Elefante Blanco: lo demolerían una vez que trasladen a los vecinos, que resisten
La Justicia avaló el pedido de algunos habitantes del entorno de la vieja construcción de Villa Lugano y frenó un eventual desalojo; se proyectaba mudar a la mole un ministerio, pero no sería viable
Los rumores son fuertes y el gobierno porteño no los niega. El Elefante Blanco, el esqueleto de hormigón abandonado desde la década del 50 y luego ocupado por centenares de familias en el barrio de Villa Lugano, sería demolido.
El proyecto de mudar al edificio el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat habría tropezado con informes técnicos desfavorables. Pero la iniciativa para tirar abajo la mole, ideada para albergar un hospital de avanzada, encontraría un nuevo obstáculo: la Justicia acaba de prohibir cualquier medida de desalojo del caserío que circunda la deteriorada torre, cuya desocupación sería el paso previo a toda tarea de derrumbe. Las viviendas están apoyadas en la megaestructura.
Se trata del asentamiento conocido como Manzana 27 bis, en un extremo de la villa Ciudad Oculta, donde unas 75 familias sobreviven en condiciones paupérrimas, entre desperdicios, escombros y alimañas. Desde hace casi cuatro años, avanza un proceso de negociaciones entre la Ciudad y los habitantes para que obtengan a cambio de su traslado una solución habitacional. Además, la Defensoría Pública patrocina un reclamo de los vecinos por su derecho a un ambiente sano y una vivienda digna, en un expediente radicado en el juzgado en lo contencioso administrativo que lidera Elena Liberatori.
"Los habitantes manifestaron que el gobierno porteño, a través de la Secretaría de Hábitat e Inclusión, realiza visitas a cada familia para informarles que deben irse de allí porque se procedería a demoler sus casas, y, según cada situación familiar, les ofrecen determinada suma de dinero para dejar su vivienda", dijo el defensor Ramiro Dos Santos Freire en el recurso de amparo presentado ante el mencionado juzgado. "Resultaría inminente un desalojo", agregó. Punteros políticos de la zona transmitieron a los vecinos la intención oficial de demoler, también, el Elefante Blanco.
Voceros de Desarrollo Humano y Hábitat evitaron responder sobre la probable destrucción del viejo esqueleto de 14 pisos. Tal como anticipó LA NACION en noviembre, el año pasado la Ciudad planificaba mudar ese ministerio al Elefante Blanco, una vez culminado el traslado de los habitantes; la medida iba en sintonía con la instalación del Ministerio de Educación en la villa 31-31 bis.
En rigor, una partida presupuestaria asignaba a la obra de recuperación del Elefante Blanco $ 580 millones. Se analizaba derrumbar a pico y pala los pisos superiores y conservar las tres plantas inferiores. Previamente, el gobierno porteño llamaría a licitación para realizar un estudio estructural.
Ese estudio, según trascendió, no habría sido favorable. Por eso, el plan oficial sería ahora derrumbar la deteriorada mole, aunque esto no cancela la decisión de trasladar aquellas oficinas a ese rincón de Villa Lugano. Probablemente, a un edificio construido desde cero en el mismo predio.
"Para nosotros, por el momento, tanto la llegada del ministerio al Elefante Blanco como su posible demolición son conjeturas. Es alarmante la falta de información oficial respecto de todo el proceso, del futuro de las familias y del lugar", cuestionó Dos Santos Freire.
El funcionario recordó a LA NACION que si las familias de la Manzana 27 bis perdieran sus ya precarias viviendas, quedarían "en una situación de vulneración aún peor que aquella en que se encuentran actualmente". Y agregó: "No queremos que estén peor con un desalojo compulsivo. El barrio exige una respuesta más transparente, satisfactoria e integral, para llegar a una relocalización que implique una mejora concreta".
Problemas
Efectivamente, allí las personas conviven con roedores y basura acumulada, y no disponen de agua potable. Bronquiolitis, diarreas y problemas dermatológicos son algunos de las afecciones que sufren los vecinos.
Alrededor de 70 familias ya se fueron del entorno del Elefante Blanco, informó Dos Santos Freire, tras arribar a acuerdos extrajudiciales, y quedan 75; según Desarrollo Humano, sólo permanecen 30. Otras 150 aceptaron dejar el interior del emblemático edificio, que en 2014 llegó al cine de la mano de Pablo Trapero. "En forma previa a cualquier medida de relocalización es necesario un diálogo respetuoso con los habitantes para el debido resguardo de sus derechos", solicitó el defensor ante la Justicia.
El juez Guillermo Scheibler, subrogante de Liberatori, avaló los argumentos del defensor. En una resolución firmada anteayer, ordenó a la Ciudad que se "abstenga de llevar adelante cualquier medida de desalojo individual o colectivo en el predio". Además, le exigió al Poder Ejecutivo que "remita, en el plazo de cinco días, un informe socioambiental respecto de cada una de las familias (...) y todo otro acto administrativo relacionado con relocalizaciones vinculadas a la Manzana 27 bis".
Fuentes del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat respondieron a LA NACION: "Actualmente está dispuesta una resolución judicial que ordena la limpieza del edificio y que se garanticen medidas de salubridad e higiene, la cual hemos venido cumpliendo. Vamos a seguir trabajando con las pocas familias que quedan en las adyacencias del predio. Se trata de un trabajo basado en el diálogo, familia a familia, partiendo de la comprensión de cada una de las realidades. Es la etapa final de un proceso de cuatro años, que pone fin a 80 años de inacción y desidia".