El nuevo Bajo: sumó verde y el lunes debuta la vía rápida que conectará autopistas
La inauguración, ayer, de 13,6 nuevas hectáreas de superficie parquizada detrás de la Casa Rosada, entre las avenidas Corrientes y Belgrano, empezó a perfilar el nuevo Bajo porteño en el deslinde del microcentro. El lunes, con la habilitación del Paseo del Bajo-el corredor de 7,1 kilómetros que separará el tránsito pesado del liviano a lo largo de Puerto Madero-, el cambio ya será absoluto. Más verde y mejor fluidez vial prometen aliviar una zona históricamente caracterizada por los embotellamientos y la polución.
El Parque del Bajo, que fue creciendo en etapas, ya terminó de completarse y ayer fue estrenado oficialmente. Permite cruzar ese rincón del Bajo entre árboles y vegetación. Ya no hay rejas que impidan aprovechar la plaza delineada frente al Ministerio de Defensa de la Nación. Tampoco quedan estacionamientos a nivel en los alrededores de la Casa Rosada. Se creó un corredor lineal que integró los lugares preexistentes para hacer más ameno el espacio público.
Este proyecto de reconfiguración, que acompaña la obra del viaducto para el tránsito pesado y la vinculación del sur de la ciudad con el norte, sumó 136.000 metros cuadrados de espacio público y verde que -según estimaciones oficiales- benefician a unas 600.000 personas que suelen transitar por la zona.
La obra, a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de la ciudad y la Corporación Antiguo Puerto Madero, demandó una inversión de $1066 millones. El perímetro se intervino en cinco etapas.
La primera de ellas consistió en una modificación de la traza de la avenida La Rábida, tendida detrás de la Casa Rosada, para mejorar la circulación tanto peatonal como de los vehículos. Se establecieron seis carriles: dos exclusivos para el metrobús del Bajo, uno para cada sentido, y los otro cuatro para el tránsito en general, dos en cada sentido. Además, fueron reubicados el monumento a Juana Azurduy (desde Plaza Colón hasta el frente del Centro Cultural Kirchner); el mástil nacional, que ahora está en la Plaza de Mayo, y el helipuerto presidencial, hoy dentro del predio de la Casa Rosada.
Frente al edificio de la Dirección General de Aduanas se recuperaron 15.000 metros cuadrados de parque. El estacionamiento que allí funcionaba se transformó en un espacio verde público con mobiliario urbano. También se restauraron las estatuas de Gaturro, Isidorito y Patoruzito, piezas que integran el recorrido del Paseo de la Historieta.
La plaza que rodea al Centro Cultural Kirchner (CCK) fue restaurada para poner en valor ciertos elementos patrimoniales históricos, como las farolas ornamentales antiguas, la Estatua del Cartero y el homenaje a Azurduy. Se favoreció el acceso con la nivelación de las calles Sarmiento y Bouchard, que, al igual que la antigua avenida Rosales, se incorporaron con criterio de prioridad peatonal. La bicisenda que tenía recorrido por Bouchard cruza ahora por el interior del Parque del Bajo y continúa hacia el sur de la ciudad.
Uno de los mayores cambios aparece frente al Ministerio de Defensa, en la avenida Paseo Colón entre Moreno e Yrigoyen. Las rejas que rodeaban el parque fueron corridas hacia la proximidad del edificio y se eliminaron los estacionamientos que había. De esta manera, un espacio de unos 20.000 metros cuadrados quedó abierto al público. Allí también se recuperaron las farolas ornamentales originales diseñadas por el reconocido paisajista Carlos Thays, el mástil y el monumento al soldado combatiente de Malvinas. Además, se sumaron bancos, mesas e iluminación LED.
En los próximos días, se inaugurará la escalinata que permitirá acceder a Puerto Madero a la altura del Puente de la Mujer directamente desde el microcentro. La estructura de hormigón tendrá 50 metros de ancho y 55 de largo. Tendrá 47 escalones, con tres descansos intermedios, por los que los peatones podrán cruzar de un lado a otro. En ambos laterales habrá rampas.
Por último, en el subsuelo del sector donde funcionaba el helipuerto presidencial y se creó un nuevo parque se habilitará un estacionamiento de dos niveles: el primero, que tendrá ingreso por la calle Perón, estará destinado para las líneas de colectivos 74, 105, 146 y 159; el segundo, para vehículos oficiales que accederán por la avenida Madero.
Viajes más rápidos
En tanto, según informaron fuentes oficiales a la nacion, para el lunes está prevista la inauguración del Paseo del Bajo, que unirá las autopistas Buenos Aires-La Plata, 25 de Mayo e Illia, el puerto y la terminal de ómnibus de Retiro en dos niveles, y permitirá achicar los tiempos de viaje en ese tramo a 10 minutos, estima la Ciudad.
Por el interior de la trinchera circularán camiones y micros de larga distancia, con un peaje sin barreras de $70; el cobro será automático, con lectores de patentes, lo que agilizará aún más los traslados. Sobre la superficie, los vehículos particulares tendrán cuatro carriles con sentido al sur por el eje Madero-Huergo y otros cuatro con sentido al norte por la avenida Moreau de Justo.
Previamente, esta tarde, se realizará una prueba de iluminación del recorrido. Y el domingo, habrá actividades junto con los vecinos: 15 porteños podrán participar del desfile de autos de alta gama, de carrera y de colección por la traza.
A fines de abril, los camiones ya probaron por primera vez con éxito el viaducto y hace 12 días se concretó un gigantesco simulacro de accidente del que participaron los Bomberos, el Grupo Especial de Rescate (GER), el SAME, Defensa Civil, el Cuerpo de Agentes de Tránsito, la Guardia de Auxilio y Emergencias, la Policía de la Ciudad y personal de Seguridad Vial.
Los trabajos, empezaron en enero de 2017, demandaron una inversión de US$650 millones, aportados por el gobierno porteño, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Durante su ejecución, hubo severos trastornos para el tránsito en la zona y para el funcionamiento de los locales gastronómicos de Puerto Madero.
La conexión entre las autopistas Buenos Aires-La Plata e Illia se analizó durante décadas con la denominación de "ribereña". El Paseo del Bajo saldará esa deuda histórica.