El camarógrafo le indica que camine unos metros y se recueste luciendo su vestido rojo contra la baranda del puente. La bailarina intenta hacerlo pero se tropieza con los tablones. "Es imposible caminar acá. Que pena, era un lugar tan lindo para filmar", se queja María Cristiani durante la producción de su próxima gira de tango. El Puente de la Mujer, un icono de Buenos Aires que representa un a pareja bailando tango, hoy parece haber dejado de ser la postal soñada de Puerto Madero
No hace falta ser experto en conservación para darse cuenta de que el puente peatonal giratorio del célebre Santiago Calatrava Valls, visitado por miles de turistas por año, está venido a menos. A simple vista luce su mástil blanco de casi 40 metros de alto despintado. Además se ven partes oxidadas, los clavos que sujetan el deck de madera a lo largo de 160 metros en los que se extiende están sueltos, y las barandas de acero cercanas a los márgenes del río se ven flojas, como si hubieran querido sustraerlas .
"Las tablas desiguales provocan que uno se caiga. Encima con el sol de frente no se ve bien. Sería bueno que lo reparen", se lamentan Laura Montero y Luciana Lacroix, mientras apuran el paso para volver a su casa después de trabajar en alguna de las oficinas de Puerto Madero, el barrio más nuevo, lujoso y moderno de Buenos Aires, coronado por una moderna pasarela a mitad del espejo de agua del Dique 3 que une las orillas este y oeste del dique.
Inauguración
Desde su inauguración en 2001 es, junto con el Obelisco, uno de los emblemas de la ciudad. Se trata de una mole de más de 1000 toneladas de acero y hormigón blanco, material favorito de Calatrava, que cruzó fraccionada desde su fábrica en España todo el Atlántico para luego ser ensamblado aquí. Sin embargo, el estado actual de la construcción preocupa no sólo a los transeúntes sino también en particular a los expertos. El puente es una sofisticada obra de ingeniería, donde un mecanismo de 20 motores controlados por computadora permiten que gire sobre un eje situado debajo del mástil, permitiendo el paso de las embarcaciones que circulan por el dique.
"Tengo una bronca sideral. Su estado de deplorable. Para mí es como un hijo, una obra de arte que tuvo un costo de 10 millones de dólares de la cual ahora nadie se hace cargo de mantener", se lamentó el ingeniero Claudio Breuning, encargado de instalar el puente y de conservarlo los primeros años. Breuning es actual gerente de proyectos de Puerto Madero Este, la empresa que durante el mandato del ex jefe de gobierno Anibal Ibarra donó el dinero necesario para la construcción. "El Puente de la Mujer es un orgullo de los argentinos. Pero lamentablemente el país adolece de la cultura del mantenimiento y el cuidado de nuestras obras públicas", remarcó.
Madero Este se hizo cargo de la obra hasta el 2006. Luego, la Corporación Antiguo Puerto Madero se lo cedió al gobierno porteño, explicó el ingeniero. En la actualidad forma parte del Espacio Público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, teniendo ésta la potestad total sobre el mismo, lo cual incluye mantenimiento y permisos especiales para su uso. La única excepción es la seguridad, que está a cargo de la Prefectura Naval Argentina, dijo el Ministerio del Ambiente y Espacio Público porteño al ser consultado respecto a que organismo es responsable de su conservación.
Para Breuning, quien publicó cartas de lectores en este diario alertando sobre su deterioro, en primer lugar es necesario hacer una revisión urgente de los obenques, los gruesos cables de acero con que se sostiene y sujeta el brazo o mástil. "Nunca lo hicieron en 20 años, a pesar de que es la vida últil del puente", dijo el ingeniero respecto al estado actual de la primera obra en América Latina de Calatrava Valls, seguida por el Museu do Amanhã en Río de Janeiro.
"Calatrava nunca vino a Argentina para ver como quedó la construcción, controlaba el emplazamiento desde afuera", explicó el ingeniero. El español diseñó varios puentes y, según los expertos, el porteño es el primero de su serie giratoria. Es muy parecido al Samuel Beckett, de Dublín, Irlanda, y al Puente del Alamillo, en Sevilla, España.
