. A nosotros nos sirve", afirmó la mujer, y explicó que vive en un sector de la 31 bis que no tiene salida a ninguna calle.
"Por suerte, hace un año que no tenemos accidentes. Es un milagro", dijeron en la Ugofe a LA NACION. "No se trata sólo de un problema de seguridad, sino urbanístico y social. La solución no es con un muro ni debe ser de un día para el otro. Requiere un trabajo integral de los gobiernos de la ciudad y Nación", añadió el funcionario consultado.
"Podríamos insistir en la construcción del muro, a riesgo de que pase lo mismo: que los vecinos vuelvan a los cortes", dijeron en Ugofe.
Lo complejo del caso es que, según coincidieron habitantes y trabajadores del ferrocarril, para la gente de ese sector de la 31 bis no hay otra forma de llegar a sus casas sin cruzar las vías. LA NACION comprobó que hay viviendas cuyas puertas dan a las vías del San Martín.
Ni la Ciudad ni la Nación se hacen cargo
Al ser consultados por la situación de la línea de transporte ilegal que une la Estación Terminal de Trenes de Retiro con el interior de las villas 31 y 31 bis, tanto en las carteras de Transporte nacional como en la porteña se responsabilizaron mutuamente.
En la Secretaría de Transporte de la Nación afirmaron que "un servicio que comienza y termina en la ciudad de Buenos Aires, su fiscalización y control es exclusiva responsabilidad de la Subsecretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires". Además aseguraron que "la CNRT controla sólo los servicios interjuridiccionales".
En tanto, fuentes de la cartera porteña dijeron ayer a LA NACION que "el control del transporte público corresponde a la CNRT, aunque en caso de haber un control de tránsito y uno de esos vehículos esté en falta, corresponde que se retenga la licencia de conducir del chofer y se retenga también el vehículo".
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