El nuevo polo gastronómico de Olivos se posiciona en la movida gourmet
Tres restaurantes y una heladería bajo un complejo de viviendas atraen a grupos de amigos y familias de localidades cercanas, incluida a la familia presidencial
La Panadería de Pablo desembarcó en una cuadra de Olivos hace ocho meses. Junto a la hamburguesería gourmet Carne además de compartir cuadra pertenecen al mismo grupo gastronómico, Mezcla. Desde entonces, ambos conviven en una manzana de la Avenida del Libertador con la heladería Lucciano´s y con Le Pain Quotidien, también nuevos en la zona. Varios metros más atrás, a la vera del río, algunos food trucks se suman y sellan el nuevo polo gastronómico de Olivos que, los fines de semana, se llena de gente. Muchos vienen de Capital Federal, San Isidro, Martínez y, también, de Olivos. El hecho de que el restaurante que tiene a Pablo Massei como chef ejecutivo no tenga una sede en Capital y que Carne, la preferida de la familia presidencial, solo esté en La Plata, genera atracción para los porteños, que suelen terminar la tarde frente al río.
Los cuatro locales -que también abren entre semana- se ubican en la intersección de la Avenida del Libertador y Corrientes. En esa esquina, una gran palmera recuerda que un restaurante con el nombre de la planta yacía allí un tiempo atrás. La anécdota fue el disparador de quienes decidieron desarrollar comercialmente la cuadra creando un complejo llamado La Palmera, con 180 departamentos y este polo gastronómico debajo. Desde el grupo Portland, desarrolladora inmobiliara que se encargó de la puesta a punto, contaron: "La Palmera se planteó con una planta baja comercial, la idea era poder ofrecer algo diferente a la zona, quisimos poner algo más élite, hicimos un análisis de mercado de las tendencias que se estaban viniendo".
Los sábados por la noche y domingos al mediodía suele ser difícil encontrar lugar para estacionar. Por eso, tomar el ferrocarril Mitre-Retiro y bajar en la estación Olivos, que queda a una cuadra de La Palmera, puede ser una buena opción. Según los consultados, otra desventaja de ir los fines de semana es la espera para comer. En cuanto a los carritos al aire libre, lo ideal, dijeron, es concurrir los días de sol en invierno o no tan calurosos en verano.
La preferida de la familia presidencial
Cuando a fines del año pasado el presidente Mauricio Macri y su mujer Juliana Awada llevaron a la pequeña Antonia a degustar una hamburguesa un día de semana, la foto de la familia presidencial cenando en Carne se volvió viral; lo mismo sucedió con la popularidad de la hamburguesería: llegó a su pico máximo y hoy dan cuenta de ello los fines de semana, cuando la fila para hacer el pedido puede recorrer varios metros hasta la puerta. "Vienen dos veces por semana o sino mandan a buscar las hamburguesas y las llevan a la quinta de Olivos", contó el chef del lugar, Gustavo Cusi, sobre la familia Macri-Awada. Según dijo, las noches en que deciden ir hasta el local de la Avenida del Libertador Juliana es quien hace la fila para realizar el pedido, mientras que Macri y Antonia la esperan en una de las mesas aledañas a la caja, contra la pared. Afuera, aguardan agentes de seguridad. "Tienen un perfil muy bajo, son muy agradables", contó.
El público de la hamburguesería creada por la familia García y el chef Mauro Colagreco, que cuenta con dos estrellas Michelin y es dueño del renombrado Mirazur en Francia, es variado. Familias con hijos pequeños, adolescentes, grupos de amigos y hasta colegialas que acuden al local durante el break del mediodía en el colegio. En Olivos abrieron a fines de diciembre de 2016, la casa matriz está en La Plata.
Cusi explicó que su objetivo es una hamburguesa "de alto nivel y con muy buena mercadería y producto". Carla Marina, que visitaba Carne por primera vez, se mostraba fascinada con las papas fritas. "Son muchas más que las que te dan en otro lado, el doble, y muy ricas. La carne, en cambio, no me pareció tan gustosa, la encuentro un tanto aceitosa", contó. No obstante, en otra mesa la hamburguesa fue descripta como "la mejor de la zona porque te dan carne de verdad". Además, lo que llamó la atención de los clientes en Carne es el ketchup que, lejos de respetar su versión original, contiene, entre otros ingredientes, canela.
Próximamente abrirán una sucursal en San Telmo y, a fin de año, otra en Palermo. Los precios de los combos van desde los $ 235; una opción más económica, que solo está disponible hasta las 19, es el combo rebelde, que es más chico. El precio es de $ 149. Abre todos los días de 12 AM a 12 PM.
En pareja o con amigos
El plato más caro de La Panadería de Pablo es la milanesa de bife de chorizo con hueso. "Es de medio kilo, tiene un proceso bastante complejo en la cocina, viene acompañado con un puré. Vale $ 640 y es para compartir", explicó el manager del restaurante, Nicolás Calderone, quien agregó que el lugar está pensado para grupos de amigos de más de 35 años o para parejas. El restaurante abrió en agosto del año pasado, dejando atrás la sede de San Telmo. Eso es lo que también lo hace atractivo para los porteños: no está más en Capital.
La puesta a punto de La Panadería... estuvo a cargo del diseñador Horacio Gallo. Allí, el bossa nova deambula impulsado por aromas "típicamente porteños" entre enormes columnas de hormigón visto. Las paredes de ladrillo, pintadas de negro brillante, realzan los apliques dorados: lámparas de techo del diseñador Alejandro Potter.
