Derrumbe en Floresta: el destino que tendrá la vivienda que se desplomó y provocó la muerte de dos personas
El operativo de rescate continúa sobre las ruinas con perros especializados en detectar fallecidos; la parte de la propiedad que aún permanece en pie tiene riesgo de colapso
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La llegada de una grúa de gran porte a la zona de la avenida Rivadavia 8758, donde ayer se derrumbó parte de un inmueble que provocó la muerte de dos personas, sorprendió a los vecinos que aún esperan noticias sobre la mujer de 72 años que continúa desaparecida, según denunció su familia. El operativo de rescate, que comenzó apenas colapsó la estructura en el barrio de Floresta, ya se concentra en buscar fallecidos porque descartan que pueda haber sobrevivientes.
Fuentes ligadas a la Guardia de Auxilio y de Bomberos de la ciudad, que aportan los recursos humanos para realizar las acciones, confirmaron que hay un indicio fuerte que el cuerpo de Felicitas Cherry Ruiz se encuentre debajo de los escombros, en la zona donde la familia la ubicó por última vez poco antes del derrumbe. En el hecho murieron Jefferson Aquino, de 19 años, y Gabriela Jamile, de 12.
La hipótesis más fuerte, aunque no confirmada en forma oficial, es que el cuerpo de la mujer se encuentra bajo los escombros por el recorrido que hizo uno de los perros abocados a la búsqueda del grupo canino K9. Según explicaron, el animal giraba en círculos, se retiraba y volvía al mismo punto, estaba inquieto, conductas que, de acuerdo a los guías, podrían indicar la presencia de cuerpo.
El vehículo de gran porte y de avanzada tecnología es la clave para avanzar en el operativo. Es que la estructura de la vivienda multifamiliar, donde vivían unas 130 personas sobre la avenida Rivadavia 8758, quedó aún más debilitada después del derrumbe, con habitaciones enteras suspendidas casi en el aire, paredes que deben apuntalarse, y vigas y maderas desprendidas. Por eso, lo que quedó en pie deberá ser derribado.
La demolición parcial de la estructura en pie comenzará mañana a las 7 y los escombros caerán sobre los restos de las viviendas colapsadas, todas ellas construidas en forma irregular cuando la propiedad fue tomada. Luego, la remoción podría demandar varios días ya que comenzará cuando estén dadas las garantías para que el personal de Bomberos y Guardia de Auxilio pueda ingresar.
“La grúa cargará un robot que pesa 1200 kilos, aproximadamente, supervisado por operarios con la intención de encontrar a la persona desaparecida. Tendremos que evaluar situaciones sobre medianeras, y las columnas laterales”, precisó el jefe de la Guardia de Auxilio, Walter Gómez Diz.
“Las estructuras que entraron en colapso quedaron prácticamente apoyadas en el aire. Es una construcción sin ninguna guía profesional: no hay vigas, ni columnas. Los perros marcaron un sector donde hay una construcción arriba de la otra que, por más que sean precarias, están hechas con cemento, ladrillos y varillas y era muy riesgoso para que el personal de Guardia de Auxilio, de Defensa Civil y de Bomberos de la Ciudad retiren mampostería o restos de materiales. Hay una posibilidad de derrumbe”, precisó Gómez Diz.
Cuando finalicen las tareas, que puede llevar hasta un mes, la propiedad privada quedará en manos de la Justicia que interviene por el hecho. En el caso tomó participación la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas N° 25 que dispuso que se labre acta por el artículo número 189 que refiere a derrumbes y otros estragos.
Carnicería familiar
Como informó LA NACIÓN, la vivienda de la avenida Rivadavia funcionaba como una especie de conventillo o módulo de viviendas similares a las de las villas porteñas.
La construcción del edificio fue entre 1930 y 1940 en un lote de 17 metros de ancho por 40 metros de profundidad para el funcionamiento de una carnicería y la residencia de una familia. La casa y el comercio, para lo época, estaba en condiciones regulares y contaba con elementos de calidad como pisos de pinotea y escaleras de mármol de carrara, que podían verse entre las ruinas del derrumbe.
“El colapso de la parte posterior, donde había una planta baja y un piso de 4,5 metros de altura, pudo haber sido por una sobrecarga, la vetustez de la estructura, el óxido de la armadura o porque los apoyos se vencieron. La losa de la terraza le pegó a la del primer piso y se llevó todo. Quedaron todos los tabiques en el aire”, había explicado ayer Gómez Diz.
Durante el operativo se encontraron diferentes irregularidades que podrían explicar el colapso del edificio como caños de agua que perforaban las losas, habitaciones agregadas en lugares atípicos, debilitamiento de los perfiles de las bovedillas, una pileta que concentraba mucho peso en determinado sector de una planta y otras condiciones de habitabilidad poco dignas.
A pesar de estar intrusado y con construcciones irregulares, el edificio no contaba con denuncias en la Agencia Gubernamental de Control (AGC) de la ciudad que hayan ameritado una inspección y posterior clausura.