El patio de las artes: un singular paseo de esculturas en los bosques de Palermo
Montarán un espacio para disfrutar de las obras originales retiradas de la vía pública o en proceso de restauración por haber sido vandalizadas
Disfrutar del patrimonio cultural de estatuas originales retiradas de la vía pública y, a la vez, ser testigos del proceso artesanal de restauración de las figuras vandalizadas. Con este doble propósito, las autoridades del gobierno porteño montará un amplio patio de esculturas en la plaza Sicilia, junto a los galpones donde hoy, a puertas cerradas, trabajan los expertos de la Coordinación de Monumentos y Obras de Arte (MOA), en el corazón de los bosques del barrio de Palermo.
El patio, que todavía no tiene una fecha estimada de concreción, será un espacio al aire libre con senderos de grazna, bancos y canteros con flores, entre los que se erigirán estatuas de gran valor patrimonial que requieran ser retiradas de su emplazamiento actual para evitar que sean víctimas del deterioro o el vandalismo. Y que los vecinos podrán visitar.
Esta práctica es habitual en varias ciudades de Europa, que poseen un importante patrimonio cultural.
La Dirección de Espacios Verdes de la ciudad evalúa incluir entre las 20 posibles El último centauro (o El centauro moribundo), de Antoine Bourdelle, hoy en la plaza Rubén Darío, de Recoleta; El pensador, de Auguste Rodin, instalado en la plaza Mariano Moreno, junto a la plaza Congreso; el Monumento a Sarmiento, también de Rodin, en el parque Tres de Febrero; y Leandro y Hero (también llamada El beso), de Paul Gask, hoy a la vista en la isla del lago del Rosedal de Palermo. Todas serían gradualmente reemplazadas por réplicas.
Además, el Patio de las Esculturas recibirá, por ejemplo, un busto de Manuel Belgrano que estaba situado en las Barrancas de Belgrano y que, tras ser vandalizado, fue removido y reemplazado con una copia. Igual es la situación de las figuras de Rómulo y Remo que forman un conjunto con la Loba en el Parque Lezama; los originales permanecen bajo custodia del MOA y hoy se exhiben reproducciones.
En este caso, se trata de piezas tan frecuentemente dañadas que la MOA ya tiene un stock de copias preparadas para la sustitución ante un nuevo vandalismo.
En la Capital, suman 2200 los monumentos, estatuas, bustos, placas y monolitos existentes, según datos oficiales. El gobierno porteño gasta entre 5 y 7 millones de pesos por mes (entre 60 y 84 millones anuales) en reparaciones de monumentos y estatuas que reciben agresiones de desconocidos.
Cuando una obra de arte emplazada en la ciudad es vandalizada o sufre un deterioro profundo por el transcurso del tiempo, es la MOA la encargada de la restauración. Allí trabajan 25 restauradores: 15 de ellos, en los talleres que funcionan dentro del parque Tres de Febrero, y otros 10 in situ.
Sucede que no todas las piezas pueden ser movidas. Por lo general, son llevadas a los galpones las más pequeñas, como bustos, frisos o jarrones; otras, de mayores dimensiones, se trasladan, pero reciben tratamiento al aire libre. Concluidos los trabajos, vuelven a ser colocadas en sus sitios originales.
Finalmente, algunos monumentos sólo pueden ser intervenidos en el lugar donde están emplazados, debido a su gran tamaño.
En promedio, se restauran por mes 25 obras, según fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, del que depende la Coordinación MOA.
Históricamente, y todavía hoy, el proceso de recuperación de las obras de arte se ha desarrollado desde el silencio y el anonimato. Pero cuando se estrene el Patio de las Esculturas, la actividad será jerarquizada y promovida mediante la exhibición pública de las tareas en el mismo predio.
Protección ante robos
Junto al espacio donde se exhibirán las estatuas originales retiradas de la vía pública por su alto valor patrimonial, se montará un gazebo de metal y policarbonato desplazable sobre rieles que conservará hasta cinco esculturas en su interior y las descubrirá para que los expertos puedan realizar la restauración al aire libre y a la vista de los vecinos.
Para evitar robos y controlar el acceso del público, todo el perímetro será protegido por un muro bajo con rejas y alambre en la parte superior, al estilo de las existentes en el Jardín Botánico. Hoy, las instalaciones de la MOA apenas están delimitadas por un alambrado, más precario.
Además, se incorporarán nuevos accesos peatonal y vehicular y un camino adoquinado de ingreso desde la avenida Berro hasta la MOA.
Las visitas, según informaron fuentes oficiales, serán gratuitas y se realizarán mientras se desarrollan los trabajos de restauración. Vecinos y turistas podrán disfrutar de cómo los artesanos despliegan su pericia y, en paralelo, observar las piezas originales que, para su preservación, ya no volverán a exhibirse en el espacio público.
lanacionar