El Tambito: la Ciudad recupera un histórico reducto tanguero en Palermo
El gobierno porteño comenzó la puesta en valor del particular edificio, que está a metros del Jardín Japonés; tras varios años de abandono, el techo del edificio estaba en mal estado, al igual que la fachada exterior
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Después de un largo tiempo durante el cual permaneció abandonado a su suerte, finalmente El Tambito, un histórico reducto tanguero que continúa en pie en la Ciudad, empieza a recuperar su valor patrimonial. Ubicado a metros del Parque Japonés, en los bosques de Palermo, el centenario edificio comenzó a ser restaurado tanto en su exterior como dentro de sus instalaciones.
Es el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño el que lleva adelante la puesta en valor del edificio ubicado en la avenida Berro, a metros del Jardín Japonés. La obra comenzó en noviembre del año pasado y se prevé que los trabajos durarán aproximadamente siete meses. El principal objetivo del trabajo es recuperar la fachada original de El Tambito y conservar la identidad de este edificio de 140 años de antigüedad.
La restauración no es fácil debido al avanzado estado de abandono del inmueble. Los especialistas se encontraron con una propiedad muy derruida, cubierta de humedad. Todas las aberturas estaban cerradas para evitar que intrusos la ocuparan, el techo se encontraba totalmente deteriorado - las pocas tejas originales que lo protegían se cayeron y rompieron en pedazos -, había maderas en mal estado, vidrios rajados y faltante de piezas. La vegetación invasiva se adueñó del predio que rodea al edificio.
Allá lejos y hace tiempo, ese particular espacio había brillado con todo su esplendor en esa Plaza Sicilia, a orillas del lago Victoria Ocampo. Era utilizado durante el día para vender leche a quienes paseaban por la zona. De ahí que fuera bautizado como El Tambito. Sin embargo, por la noche, muy distinto era su uso. Cuando las velas comenzaban a arder, en ese inmueble se bailaba tango y los visitantes podían escuchar orquestas.
Como parte de las obras anunciadas, se colocarán ocho luminarias lineales 100% LED nuevas, se pintarán los 777 m² de superficie interior para proteger el material original y se renovará el piso, tanto exterior como interior.
Para la limpieza general de la fachada se utilizarán una máquina de hidrolavado y otras técnicas (con productos químicos o cepillado manual) para que quede completamente limpia. Los especialistas realizarán el sellado de las grietas en la estructura y la eliminación de vegetación invasiva y luego recuperarán los sectores del frente que estén inestables para garantizar la seguridad del edificio. El Tambito cuenta con piezas y elementos ornamentales que serán recuperados.
Al menos por ahora, según pudo averiguar LA NACION, el centenario edificio no tiene un destino previsto. En algún momento hubo intenciones de transformarlo en un bar - cuando una ley porteña de 2014 impulsaba la construcción de confiterías en todas las plazas de más de 50.000 metros cuadrados de superficie - en un museo del tango y hasta en un espacio cultural perteneciente a la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), pero ninguno de los proyectos avanzó.
Como muchas de las construcciones de otra época, El Tambito tiene escaleras de mármol que tendrán que ser reacondicionadas. “Estamos trabajando para conservar la identidad del edificio, además de recuperar el material original de la fachada. Estos trabajos son parte de la puesta en valor del patrimonio urbano que tenemos en el espacio público”, dijo la ministra Clara Muzzio.
El Tambito: parte de la historia porteña
La inauguración de El Tambito ocurrió en 1877. Primero, el edificio se arrendó para el expendio de leche al pie de la vaca a Vicente L. Casares, un reconocido promotor de la industria láctea en el país de aquella época. Después de poco más de una década, el espacio volvió a ser objeto de negociaciones entre la municipalidad de la Ciudad –su propietaria– y particulares.
“Así nos enteramos de que para entonces el Kiosco Casares se encontraba desocupado e improductivo y que Constant Fermán y Cía. se proponían rehabilitarlo. Luego siguieron otros arrendatarios y al Kiosquito, o Tambito, además de expender leche durante el día se le fueron anexando servicios”, explica Sonia Berjman en su libro Palermo. El Parque 3 de Febrero de Buenos Aires.
El Tambito se volvió uno de los reductos especiales en el circuito del tango porteño junto con el Café Hansen y el Velódromo y actualmente es el único edificio de los tres que subsiste en pie. El local, incluso, padeció una clausura temporal a inicios del siglo XX por un hecho de sangre que llegó a la crónica policial. En una pelea de patotas entre malevos e hijos de la alta sociedad, murió de una puñalada un joven.
Años después, en la década del ‘40, el inmueble fue sede de la administración del Parque Tres de Febrero y de la Casa de la Juventud durante la gestión del radical Facundo Suárez Lastra, para pasar a llamarse Casa Joven desde febrero de 2001 hasta aproximadamente 2005, cuando quedó a merced del abandono.