Domingo F. Sarmiento, el presidente más homenajeado en las calles porteñas
El dato se desprende de un estudio de LN Data sobre arterias de la ciudad; Perón fue el último en incorporarse a la nomenclatura urbana; olvidos y perlitas que dejó la historia
Los carteles y la nomenclatura urbana forman parte de esa porción del paisaje porteño que pasa frente a la mirada de los peatones y automovilistas de manera casi imperceptible, y cobra dimensión ante la necesidad de llegar a destino o -en contadas excepciones- por mera curiosidad. Los nombres de personas impresos en letras blancas sobre fondos negros y sus historias detrás bien podrían ubicarse en esta última categoría. Los amantes de la ciudad, también.
Desde su fundación, Buenos Aires les rindió homenaje a destacados escritores, dramaturgos, deportistas, actores y funcionarios, entre ellos, a políticos y presidentes ya fallecidos; los mismos que aparecen en libros y reseñas de la historia argentina, y resurgen en cada acto escolar.
De las 2208 arterias con nombres de personas que integran los 48 barrios porteños, 12 calles, 9 avenidas, 2 puentes, 1 túnel y 1 dársena corresponden a mandatarios y, entre ellos, Domingo Faustino Sarmiento es el más mencionado. Por momentos es calle (la paralela inmediata a Corrientes); en otros, avenida (ubicada en Palermo); y hasta toma forma de túnel (en Balvanera, que comunica Rivadavia con Bartolomé Mitre), según revela un trabajo realizado por LN Data sobre el mapa completo de la ciudad y sus registros.
Por otro lado, se suma a esta seguidilla la Fragata Sarmiento y aquella que recuerda a su madre, Paula Albarracín de Sarmiento. El círculo familiar se cierra con la arteria que recuerda la fecha de su muerte, es decir, el 11 de septiembre de 1888.
Husmear en el mapa porteño permite, además, detectar que Juan Domingo Perón fue el último presidente en devenir calle, en 1984 (la imposición de su nombre a la vieja Cangallo, que desde 1895 evocaba al pueblo del Perú destruido por los realistas tras su tercera sublevación en apoyo a la causa de la Independencia, levantó polvareda y dejó una enseñanza), y que hay varios presidentes constitucionales, incluso, que pasaron al olvido porque, cabe aclarar, ninguna ley obliga a reconocerlos en calles o algún espacio público, como Miguel Juárez Celman y Agustín P. Justo.
En la ciudad, además, cinco arterias consecutivas rinden tributo a mandatarios argentinos: Hipólito Yrigoyen, Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre, Juan Domingo Perón y Domingo Faustino Sarmiento, que recorren Monserrat y San Nicolás. En ese listado, también, sobresale el único gobernante homenajeado en vida: el propio Mitre. El 26 de junio de 1901, cuando el ex presidente cumplía 80 años, la calle De la Piedad fue rebautizada y recibió esta denominación.
Olvidos y perlitas que dejó la historia
- Durante el tercer gobierno de Perón, la avenida Monroe llevó el nombre Juan Manuel de Rosas. Se extendió hasta 1976, cuando le fue restituido el anterior. Actualmente, ninguna calle lo recuerda.
- Ninguna calle conmemora a Nicolás Avellaneda. La avenida Avellaneda, en Caballito y Flores, recuerda a su padre, Marco, ejecutado en Salta en 1841. Al ex presidente, sin embargo, lo evocan el espacio verde que dio origen al barrio de Parque Avellaneda, y el tradicional puente que cruza el Riachuelo en el barrio de La Boca.
- Entre los presidentes argentinos que incluyen en las calles a miembros de sus familias, figuran Bartolomé Mitre, su hermano Emilio y su hijo Bartolomé Mitre y Vedia; los primeros mandatarios Luis Saénz Peña y su hijo Roque; los Pellegrini: Carlos y su padre Carlos Enrique; Hipólito Yrigoyen y su tío Leandro N. Alem; Bernardino Rivadavia y su nieto Martín, conocido como “el Comodoro”; Julio Argentino Roca y su padre, José; y los Uriburu; José Evaristo y su padre, Evaristo, además de su hermano Napoléon, y uno de sus consuegros, el también presidente Julio A. Roca, según consigna el libro Las mil y un curiosidades de Buenos Aires, de Diego Zigiotto.
- En 1914 murieron los ex presidentes Roque Sáenz Peña, el 9 de agosto, y Julio A. Roca, el 20 de octubre. Eran dos destacados representantes de la llamada Generación del Ochenta, y por esa razón se les dio sus nombres a las dos avenidas que proyectaban abrirse en en dos años: las diagonales Norte y Sur, respectivamente.
Cómo se nombra una calle
La ley porteña N°83, sancionada en 1998, determina en su artículo 4 que “los nombres que se impongan a las calles y lugares públicos deberán estar directamente relacionados con la ciudad de Buenos Aires, o bien revestir una importancia indiscutida en el orden nacional o universal”.
Dentro de las consideraciones, algo que se advierte con claridad en el documento titulado: "Barrios, calles y plazas de la ciudad de Buenos Aires, origen y razón de sus nombres", es la Legislatura la encargada de consultarle a la Comisión Permanente de Nomenclatura Urbana acerca de cualquier intervención o cambio. "En ningún caso deberán designarse calles o lugares públicos con nombres de personas antes de haber transcurrido diez (10) años de su muerte, su desaparición forzada o de haber sucedido los hechos históricos que se trata de honrar”, como tampoco "se podrán designar con nombres de autoridades nacionales, provinciales o municipales que hayan ejercido su función por actos de fuerza contra el orden constitucional y el sistema democrático", reza el texto.
En este sentido, según la ley, sólo se le podrá cambiar el nombre a una calle en caso de que se descubran duplicaciones o que "se presenten dificultades por conformación topográfica". El texto autoriza a darle nombre a las calles que no los tuvieren (como ocurrió en Puerto Madero, donde sólo se impusieron nombres de mujeres), pero habla de "resguardar la permanencia" y exige "sólidas razones de naturaleza institucional, histórica o cultural".