El Cesac Nº 14 se incendió en agosto de 2018; la atención se trasladó a tráileres con espacio, comodidad y horario reducidos; se demoró la obra de la nueva sede
Hace un rato que Graciela Caballero y su familia esperan por un médico. Llegaron temprano con el objetivo de conseguir un turno para un control pediátrico. Aún no es la hora establecida. Esperan imperturbables en la calle que las puertas de los tráileres se abran y así conseguir la atención.
El 25 de agosto de 2018, un incendio destruyó por completo la sede del Centro de Salud y Acción Comunitaria(Cesac) Nº 14, de especial importancia para los vecinos de Villa Cildáñez, en el barrio de Parque Avellaneda. Se suponía que en el término de tres meses un nuevo edificio quedaría terminado, por lo que, de manera provisoria, la atención se trasladó a cuatro containers. "No son las condiciones ideales", resaltan profesionales y pacientes, unidos en un único reclamo que se extiende semana tras semana.
"No es lo mismo. Si bien en la salita también debíamos esperar afuera por los turnos, acá es más corto el tiempo de atención y los consultorios son pequeños. Se nota que está improvisado y encima a mí me queda más lejos este lugar", dice Rosana Vargas. A sus espaldas, un cartel pegado a uno de los acoplados dice que está sentada en la "sala de espera". Otra paciente, que aguarda por un pediatra, se lamenta: "Es una lástima. El Cesac estaba mucho mejor. Había avanzado con las prestaciones".
Los tráileres están estacionados en la avenida San Juan Bautista de la Salle, esquina Dellepiane norte. En dos de ellos funcionan las salas de atención, en tanto que en un tercero se instaló una farmacia. Una bolsa de nylon colgada de un parante hace las veces de dispenser de preservativos. Hay un cuarto móvil sanitario del gobierno de la ciudad que solía recorrer los barrios porteños, pero hace un año se instaló en este lugar para sumarse al trabajo médico diario.
Cuando llueve, el agua se filtra dentro de uno de los tráileres y el piso de los consultorios improvisados -algunos, divididos con biombos agujereados- se vuelve difícil de transitar sin mojarse los pies, cuentan los profesionales, que pidieron no ser identificados. Si un médico precisa hacer una consulta interdisciplinaria, debe tocar puerta por puerta para encontrar al colega que busca porque "nunca está claro en qué consultorio le toca".
Por la precaria infraestructura, tanto los profesionales que allí atienden como los pacientes sufrieron algunos de los extremos climáticos durante este año que transcurrió: calor insoportable en verano (que se vuelve más intenso con el reflejo del sol en la chapa de los utilitarios) y las bajas temperaturas en invierno.
El horario de atención en este centro de salud provisorio se redujo y eso conlleva más problemas para conseguir turnos, relatan los pacientes. El Cesac estaba abierto de 8 a 17, mientras que estos consultorios "callejeros" lo están de 9 a 15, cuenta una de las profesionales a LA NACION.
Después de esperar un par de horas, Caballero, finalmente, se debe retirar sin que su hija haya sido atendida. Por fortuna, solo se trataba de un control. "No hay más turnos disponibles", explica la mujer, preocupada. Para demanda espontánea había apenas cuatro lugares; el resto de la atención se realizará en la jornada con consultas programadas.
Tras el incendio, se formó la Mesa de Salud de Cildáñez, integrada por vecinos, trabajadores y organizaciones sociales locales, para hacer el seguimiento de la nueva obra para el Cesac.
Plazos
En principio, el nuevo edificio -ubicado en la misma manzana en la que funcionaba el inmueble arrasado por el fuego- iba a estar terminado en diciembre de 2018, recuerdan los profesionales. Por supuestos problemas con la empresa constructora, los plazos se fueron aplazando para mayo y luego julio de este año. "Ahora nos dicen que para fines de septiembre finalizaría la obra gruesa, pero aún faltaría montar el equipamiento, los sanitarios, el mobiliario, entre otras cosas", dice una licenciada.
"Reunión por la entrega de la salita" y "Yo apoyo al Cesac 14", se puede leer en distintos papeles manuscritos adheridos en las paredes externas de los tráileres. Se percibe una comunidad movilizada por recuperar el centro de salud.
Ante la consulta de LA NACION, voceros del Ministerio de Salud porteño informaron que ya comenzó el equipamiento del nuevo inmueble y que la mudanza se haría dentro de las próximas dos semanas. "A mediados de octubre estará funcionando plenamente", afirmaron. En cambio, no indicaron cuál fue el motivo del retraso de la obra.
Las fuentes agregaron que en los próximos días se instalará un grupo electrógeno que abastecerá el funcionamiento del Cesac. "Todos los consultorios contarán con tensiómetros amurados, camillas generales y pantoscopios (permiten examinar ojos, oídos, nariz y laringe). Habrá enfermería y un vacunatorio", sumaron.
Gracias a la conexión de una central de datos con computadoras instaladas en todos los ambientes, empezará a utilizarse la historia clínica electrónica en el nuevo centro de salud de nivel 1, como se denomina a este tipo de espacios sanitarios.