El olvido y la demolición amenazan a la Casa Suiza
Vecinos encontraron documentos de 1861 tirados en la calle; denuncian su "vaciamiento"
La Casa Suiza, el histórico inmueble sede de la Sociedad Filantrópica Suiza en el que se presentaron desde Carlos Gardel hasta Sandro, vive horas de vaciamiento y olvido que se contradicen con su extraordinario valor cultural. A pesar de las medidas legales que lo protegen, el mes pasado hubo un intento de demolición, y los vecinos han encontrado documentos de las actividades del edificio tirados en la vereda.
Según denuncia Laura Driau, una vecina que vive en el edificio lindero, el abandono de la custodia permanente del edificio, a fines de febrero de este año, permitió el desmantelamiento del inmueble. "Se llevaron las arañas de cristal, el piso de roble y otras partes del mobiliario", señaló, en coincidencia con el relato de otros vecinos. Planos y archivos fueron apilados en la entrada, y los libros de actas aparecieron en la vereda, junto a las bolsas de basura. Driau rescató lo que pudo y ahora custodia unos planos antiguos y libros contables, escritos en francés, de 1861.
Fundado en 1895 y lugar de reunión de la comunidad afroargentina en la primera mitad del siglo XX, el edificio ubicado en Rodríguez Peña 252-254 pudo haber sido demolido en 2011. Según trascendió entonces, en la Sociedad Filantrópica Suiza se pensaba tirarlo abajo para construir un edificio de oficinas de 10 pisos, con tres subsuelos para cocheras. El último piso iba a ser ocupado por oficinas y un anfiteatro, y la empresa constructora pagaría un canon anual.
Ante la inminencia de que se concretara el proyecto, un grupo de 9 vecinos presentó un recurso de amparo en enero de 2012. La doctora Alejandra Petrella, a cargo del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 12 de la ciudad, que tomó el pedido interinamente por feria judicial, dictó una medida precautelar para "la preservación de ese espacio manteniendo su destino, ornamentación y mobiliario". Los vecinos y la ONG Basta de Demoler argumentaron que en diciembre de 2008 la Legislatura había sancionado la ley 2959, en la que se declaraba la Casa Suiza bien integrante del patrimonio cultural de la ciudad. Esa ley ordena preservar el pórtico de ingreso, las arañas de cristal, el archivo histórico con los antecedentes familiares y demás documentos que integran el archivo histórico de los inmigrantes suizos.
Por la Casa Suiza llegaron a pasar el dúo Gardel-Razzano, Sandro y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, entre otros. En la primera mitad del siglo XX albergaba el Shimmy Club, que realizaba sus legendarios bailes de Carnaval durante ocho noches. Por eso no fue casualidad que la asociación Misibamba, que agrupa a la comunidad afroargentina, estuviera presente con sus tambores el 6 de enero y el 17 de abril de 2012 junto con vecinos del barrio y miembros de la ONG Basta de Demoler para reclamar la protección del inmueble.
"Durante los años 60, la movida candombera en la Casa Suiza había adquirido tal fama que era visitada por personajes de la farándula local, como el humorista gráfico Landrú, que publicaba fotos de los bailes en el diario El Mundo, el actor Jorge Porcel y la cantante Egle Martin", señala el antropólogo Pablo Cirio, especialista en la cultura afroargentina.
El tipo de protección otorgada por esta ley es la misma que recibió el monumento a Cristóbal Colón un día antes de que una grúa amenazara con desarmarlo y quitarlo de su emplazamiento, detrás de la Casa Rosada. De todas maneras, aunque hoy sea el centro de una disputa política entre la Ciudad y la Nación, la estatua del descubridor cuenta con leyes tanto porteñas como nacionales que la protegen. En cambio, la Casa Suiza es un inmueble privado, y en su caso las atribuciones que la ley le asigna al Ministerio de Cultura porteño quedaron en la nada.
"Lo que sí protegería a la Casa Suiza es su catalogación, siguiendo el capítulo 10 del Código de Planeamiento Urbano, que contempla la protección cautelar, integral o estructural de las construcciones con valor patrimonial", señaló el abogado Raúl Navas, especialista en Patrimonio y Legislación Urbanística.
A tono con esto, desde 2008 se presentaron en la Legislatura porteña proyectos de protección cautelar, que preservan la fachada y el perfil edilicio, pero no prosperaron. En tanto, el 18 de junio de 2012, la magistrada Andrea Danas, a cargo del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la ciudad N° 9, dictó la medida cautelar de "no innovar" y extendió el plazo de la precautelar sobre la prohibición de demoler o intervenir por cualquier medio el inmueble hasta tanto se dicte una sentencia definitiva.
La Justicia puede dictar sentencia firme a favor de los vecinos amparistas. Sin embargo, a la luz del vaciamiento denunciado por Driau, es posible que el fallo llegue tarde y se proponga cuidar un patrimonio que para entonces quizá no exista más.
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