El microcentro, entre lo bueno de la peatonalización y el descontrol vehicular
Transeúntes y comerciantes celebran las mejoras para el paseo, pero denuncian la invasión de motos y autos
Luego de dos años y medio, el gobierno porteño encara la etapa final de los trabajos de remodelación y puesta en valor del microcentro. Las obras, que abarcaron desde la colocación de luminarias LED y restauración de fachadas hasta el reemplazo de puestos de flores, hicieron especial foco en la peatonalización de calles. Hoy, con casi 13 kilómetros con prioridad para el peatón, transeúntes y comerciantes celebran y se quejan al mismo tiempo.
Se denuncia una invasión de motos mal estacionadas en las aceras y recovas de edificios. También, las dificultades derivadas de la circulación de camiones de caudales a toda hora sobre Reconquista y el habitual ingreso de autos, a pesar de las limitaciones de días y horarios. La Subsecretaría de Transporte, de la que depende el control del tránsito, adelantó a LA NACION que para resolver estos problemas se instalarán en el corto plazo cámaras que permitirán identificar y sancionar a los infractores.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público inició en noviembre de 2012 el llamado Plan Microcentro, para poner a tono con las grandes capitales del mundo el área comprendida entre Carlos Pellegrini, Leandro N. Alem, Rivadavia y Santa Fe. Con un presupuesto de $ 300 millones, se trabajó para ordenar el espacio público, desalentar el uso del automóvil y dar prioridad al peatón en 95 manzanas donde se congregan las principales dependencias de los gobiernos nacional y porteño y el corazón financiero del país.
"La idea fue revertir varios factores que llevaron al deterioro de la zona. Lo funcional estaba relegado", explicó Clara Muzzio, directora general de Regeneración Urbana.
El proyecto consideró principalmente el ordenamiento del tránsito y del espacio público, y la transformación de calles en peatonales para desalentar el uso del auto. Entre las obras que más se distinguen se encuentran las nuevas peatonales, el aumento de la superficie de algunas veredas (de 2,80 a 9,40 metros) y la nivelación de las calzadas y veredas en 64 cuadras. Al finalizar, más de 13 km tendrán prioridad para peatones.
Para Artemio Pedro Abba, coordinador general del Observatorio Urbano Local, dependiente de la UBA, los trabajos encarados por la Ciudad son una tendencia mundial. "Por ejemplo, en Bologna, Italia, hace más de dos décadas que se cerró el centro y el auto tiene que entrar con permiso en esa zona. El acceso del auto particular al centro es inviable en el presente y en el futuro. Además, la peatonalización es una medida importante para disminuir niveles de contaminación", afirmó. En el caso porteño se restringió la circulación de vehículos particulares a los días hábiles entre las 11 y las 16, y a un máximo de 10 km/h.
Sin embargo, basta con caminar unas cuadras por la calle Reconquista, entre Rivadavia y Corrientes, para notar que el peatón debe andar atento si no quiere ser embestido por alguno de los 6000 autos que poseen permisos especiales o que, sin respetar las restricciones, siguen circulando por las calles del microcentro, según denuncian los comerciantes.
Los camiones de caudales, con libertad para estacionar, también se presentan como obstáculos en el área de la City. Las motos, que junto con las bicicletas mantuvieron el permiso para circular libremente, se acumulan estacionadas una al lado de otra ilegalmente en las veredas. Resignados, los encargados del edificio que ocupa el Banco de Entre Ríos, sobre Perón, colocaron carteles pidiendo que no se obstaculicen las puertas.
"Por acá siguen pasando motos y autos; antes por lo menos había un guardia en la esquina regulando el horario, ahora ya no", relató Ariel Álvarez. Desde el puesto de diarios que atiende en Reconquista y Sarmiento le tocó presenciar algunos accidentes. "Por ahí viene un auto excedido de velocidad y las personas se mandan a cruzar con confianza porque es peatonal", contó. También alertó sobre los más de 4500 bolardos alineados sobre las veredas para evitar la invasión de vehículos. Una persona que pasaba frente a su puesto acababa de tropezar con uno.
Con los trabajos de peatonalización, el microcentro deja de ser ese lugar de veredas angostas en el que los colectivos rozaban a los peatones. Lo aprovecha principalmente el rubro gastronómico. A los tradicionales bares cercanos a Retiro, donde los oficinistas se relajan al terminar la jornada laboral, se sumaron más opciones para el mediodía, impulsadas en cierta medida por las nuevas reglamentaciones que permiten ubicar mesas en las aceras.
"Quisimos mejorar la calidad del microcentro para que se transformara en un lugar que invite a la gente a quedarse, pasear y disfrutar", sintetizó el subsecretario de Uso del Espacio Público, Patricio Di Stéfano.
Vigilarán con cámaras y habrá fotomultas
- El subsecretario de Tránsito porteño, Guillermo Dietrich, anunció ayer a LA NACION que serán colocadas 19 cámaras en el área peatonalizada del microcentro para mejorar el control del acceso de vehículos. Los dispositivos comenzarán a funcionar durante los próximos dos meses.
- Las cámaras capturarán imágenes y reconocerán patentes. La información será cruzada con la base de datos de vehículos autorizados a circular por allí. Los infractores recibirán luego una fotomulta.
- "Hoy fiscalizamos con agentes de tránsito mediante controles aleatorios y rotativos. Cuando se necesita derivar a los agentes a otras zonas problemáticas, muchos autos ingresan en la zona en infracción. Las cámaras sustituirán la presencia del recurso humano. Esperamos que sirvan para disuadir", detalló Dietrich.
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