Desalojo de manteros en Liniers: se levantó la totalidad de los puestos y el operativo continúa en la provincia
Los puesteros destacaron lo sorpresivo del operativo que inició la Policía de la Ciudad esta madrugada; los comerciantes de la zona, satisfechos
Esta madrugada comenzó el operativo en Liniers para desalojar a los manteros de la zona comprendida entre la avenida Rivadavia y las calles Carhué, Ventura Bosch y la colectora de la General Paz, un perímetro de unas 30 cuadras o 3.300 metros lineales en los que funciona una feria gastronómica de la colectividad boliviana y puestos ambulantes de diferentes rubros.
Pocos minutos después de las 11, el operativo realizado en Capital comenzó del lado de la provincia de Buenos Aires, a cargo de la Comisaría 2ª Ciudadela, del partido de Tres de Febrero, sin incidentes hasta el momento.
La Policía de la Ciudad llegó a la zona de Liniers a las 4 de la madrugada y desde entonces procedió al levantamiento de los 475 puestos de venta ilegal instalados, según informó Luis Cevasco, fiscal general de la Ciudad.
Los manteros destacaron lo sorpresivo del operativo: cuando llegaban a trabajar, entre las seis y las siete de la mañana, se encontraron con que sus puestos habían sido levantados. Si bien destacan que no fueron reprimidos por la policía, sí cuestionan que no han sido claros al comunicarles dónde podrán retirar la mercadería incautada.
Concepción Domínguez tenía, desde hacía 30 años, un puesto de flores en la esquina de Av. Rivadavia y José León Suarez. Hoy cuando llegó a las 7 de la mañana, vio que le faltaban todas las plantas del puesto y que le habían dejado un aviso del Gobierno con el detalle de lo sustraído.
"Me arrancaron todo y después me lo devolvieron", dijo a LA NACION. También, contó que la policía “arrasó” con todos los locales.
Según dijo, tiene “todo en regla: monotributo e instalación de luz” y ya le fueron devueltas sus plantas, aunque le comunicaron que a partir de mañana ya no podrá estar en el puesto que ocupó durante las últimas tres décadas de su vida.
Alicia Zacarías vende gaseosas y golosinas debajo del puente Liniers. Al igual que con Domínguez, toda su mercadería fue incautada y le entregaron un listado con el detalle de lo secuestrado. Pero en el documento no figura la dirección donde debe ir para recuperarlos.
"Me dijeron que me las arregle, que averigüe yo misma", protestó Zacarías. Más tarde, un oficial de la Policía de la Ciudad le dio una lapicera para que anotara la dirección: Irigoyen 3246, sede de la Dirección General de Administración de Infracciones.
"Mucha gente viene a Liniers únicamente a comprar productos que ofrecen los manteros, por los precios", dijo a LA NACION Rosa Poma, vendedora de ropa para niños, quien aclaró que buscan ubicarse “en lugares donde no se repiten los rubros, para que no existan problemas con los comerciantes que tiene locales".
Facundo y Griselda son dueños de la Zapatería Guapas, instalada desde hace 17 años en Av. Rivadavia al 11600. Según contaron a LA NACION, “hay locales que estaban hace más de 40 años que cerraron por la merma en las ventas a causa de los manteros”. Incluso, recordaron que para el 24 de diciembre llegó a ocurrir que los comerciantes se quedaran observando cómo los manteros se quedaban con las ventas de Navidad.
Afirmaron estar “satisfechos” con el operativo y dijeron que esperan “que sea definitivo, porque a los manteros los levantan y después vuelven”. También, contaron que “muchos manteros piden permiso para instalarse frente a los comercios” y que algunos incluso llegan a ofrecer dinero, si bien existen excepciones, que se instalan “de prepo”.
Durante el operativo, el paso de la calle José León Suárez fue cortado "por razones de seguridad" y la mayoría de los manteros fueron cercados en una especie de "ronda policial".
Todas las estructurales metálicas ubicadas fuera de la línea municipal se retiraron.
El avance sobre los manteros
Esta mañana, LA NACION publicó un anticipo de lo que sucedería en Liniers, el último foco de resistencia de los manteros. Como ocurrió el año pasado en Once, enero fue el mes elegido para llevar adelante las acciones que comenzaron esta madrugada.
El desalojo era inminente. Desde hace tiempo los vecinos y comerciantes de la zona reclamaban por la recuperación del espacio público, como ocurrió en la avenida Avellaneda (Flores), Retiro, Florida y Once. Además, a las quejas por el bloqueo de calles y veredas se le sumaba la reducción en las ventas de los locales.
Según relevó la Justicia, habían 475 puestos instalados, 239 de ellos comida y 236 de diversos rubros. Entre las comunidades predominantes se cuentan la senegalesa (44%), la boliviana (39%), la peruana (9%), la argentina (5%) y la paraguaya (1%). Los rubros con mayor puestos de venta son bijouterie (47%), frutas y verduras (38%), comida elaborada (13%) e indumentaria (2%).
Una zona comercial con historia
Hasta mediados de los años 80 en la zona funcionó un mercado de frutas y verduras que luego, en los 90, se transformó en un shopping. Esa transformación originó un centro comercial a cielo abierto que ofrecía todos los ingredientes de la gastronomía andina, además de indumentaria de las comunidades boliviana y peruana. Sopa de maní, picante de cerdo o de pollo, falso conejo y chairo paceño eran algunos de los platos que se podían consumir allí.
Pero a medida que se cerraron las puertas de otros espacios los manteros fueron llegando a Liniers que incorporó nuevos actores. Hasta ayer, además de productos regionales se podía encontrar se venden vestimenta, artículos para el hogar, DVD, bijouterie y todo tipo de productos.
El año pasado la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) concluyó que Liniers tenía el 25% de participación en la distribución de puestos de venta ilegal, pasando de los 679 puestos de 2011 a 900. En toda la ciudad había 3727 puestos que se redujeron en forma drástica luego del desalojo de Once.
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Informe de Juan Ignacio Gareca