Decisión de la Ciudad: los alumnos de primaria y de secundaria no podrán usar el celular en clase
Se publicará una resolución del Ministerio de Educación porteño; ahora, las escuelas deberán analizar cómo implementar la medida
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El Ministerio de Educación porteño publicará una resolución con la que intentará regular el uso de los teléfonos celulares en las escuelas. Así, buscarán limitar de manera absoluta su uso en el nivel inicial y el primario y regularlo en el secundario.
Según difundieron, la resolución del ministerio a cargo de Mercedes Miguel establecerá que en las escuelas primarias y los jardines de infantes quedará bajo responsabilidad de las familias que sus hijos lleven celulares, pero no podrán usarlos durante las clases y los recreos. Para los contenidos que incluyan herramientas tecnológicas se utilizarán los dispositivos de la institución. Para el secundario, por su parte, los teléfonos y tablets deberán estar guardados durante las horas de clase excepto en las actividades pedagógicas planificadas.
Quedan exceptuados de esta regulación aquellos estudiantes que requieran del uso de un dispositivo personal digital como apoyo para el aprendizaje. Es decir, quienes lo usen como ayuda ante, por ejemplo, problemas en audición o la visión.
“¿Por qué no prohibimos? Porque también queremos que los chicos de secundaria desarrollen la autoridad de autorregulación, una cualidad muy demandada. Habiendo prohibido hay casos que tuvieron que volver para atrás”, apuntó Miguel.
Protocolos
De todos modos, cada institución deberá definir luego cómo implementar estas medidas, pero en el gobierno porteño confían en darle “un respaldo ministerial”. La resolución establece que las autoridades de cada escuela deberán comunicar a toda la comunidad educativa las pautas y condiciones para el uso adecuado de los dispositivos. Aunque aclara que las medidas derivadas del incumplimiento de esta regla como, por ejemplo, la retención de los dispositivos hasta la finalización de la jornada escolar, también serán definidos por cada institución. A su vez, no fija normas para regular el uso de los dispositivos por parte de los docentes.
“Queremos y creemos en la autoridad escolar para que tome este tipo de decisiones”, dijo Miguel. A partir de este jueves, las 2291 escuelas de la ciudad de Buenos Aires, tanto públicas como privadas, que cuentan con según los datos porteños 566.000 estudiantes, deberán regular el uso del celular.
Es una tendencia a la que cada vez se suman más colegios, tal como viene publicando este medio en la serie Atrapados en las redes y desde el ministerio porteño señalan que esta resolución a nivel distrital busca respaldad a las instituciones que aún no lo hicieron. En el último año, según pudo saber LA NACION, al menos unos 30 colegios en la Capital y en el corredor norte de la provincia de Buenos Aires, sobre todo aquellos en los que los chicos pasan más de ocho horas diarias, decidieron limitar el uso de las pantallas. Algunos implementaron dejar el teléfono en una cajita tipo locker, con llave, y que solo se pueda retirar al final del día.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) también recomienda prohibir los celulares en el aula. Un informe destaca que la presencia de los teléfono distrae a los estudiantes y afecta su rendimiento académico.
En el Reino Unido, por ejemplo, este año 30 colegios se pusieron de acuerdo para anunciar la medida de manera conjunta. Ya en en 2018, el estado de Bavaria, en Alemania, por ley, prohibió el uso de celulares en las aulas, aunque en 2022 la flexibilizaron. Ese mismo año también implementaron la prohibición de utilizarlo en las escuelas primarias y secundarias durante las horas de clase en Italia. En Francia, desde 2018 que su uso en el ámbito educativo está prohibido por ley. Sucede lo mismo en algunos distritos de Estados Unidos.
Atención
Según datos de la Ciudad más de ocho de cada 10 docentes de nivel secundario consideran que el uso de celulares en clase dificulta la atención y participación de los estudiantes. A su vez, el 85% de las familias sostiene que las apuestas online son un problema que afecta a los jóvenes, pero no lo reconocen en sus propios hijos.
“La idea es que no sea un distractor. No hay dudas de que la vida hoy es con el celular. La pregunta es quién maneja el aula: si el celular o el docente. Hoy el docente siente que no maneja el aula, ergo no logra captar la atención. Se rompió el orden en el aula hace tiempo y esto es una disrupción total. En el almuerzo hay chicos que comen muy rápido para volver a jugar y chicos que no comen para jugar”, dijo el jefe de gobierno porteño Jorge Macri.
“Dejan de comer, dejan de dormir, aceleran la ansiedad. Tiene un impacto directo en la emoción de los chicos. Aquellos países que regularon el celular se vio un impacto muy positivo en el cyberbullying”, agregó Miguel.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 45% de los estudiantes que completaron las pruebas PISA en 2022 se sienten ansiosos si no tienen cerca sus teléfonos.
En promedio, el 65% de los alumnos reportó haberse distraído por el uso de dispositivos electrónicos/digitales en clases de matemática. Mientras que el 59% de los estudiantes declaró que su atención se desvió debido a que otros estudiantes utilizaban teléfonos celulares, tablets o computadoras.
Además, en los países de la OCDE, en promedio, los estudiantes que pasan más de cinco horas al día usando dispositivos digitales para el ocio obtuvieron 49 puntos menos en matemática que los que están sólo hasta una hora.
Los estudiantes argentinos, en tanto, ocupan la primera posición mundial por la cantidad de alumnos que se distraen por dispositivos electrónicos durante clases de esta asignatura (45%).
“Necesitamos lograr toda la atención de los estudiantes en su periodo de aprendizaje para mejorar los resultados y le damos a la escuela la potestad de implementar estas medidas”, consideró Miguel.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) considera uso excesivo de pantallas a la exposición a medios electrónicos por períodos de más de 2 horas. Puede afectar el cerebro de los niños pequeños debido a su inmadurez, y desencadenar repercusiones en el desarrollo de habilidades cognitivas, motoras, del lenguaje, socioemocionales, que repercuten fuertemente en el aprendizaje. Además impactan en la memoria y la atención lo que genera problemas en el comportamiento, el rendimiento escolar y la salud en general.
“La responsabilidad que tenemos como Estado es también acompañar a las familias para que se sumen a este barco”, planteó la vicejefa de Gobierno porteña, Clara Muzzio. Informaron que también harán una campaña de difusión que incluye a publicación de una guía para familias con recomendaciones para el uso responsable de las tecnologías en el hogar.