Embestida contra los manteros: allanaron 18 depósitos
Se secuestraron 650 bultos de mercadería destinada a puesteros de Liniers; incidentes con la policía
En 18 allanamientos simultáneos realizados ayer en Liniers y en Ciudadela, la Fiscalía de la Ciudad -auxiliada por agentes del gobierno porteño y la Policía Metropolitana- secuestró mercadería que estaba destinada a la venta callejera en ese barrio de la Capital. Se decomisaron, además, alimentos y bebidas en mal estado y elementos que sirven para montar estructuras de expendio en la vía pública.
El operativo derivó en un enfrentamiento entre manteros y la policía, cuando los vendedores trataron de interceptar el camión que retiraba los artículos confiscados para recuperarlos. Concluidos los incidentes, después del mediodía las veredas comenzaban a ser ocupadas otra vez por mantas y mesas en las que se ofrecía todo tipo de productos.
Los allanamientos se enmarcan en la embestida encarada por el gobierno y los fiscales porteños contra la venta ilegal, que paso a paso se va erradicando de los puntos más afectados por la problemática o, al menos, disminuye. En semanas anteriores, habían sido realizados otros operativos en Caballito y en Flores.
Ayer, se sumaron las acciones en Liniers y en Ciudadela. Luego de meses de investigación, los allanamientos tuvieron como objetivo galpones y viviendas que eran utilizados como depósitos; en estas últimas también vivían familias, en condiciones precarias.
Como se dijo, se realizaron 18 en forma simultánea. Se secuestraron más de 650 bultos de ropa, juguetes, bijouterie, celulares y ropa blanca. Uno de los depósitos inspeccionados está situado en la calle D'Onofrio, en Ciudadela. En ese lugar, el personal encargado del operativo encontró mercadería que se vendía en la avenida Rivadavia, en Liniers.
Otro de los puntos allanados fue un PH con 18 habitaciones, en Ibarrola al 7200 (casi José León Suárez), en el mismo barrio porteño. Los ocupantes de la vivienda, según informaron fuentes del Ministerio de Seguridad de la ciudad, trataron de impedir la partida del vehículo con la mercadería secuestrada y arrojaron piedras a los efectivos policiales.
Intervino entonces el grupo BRI (Brigada de Rápida Intervención) de la Metropolitana. Los agentes se interpusieron, con sus escudos, entre el camión y los manifestantes para evitar que estos últimos robaran la mercadería. "Fue un asalto tipo piraña, parecido a lo que ocurrió oportunamente en la avenida Avellaneda", explicó Martín Lapadú, fiscal de cámara de la Unidad Fiscal Oeste, que tiene a su cargo este caso.
Si bien desde la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) denunciaron que fueron utilizadas balas de goma y una de ellas hirió a un niño, fuentes del Ministerio de Seguridad porteño lo negaron.
A raíz de los incidentes, los comerciantes de los alrededores optaron por bajar las persianas de sus locales. "Cerramos una media hora, por seguridad", dijo una vendedora de un local de ropa en Ibarrola y Ramón Falcón. Enfrente, la empleada de una casa de tortas comentó: "Había gente que corría, no entendíamos muy bien qué pasaba, así que bajamos la persiana un rato, hasta que se calmó".
Muy cerca de allí, en José León Suárez al 200, los encargados de los operativos hallaron 13.228 kilos de alimentos y 45 litros de bebidas, todos en mal estado. Entre los alimentos había frutas, verduras, granos con insectos y tres barriles de 200 litros cada uno con aceitunas agusanadas. Todo fue destruido mediante compactadoras.
Durante los procedimientos, hubo 50 personas demoradas. Lapadú explicó que fueron identificadas y luego liberadas, ya que ninguna tenía antecedentes o pedido de captura.
Los operativos comenzaron a las 4 de la madrugada y duraron hasta el mediodía, cuando se terminó de clasificar y precintar la mercadería secuestrada. Al retirarse las autoridades, los manteros comenzaron a ocupar las veredas nuevamente, aunque en menor cantidad que lo normal.
La esquina de José León Suárez e Ibarrola, en donde suelen instalarse más de diez carros de supermercado en los que se cocina con ayuda de garrafas, estaba despejada. En cambio, en decenas de puestos a lo largo de Falcón y de José León Suárez se vendían verduras, frutas, jugos, tortas y panificados. A diferencia de otras veces, los vendedores ocupaban sólo las veredas y dejaban las calles libres.