Emotiva procesión de San Cayetano
Por tercera vez en cien años, la imagen del santo salió de su vitrina y recorrió las calles del barrio de Liniers; manifestación de devoción por uno de los beatos preferidos de los argentinos
Por tercera vez en cien años San Cayetano salió del santuario: la imagen del patrono del pan y el trabajo recorrió las calles del barrio de Liniers para celebrar el centenario de la parroquia San Cayetano de Liniers.
Debajo de un árbol en la entrada de la iglesia, las hermanas Silvia y Mirta Sabatini esperaban el comienzo de la procesión. "Vivimos a cuatro cuadras de acá, así que aprovechamos para venir a saludar al santo casi todos los días. No nos podíamos perder esta fiesta", dijo Silvia.
Minutos antes de las 18, el interior de la parroquia estaba colmado de peregrinos que se acercaron de diferentes partes -en su mayoría de la ciudad y del conurbano bonaerense- para presenciar un momento único: luego de más de un cuarto de siglo, el santo al que ellos veneran saldría a dar una vuelta por el barrio.
Ayer se cumplieron cien años de la creación de la parroquia de San Cayetano y, como parte central de los festejos, se realizó una procesión encabezada por el santo patrono del pan y el trabajo. Fue la tercera vez en cien años que la imagen de San Cayetano, que llegó al país en 1913, salió del Santuario. Las otras dos veces coincidieron con el quinto centenario del nacimiento de San Cayetano en el estadio de Vélez Sarsfield, en 1980 y para la misa presidida por el papa Juan Pablo II en el Mercado Central durante su segunda visita al país en 1987.
"Hoy es un día único. Siempre venimos a ver a San Cayetano detrás de un vidrio y hoy sale a visitarnos -destacó Martín Panatti, vicario parroquial-. Celebramos con emoción estos 100 años de vida del santuario."
Entre llantos, calurosos aplausos y cánticos, colaboradores de la parroquia retiraron la imagen del santo de la vitrina en la cual descansa para llevarlo de paseo. Cientos de fieles se agolparon a los costados de una pequeña puerta ubicada a la derecha del altar, detrás de la cual apareció la imagen del santo, que fue llevada en andas por un grupo de trabajadores de diferentes gremios. "Éste es el santo de los trabajadores y hoy le rendimos homenaje", afirmó Víctor Romero, del sindicato de camioneros.
Fuera de la iglesia, otros tantos esperaban para escuchar a la banda de la Policía Federa que se disponía a interpretar la marcha Diana del Parque. "Este santo es un puente con Dios, nos hace llegar a él", afirmó levantando la voz de la emoción Clara Moreno, de Paso del Rey.
Los días 7 de cada mes, miles de fieles se acercan a la parroquia en conmemoración de la fecha de la muerte de San Cayetano -el 7 de agosto de 1547- y muchos asisten diariamente a misa o simplemente pasan a tocar la vitrina donde está la imagen del santo que es considerada "milagrosa" por los devotos que aseguran haber recibido gracias especiales luego de haberle rezado. "Desde hace más de veinte años, los días 7 de todos los meses vengo al templo. Hoy estoy acá especialmente porque es un día muy especial para la Iglesia y para todos lo fieles", dijo Beatriz Gorosito, de Aldo Bonzi.
Al grito de ¡Viva San Cayetano!, el recorrido partió desde la puerta del templo, en Cuzco 150, hacia la avenida Rivadavia. Cientos de fieles acompañaron la procesión con rosas y claveles.
Unos cuantos servidores repartían rebanadas de pan entre la gente. "Cayetano me mostró lo que es el amor de Cristo, por eso hoy colaboro con la parroquia compartiendo el alimento para transmitir la fe", dijo Liliana Nieva, mientras entregaba las últimas porciones de su canasta. Otros colaboradores tomaban nota de las intenciones de los fieles para luego leerlas a través de un micrófono. Varios colaboradores, como Walter Fernández, seguían de cerca la custodia del Santísimo Sacramento: "Estoy muy emocionado por los cien años de historia de la parroquia junto al pueblo de Dios. Estuve ligado desde que nací a este lugar, acá tomé todos los sacramentos", confesó Fernández.
EL RITUAL DE LOS 7 DE AGOSTO
Cada 7 de agosto, miles de peregrinos llegan de todas partes del país para rezar y pedirle pan y trabajo a San Cayetano en el día de su muerte en 1547. La escultura, considerada "milagrosa" por los fieles, llegó a Liniers en 1935 luego de permanecer mucho tiempo en la pequeña capilla del colegio que tenía la Congregación Hijas del Divino Salvador.