El proyecto "La gente anda diciendo" se replica en América
La página de Facebook que recopila frases de la calle se expande en otros países
La iniciativa "La gente anda diciendo", que comenzó recopilando frases oídas al pasar en las calles porteñas y que en poco más de dos años reunió a casi un millón de fans en Facebook (https://www.facebook.com/LaGenteAndaDiciendo), también abrió su "muro" a las conversaciones de la vida cotidiana en ciudades de América latina.
Ezequiel Mandelbaum, uno de los creadores de la idea junto con Tatiana Goldman, recorrió durante el último año diez ciudades de México, Brasil, Colombia y Ecuador, financiado por la empresa Motorola, en busca de esos mismos retazos de conversaciones anónimas que, como en Buenos Aires, pululan en los colectivos, los bares y las calles del continente. Hoy, más de 100.000 seguidores de la página son latinoamericanos, y uruguayos y colombianos están a la cabeza.
El primer desafío del proyecto fue el idioma. "¡En Brasil no entendí nada!", contó Ezequiel. Por eso, un grupo de amigos argentinos que viven en Río de Janeiro y San Pablo lo ayudaron con las traducciones y con la recolección de frases, y se convirtieron en lo que él y Tatiana definieron como sus "corresponsales necesarios".
En los demás países, el reto fue acostumbrarse a los distintos acentos y las expresiones locales desconocidas. Por ejemplo, en Cartagena, Ezequiel escuchó varias veces que la gente salía a la calle a "parchar" [significa: juntarse a pasar un rato con alguien], o que alguien se quedaba "desparchado" [es decir, solo y sin nada que hacer].
En esos casos, el criterio de selección que se adoptó fue: "Si nosotros lo podemos entender tal como está, todo el mundo va a poder". "La frase no se mancha", dijo Tatiana, para aclarar que todas las expresiones que se publican en la página de Facebook o en Twitter (@gentediciendo) no se editan y se copian tal cual se las oyó.
Otro desafío fue elegir los lugares para ponerse a escuchar lo que habla la gente. "Hay ciudades en las que no es tan sencillo estar en la calle, como San Pablo o el Distrito Federal. Ahí la gente se maneja más en auto, no se apropia tanto de las calles", contó Ezequiel. En el Distrito Federal, sus mejores frases no las encontró en cafés, sino en cervecerías o en la plaza de El Zócalo.
En Ecuador y en Colombia descubrió que la gente suele reunirse para hacer deportes o bailar, más que para charlar. Según Ezequiel, a diferencia de las ciudades que visitó, "en Buenos Aires la gente se expone más, habla de cualquier cosa y a los gritos. Cuenta cosas íntimas, desde una visita médica hasta problemas familiares".
En sitios como Bogotá, o incluso México o Quito, le pasó tener que perseguir a la gente para poder escuchar de qué hablaban, o cambiarse de asiento en un colectivo para oír la conversación de una pareja. "La gente habla más bajo", dijo.
Con las frases de viaje ya recopiladas, ambos encontraron que, más allá de las diferencias entre las ciudades existen temas universales con los que la gente se identifica y de los que suelen conversar. "No existen temáticas por país, sino grandes y pequeños temas de la vida que nos atraviesan a todos, como el amor, la paternidad, el fútbol...", resumió Ezequiel.
De hecho, una de las primeras conversaciones oídas en México fue entre una pareja de novios. "Soñé que estábamos casándonos", dijo ella. "Soñar no cuesta nada", respondió él.
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