Como su nombre lo indica, el chef ejecutivo del lugar, que se ocupa de la directiva de la cocina y los menúes, es Pablo Massei. "La cocina de Pablo se caracteriza por una cocina tradicional, de la escuela de Francis Mallmann. Lo mejor que tenemos, y lo que más sale, son las carnes y pastas caseras", contó Calderone. De lunes a viernes al mediodía, un menú ejecutivo que no incluye ni bebida ni cubiertos ronda los $ 260 e incluye tres pasos. "Es totalmente diferente a la noche donde tenemos otro target, más elevado, viene gente famosa, gente que hace negocios", explicó el sous chef, Néstor "Coco" Perez Saade, quien hace poco fue finalista del programa de televisión Dueños de la cocina (Telefe). El ganador del año pasado, Rodrigo Da Costa, es el actual jefe de cocina y quien diseña el menú junto a Massei. En verano, cuentan que se instala una barra en la galería con música en vivo, "y la gente se queda tomando algo".
"Es muy gourmet y está muy lindo decorado pero las porciones son muy chicas", opinó Lara. Algunos, además, lo encontraron demasiado caro, "pero no más que cualquier otro restaurante de esta categoría", dijeron, mientras destacaban la variedad y calidad de platos. Los precios van desde los $ 240 y hasta los $ 640. Abre de lunes a jueves de 10 AM a 12 PM y los viernes y sábados de 10 AM hasta la 1 AM. Los domingos hay brunch: abren a las 10 AM y cierran a las 19.
Mesa comunal
Entre las ofertas de la cuadra de la Avenida del Libertador, el que recibe a un público más variado -y más sano- es el popular Le Pain Quotidien, conocido por sus alimentos orgánicos. Le Pain... llegó a la Argentina en 2012 y cuenta ya con 12 sucursales en el país. El gerente de la sede de Olivos, Alexander Pinilla, explicó a LA NACION que abrieron en agosto del año pasado y que la diversidad de clientes caracteriza al lugar. Muchos de ellos comparten la gran mesa comunal de madera clara y que reposa sobre azulejos con arabescos. Esa propuesta que incentiva el compartir es el sello de la empresa. "Desde estudiantes del colegio San Andrés hasta señoras de 80, 90 años, o empleadas de oficina", dijo.
En Le Pain... los tartines son el plato que más sale. La propuesta es una base de pan con distintos ingredientes; el de salmón ahumado, palta con alcaparras, verdeo orgánico y eneldo, es el favorito. Tanto los tartines como las ensaladas rondan los $ 200; la de pollo asado, que entre otras cosas contiene queso azul, rúcula, cubos de pollo y vinagreta, es el boom. Al mediodía, el lugar también ofrece un menú ejecutivo por $ 234. Durante la noche, permanece cerrado. Abre de lunes a viernes de 8 a 21 y los sábados y domingos de 9 a 21.
El helado "más instagrammeable" de todos
Aquella visita de la familia presidencial a Carne, en diciembre del año pasado, terminó con un helado en Lucciano´s. Lo que no se sabe es si la ida a esta boutique de helados, como le dicen, fue sugerencia de Antonia o de sus padres; los ultra coloridos palitos de helado que ofrece Lucciano´s no distinguen rango etario: grandes y chicos se desviven por comprarlos e, inmediatamente, subirlos a las redes. Según dijeron Daniel Otero y su hijo Christian -sus dueños- a LA NACION un tiempo atrás, la marca es "la más instagrammeable de todas". Minions, corazones y patitas se fusionan con variados gustos: lemon pie, frutilla a la crema, baileys, chantilly y pistacho, entre otros. Eso, en palitos. Además, se puede pedir helado en cucurucho y, si la opción A y B no funcionan, la C no falla: elegir palito de vainilla, dulce de leche o chocolate y condimentarlo a gusto con micro galletitas bañadas en chocolate, drops de chocolate blanco, marroc, granas rojas o silver drops que quedarán pegadas en el chocolate blanco o negro por el que el palito se habrá bañado antes. La experiencia, un ritual.
Los helados personalizados cuestan $ 100, mientras que el vaso mediano cuesta $ 75. "Capaz es un poquito caro pero los colores y las formas lo justifican", señaló Loana, dueña de una cafetería y que optó por llevarse tres palitos de helado para guardar en el freezer de su casa. El heladero, Claudio Leszcano, contó que los palitos salen más que los vasitos "porque son más llamativos". La heladería que nació en Mar del Plata en 2011 cuenta ya con 17 locales en todo el país.
Fines de semana al aire libre
Frente al río, unas dos cuadras por detrás del complejo La Palmera, están los food trucks. Allí, los precios suelen ser más accesibles que en la avenida y sobra el lugar para sentarse al aire libre. Es ideal para los días de sol y un desafío para los de frío. Los viernes, sábados y domingos, algunos eligen llevar barriles para recargar cerveza artesanal fabricada en Mc Coy o degustar un shawarma o un falafel de Arabians king & the food truck. En el carro árabe un combo de shawarma de lomo, fatay (empanada árabe) y bebida, vale $ 160. Además, en Espacio patagónico, las empanadas de cordero patagónico valen $ 50. Según quienes las degustaban, "a pesar del precio valen la pena".
El paisaje se entremezcla con banderines de colores y carritos de tonos variados desde hace más de un año, cuando los distintos emprendedores desembarcaron en el lugar. En uno de los laterales, dos grúas coloridas intervenidas por el artista Daniel Stroomer (Nase Pop) acompañan la apuesta. Algunos visitantes, prefieren sentarse en las mesas comunales con el equipo de mate y sacar la guitarra. Otros, rellenan el bidón de cerveza y emprenden la vuelta a casa.