Preocupación
Por su parte, desde International Council of Museums, organización encargada de preservar el patrimonio cultual, el arquitecto Oscar Centurión Frontanilla, se mostró también alarmado. "Está oxidado, posee humedad, y maderas en mal estado", dijo. Según el especialista "los nuevos diseños en arquitectura demandan un testeo constante ya que son muy tecnológicos. A su vez, el capricho en las formas hace que la estructura se esfuerce y que requiera permanente conservación, lo cual es difícil". En cuanto a la pintura señaló que "llegar a cubrir correctamente las curvas es una tarea muy compleja, demandaría muchísimo tiempo".
Para ello habría que utilizar pintura naval, y contratar un pontón, es decir una plataforma flotante desde donde trabajar con grúas, anadió Breuning, quien en reiteradas oportunidades le solicitó al gobierno porteño una urgente puesta en valor. Según el ingeniero, le informaron que hacer que la construcción vuelva a brillar tendría un costo de 20 millones de pesos, sólo de pintura, y que por el momento tenían otras prioridades. "Se lavan las manos", se lamentó.
Consultado el gobierno sobre los cuestionamientos, informó que para el próximo año se tiene proyectado el repintado y el reemplazo total del solado de madera, tareas para las cuales aún no hay un presupuesto estimado. "En la actualidad se siguen los procedimientos descriptos en el manual de mantenimiento del Puente entregados por la empresa constructora al finalizar la misma", explicaron. Esto incluiría tareas de mantenimiento rutinario, tanto de materiales como del equipamiento electro-mecánico e hidráulico, chequeando semanalmente su funcionamiento, añadieron.
Prefectura Naval, encargada de la seguridad de la zona y de custodiar el tránsito de embarcaciones dijo que "no tenemos conocimiento de que hayan alguna vez reparado el puente".
El Ente de Turismo porteño estima que Buenos Aires recibe más de 10 millones de turistas extranjeros por año. La mayor parte de ellos visita la zona de Puerto Madero y cruza el puente, uno de los mayores atractivos de la ciudad. La obra soporta por minuto 120 personas caminado al mismo tiempo. Tanto desde el Ente de Turismo como desde Espacio Público señalaron desconocer la cantidad de público que lo atraviesa a diario.
Emblema moderno de Buenos Aires
Según crónicas de la época, a fines de la década del 90, cuando Calatrava recibió el encargo para diseñar el puente local, quiso inspirarse en la música típica de esta ciudad y pidió que le enviaran discos y videos de tango para poder diseñar una estructura que imitara una pareja bailando: el mástil representaría al hombre, que sostiene mediante cuerdas la curvatura central del puente, que simbolizaría a la mujer, en un típico paso de ese baile.
Fue ubicado en un lugar estratégico, en línea con el llamado Eje Cívico de la Ciudad, un trazado que va desde el Congreso Nacional hasta Casa Rosada. Está a cuadras del hotel Hilton y desemboca frente a los silos, prácticamente sobre la Plaza Reina de Holanda. Sin embargo, su inauguración, un 20 de diciembre del año 2001 tuvo poco de festivo. A pocas cuadras de allí se desataba la crisis que terminó con la caída de Fernando de la Rúa.
El año pasado, la Legislatura porteña lo declaró monumento al considerado Patrimonio Cultural de la Ciudad. Buenos Aires cuenta con otro puente peatonal, el que cruza la avenida Figueroa Alcorta a la altura de la Facultad de Derecho. Lo que aportó el de Calatrava, además de su condición de obra de autor, es su tipología de colgante y giratorio.
La obra mide 5 metros de ancho, y se compone de tres tramos: dos fijos en ambas márgenes del dique y uno móvil que gira sobre un pilón cónico de hormigón blanco directamente importado de Dinamarca. El mecanismo de la empresa Demag hace que para completar los noventa grados del giro se demore tan solo entre un minuto y medio y dos.
Fue realizado en una fábrica cerca de Bilbao y se transportó por partes en varios embarques a Buenos Aires. Si bien los datos oficiales indican que tuvo un costo de 6 millones de dólares, según fuentes empresarias su costo habría llegado hasta los 10 millones. El proyecto comenzó en 1999 y duró 12 meses.