En la villa 31, estrenarán energía limpia con paneles solares
Se instalarán en los edificios donde reubicarán a las familias que se mudan por la nueva traza de la Illia; servirán para los espacios comunes y el servicio de agua
Al salir del peaje de la autopista Illia hacia la 9 de Julio, algo comenzó a llamar la atención de los automovilistas en las últimas semanas. A la imagen habitual de las viviendas de la villa 31 se sumó la de edificios en construcción con una característica diferente del resto de los inmuebles: los techos están dotados de paneles solares.
Es el detalle curioso del proyecto de relocalización de 110 familias que hoy viven donde pasará la nueva traza de la autopista. La mudanza a esos cinco módulos habitacionales (provistos de departamentos de dos, tres y cuatro ambientes) es necesaria para garantizar mejores condiciones de hábitat para las personas y el avance del proyecto.
Además de brindar soluciones habitacionales, los nuevos edificios serán más amigables con el medio ambiente, ya que la energía solar fotovoltaica que se genere será utilizada para alimentar los espacios comunes, como escaleras y pasillos, y también para brindar algunas prestaciones en los hogares.
Se trata de la misma tecnología que fue instalada en el Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral (Cedel), en el ex Galpón de Tarzán de la villa 31, un espacio recuperado por el gobierno que era territorio próspero para el narcotráfico. El lugar, donde tiene una oficina Horacio Rodríguez Larreta, fue el primer edificio público de América latina en recibir la certificación EDGE a la calidad ambiental.
"Es una manera de implementar prácticas ambientales y sustentables en la construcción. La legislación actual no permite volcar a la red el excedente de energía que se genera por los paneles solares, pero hay un debate y estamos preparando la infraestructura para cuando se habilite", dijo a LA NACION el subsecretario de Infraestructura, Vivienda y Coordinación Gubernamental de la ciudad, Juan Salari. La tecnología aún no tiene una inserción masiva en el uso privado, pero, según el funcionario, "el proyecto se trabajó con ambientalistas del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que aconsejaron sumarla".
Los paneles se están colocando en cinco edificios que son parte del proyecto conocido informalmente como Containera, porque la construcción se realiza en un predio que pertenecía al Belgrano Cargas donde se realizaban operaciones ferroviarias. Tres edificios estarán listos entre noviembre y diciembre, y los restantes, en julio del año próximo. Tendrán departamentos de uno a cuatro dormitorios y se entregarán de acuerdo con la necesidad de cada familia. El presupuesto total para la construcción de las unidades y del espacio público es de $ 300 millones.
Los beneficiarios de esos inmuebles hoy viven en la traza que marcará el norte de la villa 31, cuando finalice la obra de la nueva autopista, mientras que las familias hoy ubicadas bajo la traza actual se mudarán a las viviendas que se construirán en el ex predio de YPF (ver aparte).
La mudanza de las primeras 110 familias marcará un hito en la historia dela urbanización de la villa 31 porque será el inicio de la relocalización de los vecinos. Al momento de mudarse a las nuevas viviendas lo harán con un documento que establezca un compromiso de pago hasta que se resuelva el traspaso de las tierras, de la Nación a la Ciudad. Se estima que a mediados de 2018 podrán acceder a las escrituras; mientras tanto, deberán plegarse a un crédito -a 20 o 30 años y según las posibilidades económicas de cada beneficiario- y comenzar a pagar por los inmuebles. Por estos días se están terminando de fijar las cuotas de los créditos blandos.
"Más allá de la tecnología amigable con el medio ambiente que estamos instalando, esto es el paso inicial para generar, definitivamente, un hábitat más saludable para nuestros vecinos", admitió el titular de la Secretaría de Integración Social y Urbana, Diego Fernández.
Desde el gobierno porteño esperan que la mudanza sea inmediata, es decir, a partir de noviembre, cuando los primeros edificios deberían estar terminados. El trabajo con las familias comenzó hace varios meses en las mesas de participación ciudadana que informaban los avances del proyecto y las condiciones para acceder a créditos. "Lo importante es que todos pagan. Siempre planteamos que como gobierno tenemos que dar las mismas posibilidades a todos los vecinos, pero que debe haber responsabilidades de la otra parte", agregó Fernández.