El Tiro Federal: entre la práctica deportiva y el temor a la expropiación
La histórica institución se enfrenta a la posibilidad de que el gobierno destine parte de su predio a la construcción de un polo educativo; los socios del club resisten el proyecto
Las hojas aún no terminaron de desnudar los árboles de la Avenida del Libertador y las nubes insisten en impedir que el sol asome. A pesar de las condiciones que propone el clima otoñal, un grupo de valientes se sumerge en la pileta del Tiro Federal Argentino. Ellos son sólo algunos de los socios que se acercan todos los fines de semana al tradicional club de Núñez.
Para ellos tal vez no haya otro programa que pasar las tardes jugando al tenis, fútbol, paddle y bowling, practicando natación o, simplemente, tiro deportivo. La centenaria institución, fundada en 1891, se resiste a la posible expropiación de parte de sus tierras con el apoyo de sus 3400 afiliados, esos que mantienen una tradición única en el país.
Ocurre que, a mediados de 2015, el Poder Ejecutivo de la Ciudad envió un proyecto a la Legislatura para crear allí el Parque de la Innovación, un campus educativo y científico. Laboratorios, centros de investigación y universidades con sus respectivas residencias serían parte del proyecto para el cual se necesitaría la expropiación de 13 hectáreas de las 16 que el predio tiene en total. El edificio principal del club quedaría en pie.
"Vienen socios de tres generaciones: abuelos, hijos y nietos. No tenemos subsidio de ningún tipo, todo es solventado por los socios -dice el presidente del club, Juan Carlos Salerni-. Obviamente la situación económica nos afecta, pero desde que se hizo pública la versión de la expropiación tuvimos muchos vecinos que se asociaron como muestra de apoyo."
Salerni agrega un dato: el club será sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018.
"Acá entrenan todas las Fuerzas Armadas del país, y gratis. Tenemos 44 disciplinas de tiro, algo único en el mundo, con 16 olímpicas que pueden practicar incluso aquellos que no son socios", enumera Fernando Amón, director de Tiro de la institución.
Y agrega: "Los hermanos Melisa y Federico Gil, representantes olímpicos de tiro con escopeta, y Eva Szabó, campeona mundial, dictan cursos aquí".
La institución nació con la finalidad de instruir en la práctica de tiro al blanco con armas de guerra "para preparar a la milicia y ciudadanía, para la defensa de los supremos intereses de la Nación". Actualmente 200 chicos de entre 12 y 20 años toman clases de tiro con firmes requisitos: cada uno debe presentar su boletín de calificaciones ante su instructor y, en virtud de su desempeño, podrán continuar con las prácticas o no.
"Esto es parte de su educación, no un mero divertimento. Ellos saben que, si quieren aprender a tirar, primero deben cumplir con la escuela -resalta Amón-. Sorprende ver cómo chicos de esa edad se levantan temprano un sábado para venir al club a practicar. Este deporte contribuye a desarrollar la paciencia, la paz interior y a templar el carácter, tarea nada fácil para un adolescente."
Para iniciarse en las prácticas de tiro los alumnos deben superar varios meses de prácticas en un circuito virtual. Con ayuda de una computadora desarrollan la postura, corrigen errores e incorporan las cuestiones básicas de todo tirador. Luego, sí, pueden hacer su ingreso al polígono, muy vigilados y guiados por los instructores.
"Mi marido viene a tirar hace más de 30 años, lo hacía antes con su padre y ahora trae a mi hija, que tiene 13, y al varón de 12 años. Me parece importante que sepan tratar las armas con respeto, como el deporte que es, y que no sólo esté asociado a la violencia", opina Marcela López, socia del club.
Al caer la tarde los más jóvenes se acercan a la cancha donde la escuelita de fútbol mixta los dejará exhaustos pero felices tras los picaditos. El sector de bowling, con cuatro líneas que parecen trasladar a los años 50, está casi desierto. En el bar se percibe un clima intimista, con mujeres que juegan burako y damas, entre café y medialunas.
La pileta ya está desierta. Pero las cuatro canchas de fútbol y los courts de tenis están en su apogeo. No muy lejos, suenan los ecos de los tiros provenientes de los polígonos, una postal bien conocida por el barrio, que pretende permanecer inalterable.