El mercado de la precariedad
El actual estado de la precariedad habitacional se caracteriza por generarse en espacios marginales de la ciudad, donde la segregación social define la condición de su lugar urbano.
En él, el modo de ocupación por usurpación de tierras públicas, parques, bordes ferroviarios, zonas portuarias o bajo autopistas profundiza aún más esos rasgos de dificultad, luego resuelto con viviendas de superficies, alturas, formas y materialidad que han logrado por la repetición encontrar un tipo constructivo resuelto por las manos de sus habitantes, basado en la definición de sus propias normas y orden de edificación y planificación, donde la calidad ambiental, los servicios de infraestructura y equipamiento social tendrán sus particulares reglas.
Habrá desagües que irán a alguna parte, o agua potable que llegará, o no. Con transporte público que pasará por alguna calle o avenida relativamente cercana, o no. Y aún con estas dificultades este es el tipo de organización y complejidad social y urbana que está definiendo la forma de las ciudades de gran parte del mundo, con más de 1300 millones de personas viviendo en esta situación.
En la Argentina toda ciudad capital de cada provincia tiene, con una cada vez mayor dimensión, espacios definidos por este precario proceso urbano y en Buenos Aires hasta el Obelisco ha pasado, aún a modo simbólico, por esa experiencia.
Como ejemplo las estadísticas del gobierno de la ciudad manifiestan al respecto que durante los recientes 10 años ocurrió un crecimiento que sólo en la villa 31 y 31 bis fue de más del 120%, con edificios de hasta cinco pisos y con tiempos de construcción y extensión de muy rápido desarrollo.
La evidencia indica también que este movimiento, de importante y reconocida participación y solidaridad comunitaria, ha tenido en los últimos años una sostenida ausencia de políticas de planificación urbana y construcción de vivienda, sólo atendido por la esforzada contención asistencial, la cual día tras día tiene más problemas en dar respuesta a tanta dificultad simultánea.
Aun así, lo paradójico de estas circunstancias, como indican en su tesis de Maestría en Economía Urbana para la Universidad Di Tella las licenciadas Raquel Kismer y Cynthia Goytía, la expansión poblacional de estos asentamientos puede ser explicada por las altas tasas de rentabilidad obtenidas ante la demanda de locación, impulsando la cantidad y tipo en altura de sus construcciones.
Lo cual también explica que ante la ausencia de un Estado que produzca un serio proceso de integración y planificación urbana y social, los sectores más precarizados hoy son víctimas del liderazgo de organizaciones que imponen un grave -aunque no novedoso- submercado informal y no deseado de especulación inmobiliaria.
El autor es arquitecto por la UBA especialista en urbanismo
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